Parque Estadio Nacional: ¿Nueva autoridad para cambiar de switch?
El flamante recinto debe tener un modelo de gestión en el que impere la planificación estratégica, la eficiencia, innovación, comunicación, calidad y transparencia. Uno en que se conjuguen los recursos públicos y privados para su mantención en el más alto nivel.
Por PEDRO LIRA BIANCHI / Fotos: ARCHIVO
La información es aún extraoficial; no obstante, este lunes 19 de febrero asume como nuevo director del Parque Estadio Nacional el joven profesional Álvaro Ipinza.
Es ingeniero civil industrial de la Universidad Católica y máster en Gestión y Dirección de Empresas de la Universidad Autónoma de Barcelona. Llega al mundo público proveniente del sector privado, lo que puede deberse a su perfil como un positivo gestor. Eso, además de la confianza que genera su carrera profesional y a contactos que ha ido generando durante su trayectoria.
En LinkedIn, Ipinza aparece con una interesante carrera en distintas instituciones. En DUOC, entre 2009 y 2015, se desempeñó como subdirector académico en la sede de Alonso Ovalle. También fue jefe de proyectos en la Vicerrectoría Académica y subdirector de gestión académica. En La Araucana CCFA, entre 2015 y 2016, estuvo a cargo de la subgerencia de planificación y control de gestión y luego gerente de planificación.
Mientras que en la Universidad de Viña del Mar fue entre 2017 y 2019 director de operaciones y director de planificación y desarrollo. Finalmente, entre 2020 y 2023 fue gerente general de la Fundación Luksic, la misma en que laboraba el actual ministro del Deporte, Jaime Pizarro, antes de asumir su cargo como secretario de Estado, en marzo de 2023.
Ipinza colaboró con los Juegos de Santiago 2023. Así lo deja ver Felipe Muñoz, quien era encargado del trabajo de Interacción con la Comunidad (COR), en todas las comunas donde se efectuó el evento deportivo continental. En sus agradecimientos por la experiencia vivida, Muñoz nombra a Ipinza y a otros colaboradores/as por sus aportes. Sobre todo en lo que respecta a la campaña educativa con la población en general, especialmente con jóvenes y niños.
En el perfil de LinkedIn, Ipinza explicita una amplia y profunda confianza en sus capacidades. Dice: “… soy un profesional con capacidad de liderazgo participativo, orientado a los objetivos y a la eficiencia (…). Liderando procesos de planificación estratégica, gestión de proyectos, gestión de información, análisis cuantitativo y cualitativo para el apoyo en la toma de decisiones”. Y finaliza: “Soy un líder motivador, innovador, versátil, colaborador, con habilidades para crear y potenciar equipos de alto rendimiento”.
LOS POR QUÉ DEL CAMBIO
Secundando a Ipinza en la administración del renovado recinto de 60 hectáreas, estará un extranjero. Se trata del ex director del Instituto Peruano del Deporte (IPD), Gustavo San Martín, con experiencia en el Estadio Nacional y en eventos multideportivos y masivos. En los últimos años se desempeñó, primero, como alto ejecutivo de los Juegos Panamericanos de Lima 2019, y, desde 2022, como uno de los cuatro gerentes de los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023. En este caso, fue la cabeza del área de Operaciones, cargo que dejó a fines de enero recién pasado.
¿Qué ocurre en el Ministerio del Deporte (Mindep) y en el Instituto Nacional de Deportes (IND) para producir un cambio tan relevante y profundo? Hasta ahora y durante los últimos años, el cargo de director lo tuvo el también ingeniero civil Christian Silva. Funcionario público que ha trabajado en el IND por más de una década y durante muchos años lo ha hecho en la gestión administrativa de los múltiples espacios deportivos que posee el IND a lo largo de Chile a través del Departamento de Gestión de Recintos. A ese mismo Departamento regresa ahora Silva.
Desde la fecha final de Santiago 2023, se puso en el tapete el tema de quién debiera gestionar el Parque Estadio Nacional. No en vano le significó al Estado una inversión cercana a los 250 millones de dólares. Así se construyeron o renovaron 12 recintos en su interior y lo transformaron en un parque deportivo y recreativo reconocido nacional e internacionalmente.
Esto es lo que ha abierto apetitos.
