¿Qué pasa en el Ministerio de las Culturas?
A la batahola en curso se le suman dos sumarios, un ballet en paro y los preparativos inconclusos por los 50 años del Golpe.
Por SEBASTIÁN GÓMEZ MATUS / Foto: ARCHIVO
La caótica realidad nacional parece encontrar su cristalización en el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, que parece no dar pie en ninguna de las corrientes en las que está metido. ¿Tendrá que ver esto con la máxima situacionista: “la cultura es la mercancía que vende todas las demás mercancías”?
El recientemente asumido ministro Jaime De Aguirre tiene pasta de empresario y desde luego no es lo mismo dirigir un canal de televisión que un ministerio que determinó el ascenso al poder del presente gobierno: de la gente que se sumó en cuerpo y alma a la campaña electoral, los hoy denominados agentes culturales (la palabra “agente” da cuenta de la demagogia imperante), la mayoría están vinculados a la realidad mediante alguna disciplina artística. Incluyendo al ministro, que es músico.
“El músico empresario” sería una novela que oponer a la tradición de los músicos y en particular a la novela de Korolenko “El músico ciego”, que circuló en nuestro país gracias a Editorial Quimantú.
Desde luego, no hay que ser un analista muy ducho para darse cuenta de que el Mincap está viviendo un momento complejo.
A la seguidilla de problemas ya noticiados, se agregan la proximidad de la conmemoración del Golpe, que ha sido una de las actividades más voceadas del gobierno actual, además de que desde el propio Ministerio se han tomado decisiones en referencia a la conmemoración de los 50 años del hecho más trágico en la historia reciente y con las consecuencias más inestimables.
No suficiente con los paros de algunas organizaciones que dependen del Ministerio, como Afucap, Anfucultura y Bafona, hace una semana se agregaron los convenios firmados por Andrea Gutiérrez (foto principal), ex subsecretaria de Cultura y Artes, y los de Alejandra Jiiménez, ex seremi de Cultura de la Región Metropolitana.
El primer caso tuvo mayor polémica por el sumario administrativo que abrió el mismo presidente Gabriel Boric el 28 de julio en contra de Gutiérrez. Dicha acción tenía justificación, según comunicado, por la firma de la ex subsecretaria en dos convenios con la Corporación para el Desarrollo de Santiago (Cordesan), donde fue directora durante dos años antes de sumarse al gobierno en marzo del año pasado.
A este hecho también se añadió la firma de convenios para la Red salas de Cine de Chile, donde se presume la participación de Gutiérrez.
Se sospecha de un posible tráfico de influencias, ya que dicha asociación gremial tiene por coordinadora general a Teresita Ugarte, pareja de Pablo Casals, ex jefe de gabinete de la Subsecretaría de Gutiérrez.
Al respecto, el ministro de Justicia, Luis Cordero, señaló lo siguiente: “Personas que llegan por primera vez a un cargo directivo en la administración, yo creo que en el Estado, cuando ingresan, debieran tener una capacitación básica de reglas para evitar problemas en el futuro o, al menos, tener contratados a tres personas que son esenciales para evitarle problemas administrativos”.
Finalmente, ahora las dificultades recaen en la conmemoración de los 50 años del Golpe, eje clave para el Gobierno, al menos en su campaña y en el plano discursivo-populista que lo caracteriza. El ministro De Aguirre fue designado en gran medida para coordinar estos eventos, pero el Ministerio hace agua por doquier. Es ejemplar el caso del Bafona, que tiene la responsabilidad de realizar el homenaje a Víctor Jara. El ballet folclórico nacional está en paro desde el 24 de marzo, apenas 15 días después de que asumiera el ministro vigente.
Como se ve, al Ministerio y al ministro les llueve sobre mojado, y eso que en julio hubo un veranito de san Juan.
La pregunta por la probidad de la gestión y la designación de cargos, entre otros asuntos, queda en el aire y los medios hacen comidillo de esto, preparando el barbecho para el gobierno que se viene. No deja de ser curioso que la cartera ministerial más afecta a los predicamentos del gobierno sea la que más falencias presenta.
Ahora queda esperar los resultados que arrojen los sumarios.