“Si quieren les doy una mano. Dos, ya saben que no puedo…”

Imagen del autor

Por Matías Alcántara
Actualizado el 1 de mayo de 2020 - 12:31 pm

“¡Qué el arquero se ponga las manos!”. Esa frase muchas veces la hemos escuchado en el estadio luego de alguna falla garrafal de determinado portero. Ejemplos hay muchos, pero ¿puede jugar al fútbol un guardavallas que carezca de alguna de sus extremidades? A continuación te contaremos la historia de un argentino que pudo brillar en los tres partidos que defendió su arco, pese a contar con un solo brazo. También te hablaremos de otros jugadores de campo que pudieron triunfar en este deporte teniendo una mano. ¿Un ejemplo? El autor del primer gol de los mundiales.

Por MATÍAS ALCÁNTARA

Es verdad, a comienzos del siglo pasado apareció en el fútbol argentino un jugador de campo que se desempeñaba sin problemas cubriendo el sector defensivo derecho del desaparecido equipo Barracas Atlhetic. “Si quieren les doy una mano. Dos, ya saben que no puedo…”, les dijo Winston Coe a sus compañeros, luego de que el único arquero del cuadro del barrio de Lanús emigrara al Alumni, a pocos días de comenzar la temporada de 1906.

Lo que al principio pareció una buena broma de este futbolista de origen irlandés, fue tomado cada vez más en serio cuando ninguno de los otros candidatos a defender la portería daba el ancho. Coe fue el que más atajó en los entrenamientos, por lo tanto se convirtió en el golero titular que inició el torneo para el Barracas. Y pese a perder 2-1 en el debut, su actuación fue destacada por el diario La Prensa: “Muchísimos shots atajó el Manco Coe, por lo cual se hizo célebre, pues no es poca virtud desempeñar este puesto en que precisamente se hace uso de las manos, cuando no se posee una”.

Barracas tardó dos partidos más en encontrar al sucesor de Laforia, el ex portero del equipo. Y pese a caer en ambos duelos por sendas goleadas (11-0 ante el entonces poderoso Reformer, y 5-0 frente al Alumni), el “Manco” Coe de igual manera sorprendió con sus vuelos y atajadas, evitando así marcadores todavía más catastróficos como consignaron los cronistas de la época.

El “Divino Manco” Castro

Héctor Castro fue un jugador uruguayo que, pese a las dificultades que le presentó el destino, se transformó en un futbolista histórico: marcó el primer gol de los mundiales, entre otros importantes hitos (también anotó el último en la cita de 1930). 

Hijo de padres gallegos, a los 13 años sufrió un terrible accidente laboral con una sierra eléctrica, que le cortó su brazo derecho algunos centímetros más abajo del codo. Pero la tragedia no fue capaz de impedir que cumpliera su sueño: brillar con Nacional y con la Celeste. Cuatro años después del accidente ya defendía al Club Atllético Lito (equipo que dejó de existir en 1960) y, a los 20 años, pudo por fin defender al Bolso, el club de sus amores. Hizo tan buena campaña en Nacional que pronto sería llamado a la selección, donde logró ganar la Copa América de 1926 y los Juegos Olímpicos de 1928.

Pero lo más importante para el “Divino Manco” Castro llegaría en 1930, en el Mundial organizado por su país. El 18 de julio pasó a la historia por transformarse en el autor del primer gol de las citas planetarias, en el estreno del mismísimo Centenario, reducto que desde ese día se convertiría en leyenda. A los 64 minutos, frente a Perú, Héctor le demostró al mundo que ningún obstáculo lo privaría de la gloria, la que confirmaría en la final del torneo ante Argentina, marcando de cabeza el 4-2 definitivo que le dio a la Celeste la primera Copa del Mundo.

El chileno «Manco» Ruiz

Formado en la Unión Española, el hecho de tener solo su brazo izquierdo (le faltaba gran parte del derecho) tampoco fue obstáculo para que Francisco Ruiz destacara en nuestros pastos. En 1944, Green Cross -aún equipo capitalino- reunió a un grupo de futbolistas que habían tenido pocas oportunidades en sus cuadros, formando la base de lo que sería su principal campaña: la del título de 1945.

