Temuco paró en seco la remontada de Colo Colo

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Por Eduardo Bruna
Actualizado el 5 de agosto de 2018 - 12:23 am

Con un gol de Donoso, a los 81 minutos, el cuadro de La Araucanía desnudó la mediocridad de un Colo que, tras la salida de Valdivia, evidenció la pobreza franciscana de su fútbol. Pobre examen albo ahora que en el horizonte asoma Corinthians.

Tras una primera rueda mediocre, ambos venían repuntando. Tanto, que Deportes Temuco hasta había ido a ganarle nada menos que a San Lorenzo de Almagro, por la Copa Sudamericana, en el mismísimo Gasómetro. El problema es que Colo Colo venía repuntando más en la tabla que en el juego. Es decir, producto de inesperadas caídas de los de arriba, sus triunfos frente a Unión La Calera y Curicó Unido tras la reanudación del campeonato habían tenido tanta justicia como escasos fundamentos futbolísticos.

Y eso se vio refrendado esta vez en el estadio Bicentenario Germán Becker, de la capital de la Araucanía. Sin Barrios, más otros «próceres» que esta vez fueron a la banca, y con un par de puntos excesivamente bajos, las débiles posibilidades de Colo Colo de traerse los tres puntos, o al menos uno, quedaron definitivamente hipotecadas cuando, promediando la segunda etapa, y seguramente pensando en el partido frente a Corinthians, Tapia excluyó a Valdivia para hacer ingresar a un «Pajarito» Valdés que estuvo lejos de las expectativas.

Resultado: Deportes Temuco al cabo ganó merecidamente el partido por la cuenta mínima con un certero cabezazo de Donoso cuando ya quedaba poco tiempo para la reacción alba y menos fútbol para al menos evitar una nueva derrota que hace al Cacique poco menos que volver a fojas cero.

Lo curioso es que el técnico Tapia había manifestado, en la previa, un optimismo desatado, señalando que «estoy seguro que desde Temuco volvemos con los tres puntos». ¿Basado en qué? Porque Colo Colo rara vez ha jugado bien bajo su dirección técnica y sus esporádicos éxitos han tenido generalmente el sello de sus individualidades.

Individualidades que, por lo demás, son «incombustibles» de acuerdo al léxico futbolero, pero que en ningún caso son infalibles. Paredes, por ejemplo, hizo un más que aceptable primer tiempo, pero en el segundo, ya sea por el trajín, por la marca o por un dramático desabastecimiento de balones bien jugados, terminó desapareciendo de la cancha. Y la salida del «Mago», sin la preponderancia de otras veces, significó que Colo Colo resignara la claridad y el poco fútbol que hasta ahí había podido exhibir, porque con él en la cancha generalmente el balón es mejor jugado y existirá siempre la expectativa de la genialidad que lo resuelve todo.
En un partido intensamente jugado, Colo Colo fue levemente superior durante el primer tiempo. Tres apariciones de Paredes rozaron el gol, pero en una el artillero desvió por poco, en otra su cabezazo fue repelido por Gamonal y la última, otro cabezazo anticipándose a la marca, se fue apenas por sobre el travesaño.

Pero como dicen siempre los filósofos del fútbol, «los goles no se merecen, se hacen». Y Colo Colo no logró hacerlos en esos momentos en que el «Mago» igual tenía la batuta.

Mientras a Tapia los cambios no le funcionaron para nada, Ponce, el entrenador temuquense, acertó en el descanso con ordenar el ingreso de Soto por Jerez, muy contenido. Porque Soto siguió defendiendo como su compañero, pero aportó además ofensivamente, al punto que no puede ser coincidencia el que, a partir de ese momento, Damián Pérez, refuerzo albo por la banda defensiva izquierda, sembrara dudas que hasta ahora había podido soslayar.

No pasa nunca la mitad de la cancha. Es decir, no pesa como factor ofensiva por su banda; pero al menos había mostrado oficio para marcar. Esta vez se vio muy permeable, con el agravante de que perdió tres o cutro pelotas en la salida que pudieron provocar más de un desaguisado.

El otro punto bajo albo fue Carmona. Mal en la entrega, en la marca cometió un exceso de faltas. Como si todo ello fuera poco, Fierro, ubicado como volante, dejó en claro que lo mandaron a hacer una función para la que no está calificado.

