The Smashing Pumpkins: elementalmente atómicos

En dos horas de show y con 21 canciones en escena, la banda estadounidense de rock alternativo The Smashing Pumpkins cerró la primera jornada del Fauna Primavera en Ciudad Empresarial, con un concierto de jerarquía.

Imagen del autor

Por Rodrigo Cabrillana
Actualizado el 9 de noviembre de 2024 - 12:15 pm

The Smashing Pumpkins es una banda elástica, atemporal, a ratos perfecta. Y tiene todo lo necesario para brillar dentro y fuera del escenario. / Fotos: INSTAGRAM

Desde la apertura, con “The Everlasting Gaze”, que la potencia de los Pumpkins se dejó caer sobre la noche primaveral de Santiago. Lleno total, público eufórico y una lista de canciones clásicas era el cóctel perfecto para cualquier fanático del rock de los ’90.

Porque si bien los años pasan, el tiempo va cobrando facturas en algunas bandas y artistas, eso no ocurre con los oriundos de Chicago. The Smashing Pumpkins es una banda elástica, atemporal, perfecta a ratos. Tiene todo lo necesario para brillar dentro y fuera del escenario: un compositor y vocalista sagaz que hace buenas canciones, un baterista con un estilo y un groove impresionante y un guitarrista que hace sentir todos sus años de experiencia.

El vigor de la destreza rockera

Billy Corgan, Jimmy Chamberlin y James Iha conforman una combinación aplastante. Eso nos hace pensar qué sería de las “Calabazas” si alguna vez regresara D’arcy Wretzky a retomar su viejo puesto en el bajo. Porque actualmente la banda se maneja de forma magistral. Kiki Wong en guitarra, Katie Cole en teclados y Jack Bates como bajista son un buen complemento para lo que es el proyecto hoy.

“Doomsday Clock” fue el segundo tema, para luego dar paso a “Zoo Station”. El cover de U2 del disco “Acthung Baby” compuesto por Bono lo vienen sumando al repertorio de esta seguidilla de conciertos. Y suena totalmente al estilo de los Pumpkins. Luego, “Today” y “That Which Animates the Spirit” siguen engrosando la lista de canciones. Hasta llegar a una vieja insignia sonora: “Tonight, Tonight”, uno de los caballitos de batalla de la banda en el MTV de los ’90. Una canción de tintes épicos, donde la batería de Chamberlin suena impecable. Como si estuviera sacada del disco.

Un sombrío ritual

Prosigue “Beguiled”, para llegar a “Ava Adore”, del álbum Adore de 1998, donde todo el clamor gótico de Corgan se deja caer en escena. Bailando y cantando con micrófono en mano como si se tratase de un sombrío ritual. Y con Jimmy colocándole toda la cuota rock a la canción, la que no se encuentra en el tema original, donde prevalecen los loops y las secuencias electrónicas que los Pumpkins hicieron sentir cuando Chamberlin dejó la banda a mediados de los ’90.

“Disarm” mantiene fiel su espíritu del LP “Siamese Dream”, para que, por lo pronto, Corgan con una guitarra acústica enfrente haga un guiño a Fleetwood Mac y a la cantante y actriz norteamericana, Ruth Etting en el escenario. Interpretando un par de covers.

Le sigue “Mayonaise” y después, “Bullet With Butterfly Wings” genera el éxtasis musical en los asistentes, que saltan frenéticamente coreando cada verso de la canción. Chamberlin la sigue rompiendo en los tambores. Es que si eres fans de los “Calabazas” no puedes obviar a su tremendo baterista y percusionista.

Riffs clásicos…

“Empires”, “Perfect” (interpretada con un estilo totalmente instrumental) y “Sighommi” van completando el setlist, hasta llegar a otro himno de los ’90: “1979”. Allí los celulares se encienden, el desenfreno de los fanáticos irrumpe en el lugar. Y se va tejiendo una noche inmejorable para todos los nostálgicos del viejo rock, de la antigua escuela de los sonidos rockeros estadounidenses.

“Jellybelly”, “Gossamer” y “Cherub Rock” descargan sus últimos riffs con frenesí, y “Zero” termina de coronar con clase la cuarta presentación de los Pumpkins en Chile. Posiblemente la más original desde que se presentara la banda por primera vez en una lejana noche de 1998 en la Estación Mapocho, aquella vez con D’arcy entre sus filas, pero con la marcada ausencia de Chamberlin. Hoy la ausente fue Wretzky.

La banda sonora de The Smashing Pumpkins se tomó Santiago de Chile e hizo sentir todo el peso de las cuerdas y de su historia musical. A 35 años de su conformación, las “Calabazas” están tocando mejor que nunca. Larga vida a Corgan, Chamberlin y James Iha.