Pablo Squella, ex ministro del Deporte: “Gracias a la decisión de la Presidenta Bachelet obtuvimos Santiago 2023”

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Por El Ágora
Actualizado el 8 de octubre de 2023 - 1:10 pm

En 12 días comienzan en la capital de Chile los XIX Juegos Panamericanos y en 41 los VII Juegos Parapanamericanos. El viernes 20, las delegaciones de 41 países desfilarán en el coliseo central del Estadio Nacional y se encenderá el pebetero continental. Ese día se cumplirá un sueño de generaciones de dirigentes y deportistas chilenos. Uno de ellos, el ex atleta Pablo Squella, revive cómo vivió siendo deportista la renuncia de Chile para organizar los Panamericanos de 1987 y cómo, siendo ministro del Deporte en 2017, se gestó la postulación para ganar la sede del 2023.

Por PEDRO LIRA BIANCHI / Fotos: ARCHIVO

-Empecemos con 1987. Deportistas como Marlene Arhens y usted se entrevistaron con las autoridades militares del deporte en los ’80 para intentar revertir la decisión de no organizar en Santiago los Juegos Panamericanos de 1987. Recuérdenos esos momentos.

“Como seleccionado de Chile fui parte de un grupo de deportistas y entrenadores de los ’80 quienes solicitamos una reunión con la autoridad militar del momento. Nos recibió el director de Digeder. Intentamos convencerlos de que para Chile y sus deportistas era una oportunidad y un aliciente organizar los Juegos Panamericanos de 1987. Estaban Marlene Arhens, atleta y medallista olímpica en Amsterdam, el mediofondista Cristián Molina, la fondista Mónica Regonessi, los técnicos Mario Spadaro del hockey y Sergio Guarda del atletismo.

Visto el tema desde el presente, no necesariamente la organización de un mega evento por sí solo implica que se puede desarrollar el deporte. Esto tiene que estar acompañado por otras medidas, como la implementación de una política nacional para el sector, que incluya la educación física, la recreación, el alto rendimiento, la infraestructura, la coordinación entre todos los sectores que están en el tema. En cuanto política nacional, Chile sigue al debe”.

-Usted dice que en relación a una política deportiva en Chile se está al debe, siendo que en el 2017 se aprobó una política nacional para el sector. ¿Qué ha pasado con eso?

“La política deportiva existe y existen 16 políticas regionales, pero el 2018, aunque aparecía y aún aparece en la web del Ministerio, éstas no se han implementado. Lo mismo sucedió con el Plan Estratégico respectivo. La demostración más clara al respecto es que esa política se debió haber evaluado al quinto año, es decir, en el 2021 o 2022, y esa evaluación nunca se ha hecho”.

-Volviendo a los Juegos Panamericanos, ¿cuál era el argumento que entregaban las autoridades de los ’80 para decidir que los Juegos no se iban a hacer en Santiago en 1987?

“El argumento público lo dieron en esa reunión, efectuada en el mismo edificio donde ahora está el IND y el Ministerio del Deporte, en calle Fidel Oteíza de Providencia. La conversación se hizo en la misma sala del octavo piso donde se anunció en enero de 2017 que Santiago postularía a organizar los Juegos de Santiago 2023. En ese entonces en la sala había siete pizarras para explicar el porqué no se podían hacer los Juegos Panamericanos. Eran razones económicas. Ante eso, demostramos nuestra incredulidad y desilusión. Veíamos que no eran razones suficientes.

En lo personal, seguí mi vida atlética con una beca en Estados Unidos y tuve la oportunidad de competir el año ’87 en los Panamericanos de Indianápolis (que iban a ser los de Chile), donde fui quinto en 400 vallas y quinto en 800 metros planos”.

-Revisando el proceso de la postulación para el 2023, ¿cómo comenzó a plasmarse el que Santiago se presentara a esa candidatura?

