Una confusa Alemania solo superó a Italia gracias a los penales
El actual campeón del mundo está lejos de su mejor versión. Sucumbió ante el cerrojo defensivo itálico y pasó en una nerviosa definición desde los 12 pasos, que necesitó de 18 lanzamientos para dirimir al ganador por 6 a 5. Ahora espera en semifinales al ganador del duelo Francia-Islandia, que se juega mañana domingo.
Algunos podrán apelar a la historia y sostener que las complicaciones germanas de hoy en Bordeaux obedecen a una suerte de complejo frente a un rival que lo ha superado en otras instancias definitorias.
Pero el propio entrenador teutón Joachim Low lo había dicho en la víspera: «La historia es como un café frío y hoy quiero beber un sabroso café italiano».
Razón tenía el estratega con aire de beatle. Alemania se plantó hoy con la confianza de su título mundial de hace dos años e inspirando el consiguiente respeto de cualquiera que lo enfrente.
Lo malo es que este equipo está lejos de aquella Maanschaft que aplastó a Brasil a domicilio y luego se coronó como el mejor de todos ante Argentina.
Es cierto, siguen los alemanes jugando con propiedad y controlando los partidos. Pero ahora les cuesta mucho dañar. Los espacios parecen cerrárseles cuando llegan al área rival. Hay un extravío de creatividad que les impide armar las rápidas combinaciones que antes zarandeaban y zaherían.
Quizás la explicación está en la elección hecha por Low para este torneo. Es cierto que tipos talentosos como Reus y Gundogan se bajaron por lesiones. Lo raro es que mantenga en la banca a otros habilidosos como Goetze, Schurrle o Sané. O que haya sacado del centro del ataque a Muller, alejándolo a una orilla, para meter al grandote Mario Gómez. Su robusta figura apostada en el área es como un influjo para el resto. Buena parte de los ataques de hoy fueron centros fácil y repetidamente repelidos por los gigantescos centrales italianos Chiellini, Bonucci y Barzagli. Y no hubo variantes.
Estuvo muy cerca hoy Alemania de protagonizar una nueva decepción en esta Eurocopa, como las de Inglaterra y Bélgica. Pareció que todo se le simplificaba en el minuto 65 cuando Mezut Ozil, compañero de Alexis Sánchez en el Arsenal, batió a Gianluigi Buffón con remate esquinado culminando una jugada armada con visión por Gómez. Claro que no contaba con el error de Gerome Boateng, que cometió un infantil penal convertido en el minuto 78 por Bonucci.
Fue un mazazo para el campeón mundial. Siguió buscando hasta el último minuto del alargue, pero más confundido que nunca. Sin muchas herramientas, continuó machacando a un cerco azurri inclaudicable.
La definición tampoco le fue fácil. Fallaron tipos infalibles, como Schweinsteiger, Ozil y Muller. Hasta que en el penal número 18, previo fallo de Darmian, el lateral izquierdo Jonas Hector batió a Buffon y le dio a su país el paso a la semifinal. Mañana Low y los suyos mirarán con ansiedad el Francia-Islandia. Muy posiblemente pasen los galos, que a lo largo del campeonato, no sin dificultades, han terminado imponiendo su localía.
De ser así se verá lo que muchos creían que sería la verdadera final. Es otro clásico del fútbol europeo, que remite a aquella semifinal del Mundial de 1982, cuando Alemania doblegó a Francia en definición a penales tras igualar dramáticamente 3-3 en 120 minutos de juego.
El ganador de ese duelo se las verá en la final con Portugal o Gales, en el papel, adversarios menores para Francia o Alemania. Aunque es mejor esperar, porque esta Eurocopa ha sido una caja de sorpresas.