Temuco desnudó la impotencia de Colo Colo

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Por Eduardo Bruna
Actualizado el 13 de agosto de 2016 - 11:26 pm

El cuadro sureño, jugando con un hombre menos la mayor parte del partido, superó merecidamente a un equipo que, para jugar a lo que Guede pretende, parece no contar con los intérpretes adecuados.

Salvo la fiel barra alba, que no dejó nunca de cantar, la desilusión se apoderó del Monumental luego que Carlos Ulloa pitara el final del partido que concluyó con la inobjetable victoria de Deportes Temuco por 2-0 sobre Colo Colo.

Y es que la propuesta de Guede no termina de cuajar. Colo Colo sale a “comerse vivo” al rival, moviendo en forma rápida el balón y con la clara intención de ganar cada pelota dividida, pero llegada la hora de traducir ese fútbol a ratos trepidante en goles, que de eso se trata finalmente, sus delanteros carecen de pericia y no cuentan tampoco con el abastecimiento adecuado de los hombres que, se supone, deben cumplir ese papel. Para decirlo pronto, ni el “Pajarito” Valdés ni Fernández, los teóricos armadores, han estado a la altura de las circunstancias.

Colo Colo lo tenía todo para ganar. Enfrentaba a un cuadro que recién vuelve de la Primera B y tuvo, además, la invaluable ventaja de que apenas a los 17 minutos de juego Deportes Temuco quedara con un hombre menos, por expulsión de Lazcano, que le entró excesivamente fuerte a Martín Rodríguez. Curiosamente, sin embargo, el cuadro de Guede, que hasta ahí amenazaba por dominio y aproximaciones al área con quedarse con la victoria, cayó en un profundo pozo en que las intenciones pocas veces iban de la mano con el nivel futbolístico. No sólo no supo jamás sacar partido de esa superioridad numérica, sino que, por el contrario, se fue enredando en una notoria e irritante intrascendencia.

Si alguien se imagina que a partir de ese momento el meta temuquense Marín tuvo un trabajo permanente, se equivoca medio a medio. Deficiencia alba, claro, pero mérito enorme de este Deportes Temuco que jamás perdió el orden y la aplicación total con que se paró en la cancha del Monumental.

El Cacique parece ser una buena idea que, hasta ahora al menos, no ha contado con los intérpretes adecuados. Colo Colo muestra una actitud encomiable para ahogar al rival desde la salida, pero cuando tiene la pelota más pierde que gana frente a un equipo que, como el sureño, no le fue nunca en zaga en eso de correr, marcar y quitar. El “Pajarito” y Fernández fallaban una y otra vez en la generación de juego, en la ejecución del pase con ventaja. El resultado es que, o eran despojados del balón, o la jugada ya no era tan limpia como pudo haber sido porque se habían perdido esas décimas de segundo precisas para marcar la diferencia.

Frente a una defensa cerrada y aplicada, como la de Deportes Temuco, necesario es abrir la cancha, buscar el desborde por las bandas, y está claro que, hasta el momento, Colo Colo carece de esa arma, imprescindible en el fútbol de hoy. Más dramática se hizo esa carencia luego que Martín Rodríguez, que había sufrido un corte en su pierna izquierda producto de la fuerte entrada de Lazcano, debió abandonar la cancha para cederle su lugar a un Michael Ríos que no va a empezar a desbordar y a ganar línea de fondo a estas alturas de su carrera.

Deportes Temuco tuvo, además, otro mérito incuestionable: nunca se desesperó. Es decir, sus jugadores abortaban una y otra vez las cargas albas, pero siempre se cuidaban de darle a ese balón recuperado un destino mucho más claro y criterioso que el despeje a la loca o a la galería.

La propuesta de Guede tiene, además, otro problema que ya había quedado en evidencia en el debut frente a Unión Española e incluso ante Audax Italiano: su defensa, con amplios espacios que patrullar, pierde con frecuencia las marcas. El resultado es que deja permanentes claros, propicios para ser aprovechados por delanteros veloces. Y aunque a Colo Colo le llegan poco, esas escasas llegadas del cuadro rival contienen una inocultable dosis de riesgo que amenazan aún más sus ya relativas posibilidades de ganar.

De hecho, y a pesar del incontrarrestable dominio albo, la ocasión más clara de la primera etapa la tuvo Deportes Temuco. Donoso le ganó el cabezazo a Barroso y su pivoteo encontró absolutamente solo a Piña por la derecha. El nominal puntero avanzó sin marca alguna hasta el área para meter el centro que el paraguayo Martínez empalmó sin oposición alguna en el área chica. El poste salvó providencialmente a un Villar que poco tenía que hacer para evitar la conquista.

Fue un anticipo de lo que vendría ya en los descuentos de la primera etapa. La defensa alba cometió el imperdonable error de una desaplicación en un córner y Canío, a despecho de sus años, se dio el lujo de desbordar a Suazo para meter el centro que en el segundo palo Donoso conectó con un cabezazo que silenció el Monumental.

No se necesitaba ser un adivino para imaginar el trámite que se presenciaría en la segunda etapa. Si hasta ahí Deportes Temuco había defendido con uñas y dientes el cero en su arco, en ventaja duplicaría el esfuerzo y la marca. Y fue entonces que Colo Colo desnudó no solo sus limitaciones para superar a una defensa dispuesta y atenta, sino su escasa contundencia para aprovechar las pocas oportunidades netas de gol que sus delanteros podían crearse.

Paredes lo perdió de manera increíble a los 54 minutos, desviando de derecha con el arco desguarnecido, y a partir de ese momento Colo Colo fue cayendo en una desesperación donde cada uno trataba de salvar el partido con arrestos individuales.

Y a pesar de que a esas alturas el Cacique apelaba más al corazón que al fútbol, más a la pasión que al raciocinio, contó con algunas ocasiones para equilibrar que Marín frustró en más de una oportunidad.

Pero ya lo habíamos dicho: Colo Colo se muestra muy desequilibrado, demasiado expuesto a ratos, aunque en este caso más que nunca se justificaba aquello de matar o morir. Como frente a Unión Española, su ambición por igualar lo hizo caminar peligrosamente por la cornisa. Y en el minuto 72 pagó las consecuencias: un centro de Huentelaf, con el fondo albo desacomodado, fue empalmado de manera contundente por el paraguayo Martínez, que metió un frentazo que semejó un obús.

Asunto liquidado. Con casi 20 minutos por delante, más los habituales descuentos, Colo Colo fue un canto a la impotencia, a la desesperación y a la imprecisión.

Deportes Temuco le había ganado en toda la línea. Jugando más de tres cuartos de partido con un hombre menos, su aplicación, su practicidad y su contundencia, le habían dado merecidamente la victoria y los tres puntos.
Pormenores

Estadio: Monumental.
Público: 29.214.
Arbitro: Carlos Ulloa.

COLO COLO: Villar; Fierro, Zaldivia, Barroso, Suazo (59´ Vilches); Fernández, Pavez, Valdés; Rivero, Paredes, Rodríguez (34´ Ríos).

DEPORTES TEMUCO: Marín; Soto, D. Díaz, Gutiérrez, Lazcano; S. Díaz, Domínguez; Piña (67´ Huentelaf), Canío (60´ López), Martínez (90+5 Campana); Donoso.

GOLES: Donoso (cabeza) a los 45+2 y Martínez a los 72´ (cabeza).

Tarjetas amarillas: en Colo Colo, Pavez y Fierro. En Temuco, Soto, D. Díaz y López.
Tarjeta roja: Lazcano, a los 17´.