Sólo faltan los dirigentes
El fútbol chileno necesita profesionales en todos sus estamentos. Ya tiene entrenadores, preparadores físicos, equipos médicos y sicólogos idóneos, pero aún no encuentra gente con capacidad y conocimientos entre quienes están a la cabeza.
Por GERARDO SILVA
El fútbol nos permite vivir muchas y diferentes experiencias. Una de ellas tiene que ver con el conocer el funcionamiento directivo. La verdad es que uno nunca termina de conocer las verdaderas motivaciones por las que las personas asumen cargos directivos en esta actividad tan competitiva y estresante. Ser dirigente de un club deportivo de cualquier categoría requiere mucho sacrificio y esfuerzo; no sólo económico, sino también ofrecer el tiempo suficiente y necesario, que parece ser siempre tan escaso, ya que generalmente los que asumen estos cargos son personas particularmente muy ocupadas, líderes en diversas otras instituciones, manejadores de sus propias empresas y negocios; en algunos casos son líderes políticos, y en su mayoría se trata de profesionales destacados en áreas ajenas al fútbol.
¿Por qué el fútbol les atrae tanto? Veamos: sin duda esta es una actividad popular que permite ser el punto de atracción para la gente común; hacerse conocido socialmente quizás pueda ser un motivo. Recordemos que el fútbol está rodeado de mucha prensa que te expone mediáticamente y fortalece tu popularidad. Estos son motivos potentes: el ser humano necesita reconocimiento; no obstante hay que entender que muchos lo hacen sólo por gusto y cariño por el fútbol.
Parece ser que de manera consciente se dejaran utilizar por la masa popular que los solicita y proclaman para que dirijan los destinos de su club, olvidando que muchas veces no tienen la debida preparación para ponerse al frente de una institución que maneja códigos distintos a los que ellos acostumbran en sus empresas.
Pues bien, ¿a qué quiero llegar con este comentario? Sencillamente a señalar que para ser dirigente deportivo no basta con tener dinero ni un liderazgo probado en otras áreas, sino que es necesario tener un moderado conocimiento del fútbol. No digo ser experto, sólo menciono tener un conocimiento aceptable de esta actividad en la que semana a semana se compite soportando la presión de sus adherentes.
Normalmente esta buena voluntad o ansias de poder, y querer estar al frente de un proyecto deportivo, poco a poco empieza a provocar efectos nocivos en estos personeros: sin estar preparados convenientemente, se enfrentan a presiones a las que no están acostumbrados y sucumben con facilidad a la opinión pública. Al desconocer cómo resolver situaciones cuando los resultados son adversos, provoca en estos señores confusión y angustia. Y esto no les permite situarse en el lugar que le corresponde. Normalmente se mimetizan con el hincha, actuando de la misma forma: muy viscerales y apresurados. Como poseen el poder de decisión, arriesgan equivocarse permanentemente. En ningún área de la vida la pasión puede superar a la razón porque se pierde el equilibrio emocional y se falla con frecuencia.
No quiero que esta publicación se malinterprete. En ningún caso estoy en contra de que estas personas, valiosas por cierto, se acerquen al fútbol; al contrario, los considero sumamente necesarias: ellos mejor que nadie poseen experticia en el aspecto económico y comercial, situación que se hace fundamental para mantener a un club deportivo de pie y gozando de buena salud. Por lo mismo, sugiero a estos señores hacerse asesorar convenientemente con gente capacitada, honesta, leal, y conocedora de la actividad, con la finalidad de profesionalizar este eslabón fundamental en la cadena llamada fútbol.
Definitivamente los asesores deportivos y gerentes técnicos deben tener capacidad pare resolver situaciones inherentes al ámbito deportivo y no necesariamente deben ser referentes o regalones de los dueños de los clubes, y menos otorgar el puesto de gerente técnico a señores cuyo único mérito es haber sido ídolo de su club, con el fin de congraciarse con su hinchada.
El fútbol chileno necesita técnicos profesionales, preparadores físicos profesionales, equipos médicos profesionales, psicólogos profesionales. Y no me cabe duda de que el fútbol profesional necesita principalmente, y de manera perentoria, dirigentes profesionales.