En ese equipo figuraba el “Manco” Ruiz, descrito así por la prensa de esos años: “Es uno de los forwards más técnicos y más hábiles de nuestro fútbol profesional. Su dominio de pelota y su inteligencia ponen a la delantera del Taladro la característica que ha venido demostrando en las dos últimas temporadas la avanzada de su team. Su principal virtud es su facilidad con la que se desplaza con la pelota y su gran sentido del pase en profundidad”.

Además de titular indiscutido en el único campeonato de Green Cross, el “Manco” Ruiz logró llegar a la selección chilena, jugando en el triunfo 4-1 ante Bolivia en el Sudamericano de Buenos Aires de 1946.

El “Carasucia” baleado

Se trata de Victorio Casa, integrante del recordado equipo de San Lorenzo de los años sesenta. La base principal la integraban cinco amigos que crecieron jugando al fútbol y que formaron una sociedad que le pintaba la cara a cualquiera (entre los que estaba el “Bambino” Veira). Por ser muchachos del barrio y por lo mismo tener siempre los rostros con tierra de tanto patear la pelota sobre el polvo llevaban con orgullo el apodo de “Los Carasucias”. 

Debutó en el equipo del Viejo Gasómetro en 1962. Y en 1965 sufrió la pérdida de su brazo derecho en las circunstancias que el mismo narra sin perder una pizca del sentido del humor que lo siguió caracterizando por toda la vida: “A las ocho y media de la noche salimos con mi peluquero y dos minitas. Fuimos en mi auto, para el lado de la cancha de River. Comimos un choricito… pasó una hora. Volvimos por la Costanera. Estábamos escuchando Inolvidable, de Tito Rodríguez. Me metí por una calle muy oscura y paré el coche. Entonces sentí el ruido de la ametralladora. ¡Pa, pa, pa y pa! Cuando me vi, no tenía la mano».

Por infortunio de Casa, en su afán por encontrar un lugar discreto y oscuro para “conversar” con su amiga, justo detuvo su vehículo frente a un recinto de la armada. Y estaba tan concentrado que no escuchó las advertencias, pero sí la lluvia de balas que cambiarían su vida para siempre.

No volvió a ser el mismo futbolísticamente hablando, porque perdió parte de su equilibrio y velocidad, pero nunca el sentido del humor. Luego jugó en Platense y probó suerte en el fútbol de Estados Unidos. 

El paraguayo que perdió el brazo en Italia

El delantero Julio González brilló en el preolímpico disputado en nuestro país en 2003. Un año más tarde ganaría con su selección la medalla de plata en Atenas y su nombre, incluso, estuvo en carpeta de la Universidad Católica, pero finalmente fue contratado por el Vicenza. En 2005, cuando su carrera iba en franco ascenso -y con un precontrato con la Roma- sufrió un accidente automovilístico que terminó con la amputación de su brazo izquierdo.

Dos años más tarde regresó a Paraguay para cumplir su sueño: jugar profesionalmente aunque sea por una vez. El club Tacuary le abrió sus puertas y luego de dos temporadas decidió parar, tal como lo comentó en entrevista con As: «Resultó muy complicado disputar balones divididos sin un brazo. A los adversarios también se les hacía difícil marcar a alguien así. Yo me daba cuenta, aunque nunca sentí falta de profesionalismo de mis compañeros ni de mis rivales. El 2008 me lesioné la clavícula al disputar un balón y decidí colgar los botines”.

Carson Pickett, la futbolista que se transformó en viral

Finalizamos este recuento con la historia de la jugadora de Orlando Pride, de la liga femenina de Estados Unidos, que nació sin su antebrazo izquierdo. “Mis padres me han ayudado mucho porque cuando crecía no me dejaron rendirme”.

Con 25 años, es una de las defensoras más destacadas de la Women´s National Soccer League (NWSL), donde en el último tiempo se ha transformó en viral por un episodio que conmovió al mundo. Hace poco conoció a Joseph, un pequeño hincha del equipo, especialmente fanático de Pickett, y que también cuenta con un solo brazo. Y el saludo entre ambos fue inmortalizado en una fotografía para enmarcar, pero que se repite cada vez que Orlando juega de local.

“El fútbol significa el mundo para mí, pero la plataforma que este deporte me proporciona para cosas como ésta, es lo máximo. Joseph, eres mi nuevo héroe para toda la vida”, escribiría la jugadora en su Instagram.

Otro episodio futbolístico también la transformó en noticia, cuando un árbitro sancionó una supuesta mano de la defensora. La respuesta de Carson pareció más que sincera: “No tengo”.