De hecho, un amplio grupo de federaciones deportivas le enviaron una carta al Presidente Gabriel Boric, solicitando ser actores importantes en la gestión del Parque. Además, el fútbol profesional y en especial la ANFP y Azul Azul, propietaria del club Universidad de Chile, han pedido ser usuarios privilegiados del recinto. Por supuesto y en este último caso, en especial del coliseo de fútbol.
Un tercer actor con alto interés en el espacio ñuñoíno lo constituyen las productoras de eventos musicales. De hecho, la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Cultura y Espectáculo (Agepec) expresó, el 13 de febrero, su descontento porque, pese a los actos violentos vividos en el partido entre Colo Colo y Huachipato, se le continúa dando al fútbol prioridad por sobre los actos culturales y de entretenimiento.
Ante esta realidad, el actual ministro del Deporte, Jaime Pizarro, ha declarado reiterada y públicamente que tienen que buscarse y hallarse las mejores soluciones. Obviamente, para que los distintos recintos del Parque funcionen en paralelo, tal como sucedió y con mucho éxito, durante los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2023.
Como se recordará, durante las cinco jornadas del atletismo en Santiago 2023 asistieron en promedio 40 mil espectadores a cada jornada. Y paralelamente, el hockey césped y el básquetbol albergaban a otras dos mil cada una, y todo en total tranquilidad y seguridad.
DESAFÍOS MÚLTIPLES
Uno de estos posibles caminos lo ha explicitado Claudio Orrego, gobernador de la Región Metropolitana y miembro del directorio de la Corporación Santiago 2023. Él, ante la Cámara de Diputados, indicó que uno de los importantes desafíos del directorio de Santiago 2023 es analizar la creación de una corporación ad-hoc para administrar la infraestructura construida en el Parque Estadio Nacional. Para hacerlo con una mirada multisectorial y tomando en cuenta experiencias semejantes de otras ciudades que han tenido multieventos deportivos. ¿Qué pensará al respecto el presidente Gabriel Boric, asiduo espectador de los Pana y los Parapanamericanos?
Por tanto, los desafíos que tendrá Alvaro Ipinza serán múltiples y no sencillos. Veamos algunas materias:
1) El presupuesto: si los fondos públicos para administrar el Nacional eran cercanos a los 1.500 millones de pesos en 2023, para el presente año Hacienda le ha asignado 6.500 millones. Esto, sin incluir los sueldos de los cerca de 150 trabajadores y trabajadoras del Parque.
2) Es sabido que esos recursos tienen que licitarse y que esos procesos son lentos y no siempre asertivos.
3) Hasta el 2023, en el Nacional había al menos siete recintos deportivos, que no funcionaban como “centros de costos” y su administración era centralizada. ¿Seguirá imperando ese modelo con los modernos y más utilizados recintos actuales?
4) En paralelo, todas las platas que genera el Estadio Nacional por los eventos musicales y futbolísticos que alberga no se pueden usar en su mantención y van a dar a las arcas fiscales, lo que implica un desincentivo para tener una gestión de alto nivel.
5) ¿Será el Estadio Nacional un recinto solo para el Alto Rendimiento o se abrirán sus espacios para que sea un parque abierto a la comunidad, donde, por ejemplo, los colegios o escuelas que no cuentan con recintos deportivos puedan hacer allí sus clases de educación física y salud?
6) El Estadio Nacional es sitio de Memoria en muchos de sus espacios. Para lograr hacer mejoras, la ley obliga a que el Consejo Nacional de Monumentos conceda los permisos del caso, lo que también ralentiza los procesos.
7) A propósito de los sitios de Memoria en el Nacional, uno de ellos es el velódromo Sergio Tormen. ¿Seguirá siendo la bodega o el lugar de acopio de escombros como ha sucedido en el último año? El ciclista justamente homenajeado no lo merece, como tampoco quienes viven en sus alrededores, quienes el domingo 30 de abril solicitaron a las autoridades darle vida a ese histórico lugar.
En los meses venideros sabremos si la estructura de gestión del Estadio Nacional tendrá variaciones para agilizar su gestión administrativa y deportiva, o si el peso de la burocracia mantendrá todo igual.
A la distancia y con conocimiento de causa, creemos que este recinto es de todos los chilenos. Para tener una mantención acorde a la calidad actual de sus espacios, requiere de un modelo de gestión distinto. Uno en el que impere la planificación estratégica, la eficiencia, innovación, comunicación, calidad y transparencia. En definitiva, uno en que se conjuguen los recursos públicos y privados para su mantención en el más alto nivel de calidad.