Tenis: padres del año

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Por Sergio Ried
Actualizado el 2 de octubre de 2021 - 12:01 pm

Si los abusos cometidos por Mike Agassi con su hijo Andre parecieron deleznables, esperen a saber de otros papás de tenistas mujeres que hicieron noticia por los abusos físicos y mentales sobre sus hijas. Incluso uno de ellos hasta dió origen a una regla especial de la WTA (Asociación de Tenistas Mujeres por sus siglas en inglés).

Por SERGIO RIED

Mary Pierce, la campeona del Abierto de Australia, Roland Garros en singles y dobles y número tres del mundo en 2000, tiene la particularidad de poseer tres pasaportes:  canadiense por haber nacido en Montreal, estadounidense por su padre Jim y francés por su madre Yannick. Y fue gracias a este último que de alguna manera salvó su vida cuando tras incontables episodios de violencia física, mental contra ella y sus rivales de turno por parte de su padre, Mary se mudó a Francia y comenzó a defender sus colores en las competencias internacionales. 

Desde los 10 años Mary fue obligada por su padre a ser tenista…y a ganar partidos desde los 14 cuando se hizo profesional, siendo la más joven después de Jennifer Capriati en jugar un partido del WTA Tour.

Cuenta Mary que cuando comenzó a jugar profesionalmente, su padre le mostraba unos billetes y le decía, «esto es todo lo que nos queda así es que tienes que ganar para poder seguir viviendo». Demás está decir la presión que sentía una chica de 14 años que se sentía culpable de no poder salvar a su familia. Cada partido era un tormento, agravado por los gritos de su padre desde el borde de la cancha. 

Pero esos gritos y amenazas no eran solo para ella sino también iban dirigidos a sus rivales de turno, a quienes  lanzaba improperios e insultos de grueso calibre. Como cuando Mary jugando un partido de juveniles contra la búlgara Manuela Maleeva, Jim le gritaba  a su hija «mata a esa zorra, mátala». 

Mary Pierce

Siendo ya campeona y con varios títulos a su haber Mary tuvo que contratar guardaespaldas para que la protegieran de ese hombre que la había sacado del colegio en sexto grado para que fuera campeona de tenis y pudiera mantenerlo a él y su familia. La entrenaba de manera brutal, con amenazas, insultos y golpes hasta que ella lo abandonó y cerró filas junto a su hermano David, que se convirtió en su entrenador. 

Para Roland Garros 1993 la organización requirió de 10 agentes de seguridad para hacerlo abandonar el recinto, dónde había irrumpido para reclamarle a su hija el 25% de sus ganancias, de acuerdo a una demanda judicial que había interpuesto en su contra. Finalmente Mary le dió 500 mil dólares para quitárselo de encima y luego intervino la misma WTA, creando una regla contra el comportamiento abusivo, violento o grosero de los padres o allegados de las tenistas, castigándolos con la prohibición durante 5 años de ingresar a sus eventos. 

Esta regla que rige hasta hoy es conocida como «Ley Pierce» y obviamente su primera víctima fue… Jim Pierce.

Próxima entrega: El Ogro Dokic.