Tabilo puso las cosas en su lugar
Si alguien hubiera entrado al court central de San Carlos de Apoquindo la noche de este 24 de febrero y hubiera visto el partido entre el número 27 del mundo y el 113, se habría equivocado medio a medio porque habría apostado a que el 27 era el flaquito y el 113, el mal llamado «tanque». Porque en la cancha hubo un solo jugador que dominó de principio a fin y terminó ganando 6-3 6-3. Y ese fue Alejandro Tabilo, número 113 ATP. El otro, Cristián Garín, número 27.
Por SERGIO RIED / Foto: FELIPE ZANCA/PHOTOSPORT
Hace rato que el aficionado al tenis, especialmente el chileno, no entendía como un tenista que no ganaba un partido durante meses, podía mantenerse entre los 20 mejores del mundo. Caprichos de la ATP, congelación de los rankings por la pandemia y otras justificaciones mantenían a Cristián Garín en esa posición privilegiada. Posición que también lo tenía como el número uno de Chile. Por su parte, su rival en este Chile Open, el chileno-canadiense Alejandro Tabilo, venía pisando fuerte, con triunfos importantes como el sobre Diego Schwartzman (15 ATP) y haciendo final en el ATP de Córdoba, mientras Garín venía de perder sus títulos en la misma Córdoba y luego el del ATP de Río de Janeiro, donde cayó lastimosamente con Federico Coria 6-2 6-0.
Por eso la gran expectación por el encuentro de octavos de final del Chile Open, que enfrentaba a los dos mejores jugadores chilenos. Un esperado clásico en el que si bien no se dio la lógica de acuerdo al ranking, quedaron demostrados dos hechos irrefutables: que el ariqueño pasa por un momento crítico en su carrera y que Tabilo es por juego, el mejor tenista chileno del momento. Su contundente triunfo 6-3 6-3 le permitirá ascender varios peldaños en el escalafón y acercarse o superar la barrera del top 100. Mientras Gago irá poco a poco alcanzando su verdadera posición en el ranking, que desde hace rato no es de un top 20.
El partido en si, fue una clara demostración de las virtudes de Tabilo, un zurdo que ataca constantemente, que sube a la red y que utiliza muy bien todos los golpes del juego: derecho profundo con mucho top, revés a dos manos seguro, buen saque, desplazamientos rápidos por la línea de fondo, buena volea y un temible drop shot de ambos lados. Si bien eso no lo hace un tenista fenomenal, por lo menos le otorga un buen margen de progreso y sirve para crearse muchas expectativas sobre su futuro. Y desde ya ser el número uno de Chile.
De Garin es mucho lo que se ha hablado desde su negativa a representar a Chile en los JJOO de Tokio, que marca el comienzo de su declinación. Por lo que solo basta con repetir todo lo dicho sobre su juego y su mente e insistir en que no puede seguir jugando desde tan atrás en la cancha, que adolece de movilidad y que en este momento su moral y su confianza están por los suelos.
Todo subsanable por un buen equipo técnico, que por el momento no tiene.