Temporada 2016: el tenis tuvo una revolución silenciosa
Desde el 2 de febrero de 2004, cuando Roger Federer le arrebató el número 1 del mundo al estadounidense Andy Roddick que el circuito de la ATP no era dominado por un jugador distinto a Rafael Nadal, Novak Djokovic o el ya mencionado suizo.
Entre los tres llegan a sumar 666 semanas en la cima. Casi 13 años. Federer, quien tiene el record de más semanas consecutivas y en total (237 y 302, respectivamente) se mantuvo inalcanzable hasta el 17 de agosto de 2008, cuando irrumpió Nadal, mientras Djokovic llegó al 1 por primera vez el 4 de julio de 2011.
Y con la ventaja que tenía el serbio al inicio de este año (16,585 puntos, contra 8,945 de Andy Murray), pocos llegaron a imaginar que sería desbancado al finalizar la temporada. ¿Cómo hizo el escocés para jugar 16 torneos en el año y descontar esos 7.640 puntos de diferencia?
Puede parecer una estupidez, pero en esta “debacle” tuvo mucho más que ver Djokovic que Murray. O, visto de otra manera, si “Nole” no hubiese jugado tan bien el segundo semestre de 2015, difícilmente hubiese perdido el número 1.
Debido al sistema de puntuación de la ATP, con su dolorosa defensa de puntos, Djokovic no podía darse el lujo de bajar tanto su rendimiento en la segunda parte del presente año.
Así, después del Masters 1000 de Shanghai, que Murray lograra desplazarlo era cosa de tiempo (muchos de los especialistas pensaban que sucedería en abril de 2017). Por lo que está claro que lo que sí apuró Murray con su segundo semestre de ensueño fue terminar 2016 como 1 del mundo.
Considera, por ejemplo, que luego de Roland Garros, la ventaja del serbio se había ampliado a poco más de ocho mil puntos.
Pero la evidente baja en su rendimiento llegó justo cuando debía defender lo ganado a finales de 2015, cuando ganó todos los torneos que jugó (tendencia que mantuvo hasta bien entrada esta temporada). ¿Y Murray? El escocés tenía muy pocos puntos que perder y muchos por ganar, pues sólo defendía la final en el Masters 1000 de París (600 puntos) y apenas 200 en el Torneo de Maestros de Londres (un partido ganado en el round robin).
Para Murray, el camino parece despejado, salvo que Djokovic retome su nivel y arrase tal como hizo a comienzos de año. Para tener en cuenta: hasta el Masters 1000 de Miami, Djokovic debe defender 4.340 puntos; en cambio Murray sólo debe cosechar 1,290 unidades. Todo lo que obtenga a partir de allí, será ganancia.
Además, Murray se dio el lujo de quedarse por segunda ocasión consecutiva con el oro olímpico, cuando en Río de Janeiro venció en uno de los mejores partidos del año al argentino Juan Martín del Potro (7-5, 4-6, 6-2 y 7-5).
A propósito del transandino, fue quien tuvo el alza más significativa del circuito. Un retorno espectacular, tras sufrir por su muñeca izquierda y que casi lo obliga a retirarse del tenis. Comenzó el año como número 590 y terminó 38°; disputó rondas finales en varios torneos, logró la plata olímpica y terminó como puntal de los argentinos en la final de la Copa Davis.
Para Federer y Nadal, en tanto, fue un año perdido. El primero comenzó bien hasta que sufrió una ruptura de meniscos y comenzó luego una serie de lesiones en la espalda y la rodilla, que finalmente lo llevaron a la decisión de poner punto final a su año tras perder ante el canadiense Milos Raonic en semifinales de Wimbledon. Terminó el año 16° (había empezado como el 3 del mundo).
Y si al suizo se le echó de menos, lo del mallorquín fue angustioso. Por más que se esforzó, siempre le salió algo mal, y termina noveno en la clasificación mundial luego de estar 11 años dentro de los top 5.
Apenas pinceladas de su talento, derrotas ante rivales que antes paseaba. Un par de triunfos sobre arcilla, nuevos problemas en la muñeca hasta que abandonó en Roland Garros en tercera ronda, justo cuando mejor venía jugando. Y aunque lo intentó en los Juegos Olímpicos, también decidió bajar la cortina temprano, lejos de la gloria de antaño.
Mientras, Raonic y el japonés Kei Nishikori dieron un gran paso al frente y aunque no ganaron ni mucho ni en grande, dieron dura batalla a los primeros del ranking y subieron donde más cuesta. El canadiense, que disputó su primera final de Grand Slam (Wimbledon), subió del 14° al tercero, mientras el nipón lo hizo del 8° al 5°.
También fue un buen año para un grupo de emergentes, como el austríaco Dominic Thiem (8°), el belga David Goffin (11°), el español Roberto Bautista (14°), el francés Lucas Pouille (15°), el australiano Nick Kyrgios (13°) y el alemán de 19 años Alexander Zverev (24°).
Otra germana, Angelique Kerber, brilló en el circuito femenino. Ganó su primer Grand Slam (Australian Open) al vencer a Serena Williams, quien tuvo por primera vez en muchos años una campa- ña irregular.
También ganó la plata en los Juegos Olímpicos y alcanzó su máximo fulgor al quedarse con el US Open. Así desbancó a la Williams del número 1 del mundo después de 186 semanas y se convirtió en la jugadora de mayor edad en alcanzar la cima del ranking por primera vez en su carrera (28 años).
Pero el corolario de esta revolución silenciosa que catapultó a los impensados llegó con la Copa Davis. Y se la llevó el equipo de Daniel Orsanic, que venció a Polonia, Italia, Gran Bretaña y Croacia, todas las veces como visitante.
El héroe fue Del Potro, quien reapareció ante Italia (cuartos de final) y luego fue fundamental en semis y la final. Contra Gran Bretaña, en Glasgow, doblegó a Murray (6-4, 5-7, 6-7, 6-3 y 6-4) y ante Croacia, en Zagreb, venció a Ivo Karlovic y a Marin Cilic (tras estar dos sets abajo). El último punto lo aportó otro “mudo testigo de la historia”: Federico Delbonis ante Karlovic (6-3, 6-4 y 6-2).
El ex tenista José Acasuso, quien carga sobre su espalda el estigma de no haber podido darle el punto decisivo a Argentina en la final de la Davis de 2006 contra el ruso Marat Safin, lo resumió en estilo futbolístico: “Chela, Calleri y yo fuimos los Higuaín de Nalbandian; Delbonis fue el Burruchaga de Del Potro”. Fin de las frustraciones, por fin un sudamericano en la cima.
Este análisis también lo puedes leer en el periódico Cambio 21.