“Al asumir como ministro del Deporte a fines de 2016, entre los temas pendientes que me entregó en una carpeta la ministra Natalia Riffo, estaba la implementación de la Política Nacional de Actividad Física y Deporte 2016–2025. Ésta incluía el desarrollo de grandes eventos deportivos y allí estaba la postulación de Chile a los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos del 2023.

Para ese trabajo, lo que había eran materiales con que Santiago postuló a los Panamericanos y Parapanamericanos en el 2019, que ganó Lima. Por tanto, se armó un equipo entre el COCH, con Neven Ilic y Miguel Ángel Mujica, con Copachi y su presidente, Ricardo Elizalde, con el intendente Claudio Orrego, actualmente gobernador, y la subsecretaria Nicole Sáez.

En ese breve período hubo coordinaciones para lograr acuerdos sobre el presupuesto, si se harían recintos nuevos o la base sería lo construido para los Odesur del 2014, y también decidir dónde y cómo sería la villa de alojamiento. En paralelo, un equipo operativo elaboró la propuesta de logotipo, la folletería y material audiovisual”.

-¿Qué opinaban La Moneda y el Ministerio de Hacienda?

“En diciembre de 2016 y enero de 2017 se comenzó a trabajar con la Presidencia de la República, la Dirección del Presupuesto y el Ministerio del Vivienda y Urbanismo, tres instancias importantes. La primera, porque era la Presidenta Bachelet la que tenía que firmar el documento que nos permitiría postular la candidatura de Santiago; por su parte, la Dirección de Presupuesto nos ayudaba para aclarar las platas que se iban a poder usar y dejar reservadas desde el 2017 para los años posteriores en caso de postular y ganar; y, tercero, el Minvu tenía el conocimiento necesario para lograr una Villa Panamericana a la altura de lo que se requería”.

-¿Fue complejo el trabajo de definición del presupuesto para organizar los Juegos del 2023?

“Fue un trabajo de coordinación entre Hacienda, Deporte y el Comité Olímpico. Había conciencia que debíamos culminar con un presupuesto austero para el Chile de entonces. Así, llegamos al monto de 187 millones de dólares en operaciones organizativas. A estos se sumaron cerca de US$100 millones para la Villa con un importante trabajo del Ministerio de Vivienda, que contempló un convenio público-privado, en que ambos sectores invertían recursos. También había platas anuales de infraestructura del IND. Es decir, se pensó en tres pilares financieros”.

-¿Cómo se concretó el trabajo con el Minvu para levantar el proyecto de la Villa?

“El motor dentro del Ministerio de Vivienda fue la ministra Paulina Saball y sus asesores. A eso se sumó un Plan Maestro que está documentado, el que licitó el Ministerio del Deporte; lo ganó una consultora especializada y se invirtió en ese proyecto entre 80 y 90 millones de pesos. La Villa entregada hace pocas semanas no es exactamente igual al proyecto inicial, pero hay muchas semejanzas, entre otras, la elección del lugar, en el Parque Bicentenario de la comuna de Cerrillos”.

-Se ha dicho que el legado del gobierno de Bachelet para Santiago 2023 fue sólo lograr la sede.

“No es así. Se consiguió la sede, se dejó el Plan Maestro de la Villa Panamericana, quedó el presupuesto base para los Juegos, se avanzó en el proyecto de las dos canchas públicas del hockey césped y un completo plan de recintos, varios de los cuales fueron entendiblemente cambiados a posteriori. La propuesta del 2017 no era un cerrojo. Como broche, la Presidenta Bachelet recibió a fines del 2017 en La Moneda a PanamSports, en una amable reunión de agradecimiento mutuo.

Al respecto, celebro que la propuesta inicial haya mejorado, seguramente con la experiencia de Lima 2019, que tuvo muy buenos recintos. Si se compara lo que hizo Lima versus lo que habíamos propuesto inicialmente, era normal y atendible de que Santiago 2023 se quisiera asemejar a Lima. Por lo tanto, todo lo nuevo se explica porque las autoridades del momento vieron que era pertinente y positivo generar otra cara en cuanto la infraestructura. Nosotros dejamos avanzado lo que creíamos podía hacerse en el 2017”.