La principal diferencia entre uno y otro cuadro fue esa: que mientras Deportes Temuco no tuvo puntos bajos, o al menos excesivamente bajos (se esperaba más protagonismo de Riquero, aunque el uruguayo en ningún caso decepcionó), Colo Colo contó con jugadores cuyo pobre nivel al final terminó arrastrándolos a todos a la debacle.

Y es que el Cacique tiene un plantel desequilibrado. Evidentemente desequilibrado. De medio campo hacia atrás cuenta con abundancia de jugadores cuyo rendimiento brinda más seguridades que dudas. De mediocampo hacia arriba, en cambio, exhibe una pobreza franciscana.

Salvo Paredes y Barrios, no tiene a nadie más. El juvenil Aguilera sólo juega gracias a una cláusula reglamentaria y Morales ayer ni siquiera fue tomado en cuenta. ¿El venezolano Pérez? Sólo podría jugar en el caso que Tapia mantenga la cuota de cinco foráneos, lo que significa que ayer, sin Insaurralde, Meza ni Barrios, el atacante perfectamente pudo ser tomado en cuenta.

Para probar, por último. Sin haber jugado ni un sólo minutos hasta ahora, existe la fundada sospecha de que es mejor que Morales y que Aguilera.

Colo Colo terminó pagando cara su escasez de variantes ofensivamente hablando. Salvo un disparo de Pinares, que se estrelló en el travesaño, el cuadro albo no produjo nada más. Menos cuando el «Pajarito» ya carece de velocidad para desbordar por la banda izquierda, donde se ubica siempre ya sea por propia iniciativa o por instrucciones de Tapia, y además ingresa un Carvallo que jamás ha dado el ancho en sus escasas incursiones en el primer equipo.

Si el primer tiempo había sido para Colo Colo, el segundo perteneció casi por entero a Deportes Temuco. Y con una diferencia sustancial: supo llegar al gol en el momento indicado, cuando Donoso les ganó a todos en el brinco tras un córner y su cabezazo, además bien colocado, batió completamente a un Orión que se quedó sin respuesta ante lo preciso del envío.

Quedaban todavía 15 minutos más los descuentos del caso, pero obligado a buscar mejor suerte Colo Colo desnudó toda su impotencia. Sin claridad, profundidad ni recursos, sus desordenados y tibios intentos murieron una y otra vez en el área defendida por Gamonal.

Y cuidado, que el año puede acabar prematuramente para Colo Colo si, como se sospecha, este miércoles es incapaz de ganarle al Corinthians. Una derrota, un empate incluso, lo dejan colgando en la Copa Libertadores. Y el cálculo no es tan delirante. Porque si no es capaz de vencer a Deportes Temuco, ¿qué esperanzas tiene de redondear una hazaña en Sao Paulo?

Respecto del campeonato nacional, la única forma de mantener en alto las ilusiones era redondear una segunda rueda arrolladora al menos en cuanto a resultados y puntos. Pero visto lo que el Cacique jugó en Temuco, sumado a que lo que hizo en Viña y el Monumental estaba lejos de ser una maravilla, se puede concluir que todo queda circunscrito a la posibilidad de un milagro.

Y esos sólo se ven en las películas.

PORMENORES

Torneo Nacional. Décimo octava fecha.
Estadio: Bicentenario Germán Becker, de Temuco.
Público: 14.893 espectadores.
Arbitro: Eduardo Gamboa.
D. TEMUCO: Gamonal; Jerez (46′ Soto), Casanova, Vergara, Aguila; Canio, Riquero, Aros (68′ Zamorano); Farfán, Donoso, Avalos (81′ Requena).
COLO COLO: Orión; Opazo, Zaldivia, Barroso, Pérez; Fierro, Carmona (84′ Carvallo), Pinares, Valdivia (64′ Valdés); Aguilera (69′ Baeza) y Paredes.
GOL: Donoso (cabeza) en el minuto 81′.
Tarjetas amarillas: En Deportes Temuco, Riquero, Avalos, Donoso; en Colo Colo, Carmona y Paredes.
Tarjeta roja: Donoso, por doble amarilla, a los 90+5′.