La entonces Presidenta Michelle Bachelet con Pablo Squella, Claudio Orrego y Neven Ilic, cuando les dio el sí del Estado chileno a la postulación para organizar los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos 2023.

-En el contexto de fines de 2016 e inicios de 2017, ¿cómo fue la conversación entre el Ministerio del Deporte y la Presidencia para lograr el aval del Estado a la postulación?

“Presidencia definió que la propuesta sobre los Juegos Santiago 2023 tenía que ser con un presupuesto austero. Quien tomaría la decisión era la Presidenta Bachelet en un momento complicado para Chile, porque el centro-sur del país estaba siendo consumido por voraces incendios forestales en enero de 2017. Pero bueno, nos jugamos por el deporte. Uno de los últimos recursos que se usó fue enviarle dos días antes de finalizar el plazo de postulación una carta personal a la Presidenta para explicar lo que significaba para Chile y sus deportistas el recuperar la imagen internacional que se había perdido con las renuncias del ’75 y el ’87.

El martes 31 de enero de 2017, viajando a Empedrado, en el Maule, a las 10.00 de la mañana me llama la jefa de Gabinete de Presidencia, Ana Lya Uriarte. Me dice que la Presidenta había dado su beneplácito para presentar la carta de apoyo de nuestro país y postular a Santiago 2023”.

-¿Qué se hizo en ese momento?

El equipo postulante no sabía que la Presidenta había firmado el aval del Estado. Como estábamos contra el tiempo, contacté a las autoridades del deporte para que nos juntáramos a las 18:00 horas en la sede del Ministerio. Se les dijo que tenía una reunión con la Presidenta esa tarde a las 17:00 para darme su parecer. A las seis de la tarde, dos horas antes de finalizar el plazo de Odepa, anunciamos a la prensa que Santiago postulaba a organizar los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos del 2023. Ese anuncio lo hicimos junto a Neven Ilic, el presidente de Copachi y la subsecretaria Nicole Sáez. Fue en la misma sala donde deportistas y entrenadores defendimos ante las autoridades los Juegos del año 1987”.

-¿Cómo fue la reacción?

“Todos expresamos estar felices. Era el inicio de una carrera que al final pudimos lograr. Hoy estamos a punto de vivir la inauguración de ambos Juegos. Así se hilvanó la historia. Gracias a ese día y a la decisión de la Presidenta Bachelet, obtuvimos Santiago 2023”.

-¿Pensó que el presupuesto inicial de 180 millones de dólares, más el costo de la Villa Panamericana, que eran otros US$100 millones, llegaría al final a bordear los US$700 millones?

“No lo pensé, porque Santiago 2023 fue concebido de otra manera”.

-¿De qué manera fueron concebidos?

“La situación económica de Chile en medio de los voraces incendios no daba para presupuestos grandilocuentes ni para grandes construcciones deportivas. Habría sido una irresponsabilidad. De esa manera no habríamos conseguido la firma de la Presidenta”.

-¿El COCH estaba de acuerdo con esa austeridad?

“Absolutamente. Todos lo estábamos. También era un predicamento de Odepa”.

-Explíquenos más sobre ese predicamento.

“Para Odepa los Juegos Panamericanos tenían que ser austeros, de manera que estos pudieran ser organizados por cualquier ciudad y país, y no sólo por las potencias continentales, sino que también se abriera la posibilidad de que estados más pequeños pudieran albergar estos eventos. Días antes de la decisión final para postular a Santiago, recibí una llamada de Neven Ilic para decirme que con el presupuesto austero planteado se podían hacer los Juegos perfectamente”.

-¿Cuál fue el sentimiento en la reunión de Odepa de Punta del Este, Uruguay, en abril de 2017, cuando se anunció que Buenos Aires se retiraba de la candidatura y quedaba sólo Santiago?

“Argentina renunció oficialmente el día de la presentación. Extraoficialmente, sabíamos que Buenos Aires se retiraría. Sentimos mucha ilusión e igual realizamos nuestra presentación. Por tanto, no hubo ninguna variación en cuanto al discurso que teníamos preparado para ganar los Juegos”.

-¿Por qué Odepa decide postergar la decisión final a Praga, en noviembre?

“La normativa de Odepa indicaba que la ciudad candidata tenía que ser ratificada. Entre la presentación de Punta del Este y la de Praga hubo bastante trabajo, entre otros, para afinar presupuestos, la carta Gantt, los temas operativos. En la presentación final de Praga, los 41 países de América aprobaron por unanimidad la propuesta de Santiago; la hallaron completa”.

-A pocos días de la inauguración del 20 de octubre, ¿qué piensa respecto a los Juegos Pana y Parapanamericanos y el legado que quedará?

“El legado más feliz es la Villa Panamericana. Fue unánime la aprobación por parte de los vecinos de Cerrillos en una reunión que tuvimos a inicios de 2018. Ellos agradecían la iniciativa de hacer la Villa en esa comuna. El tema me alegra. Se les brinda una vivienda digna a muchas familias.

Otro punto del legado que yo esperaba era que Santiago 2023 significara un desarrollo en lo institucional, llámense organismos públicos y privados encargados del deporte. En eso veo que no ha habido un salto cualitativo. También son un legado importante las nuevas construcciones donde se competirá, pero era esperable que estuvieran disponibles con varios meses de anticipación para la preparación de los seleccionados nacionales. Los atrasos comenzaron con la constitución de la Corporación un año después de lograr la sede, después la pandemia, los muchos cambios de autoridades, entre ellos, cuatro directores ejecutivos. En el fondo, creo que no se siguió una sola línea y ha habido muchos altos y bajos, acompañados de polémica”.

-Harold Mayne-Nicholls dijo que con cuatro directores ejecutivos se reflejaba un proceso no fácil.

“Exactamente. Tantos cambios no permitieron continuidad. Desde el inicio debió haberse nombrado personas idóneas en gestión de eventos deportivos, trabajando con un objetivo común y con un objetivo país.

Los atrasos de la infraestructura se pudieron haber producido en parte por la pandemia, pero si se hubiera tenido claro el panorama general para los seis años, es decir, lo que queríamos y hacia dónde llegar, no habríamos tenido las dificultades conocidas, ni tendríamos que haber pagado tres veces lo que cuesta una piscina o dos veces lo que cuesta un estadio. Hoy, los Juegos ya están y espero que todo salga bien, pero como legado en cuanto el ‘cómo hacer’, pienso que va a quedar poco”.

-Este jueves 12 el Comité Organizador de Santiago 2023 agradecerá a las personas que iniciaron este proceso en 2016. ¿Qué sentimiento tiene al respecto?

“Los Juegos de Santiago 2023 tuvieron una génesis y es importante destacarla. No se puede construir un relato si no reconoces la historia; no puede olvidarse el cómo y por qué estamos hoy aquí; se corre el riesgo de no aprender y repetir los errores. Los que hoy están lo hacen porque ciertas personas, pensando en el futuro, se pusieron de acuerdo para hacer esto posible. Entonces, celebro que se acuerden de quienes lograron que hoy esto sea realidad”.

-¿Alguna idea a las autoridades para proyectar Santiago 2023 y no terminar esto en diciembre?

“Sería muy positivo desempolvar la Política Deportiva construida el 2016. Es un documento para el que trabajaron todas las regiones, el 60 por ciento de las comunas de Chile y 15 mil personas en más de 200 diálogos ciudadanos y técnicos. El texto hay que actualizarlo, como se dice en el programa deportivo del Presidente Boric y hay que evaluar lo hecho. Hay que trabajar para un futuro mirando objetivos comunes desde las políticas comunales hasta la Política Nacional, para superar el sedentarismo, mejorar las clases de Educación Física y seguir mejorando el alto rendimiento”.