[Opinión] La maldita “regla de 3”
El fútbol chileno siempre puede estar peor: tome esto como una hipótesis o una realidad, lo concreto es que cuesta entender algunas medidas que los propios clubes legitiman en consejos de presidentes que, curiosamente, niegan el acceso a la prensa, pese a que en Chile hasta las sesiones de ambas cámaras en el Congreso y muchos juicios de alto impacto público son televisados.
Parece que a esta actividad le gusta jugar al secretismo, a la ambigüedad, a borrar con el codo lo que se escribe con la mano y a esconder la basurita debajo de la alfombra. Es cosa, nomás, de ver a dirigentes que apoyaron pública y activamente a Sergio Jadue y ahora dictan cátedra acerca de la limpieza y de la transparencia (como Míster Músculo) de los procedimientos…
Ahora, por ejemplo, cuando termina el año y la Confederación Sudamericana reformateó las copas Libertadores y Sudamericana, nuestros equipos se ven favorecidos con ocho cupos para ambos torneos: una cifra inusual para un fútbol históricamente débil a nivel de clubes. Como sea, uno piensa, oportunidades como ésta hay que aprovecharlas y el anhelo colectivo es que por fin vamos al exterior a competir y no sólo a participar, como ha ocurrido en los últimos años.
Pues bien: las bases de los campeonatos chilenos impiden a cualquier institución fichar más de tres jugadores entre año y año de calendario. Tal cual. ¿La razón? Contextualicemos: nuestro fútbol se mueve al ritmo del calendario europeo, es decir, las temporadas se planifican de junio a junio, por lo que pasar de 2016 a 2017 se considera apenas como una intertemporada. Ergo, el libro de pases sólo acepta tres variantes.
Aunque esta explicación oficial ya es cuestionable, la situación suena incluso peor después de los cambios instaurados por la Conmebol: ¿qué esperan los clubes clasificados para mutar este escenario? ¿por qué el propio directorio de la ANFP no propone esta variante tan necesaria en el próximo Consejo de Presidentes?
Hasta el momento, sé que sólo dos clubes han planteado la inquietud, de manera extraoficial, al presidente del organismo, Arturo Salah: Unión Española y Everton. ¿Qué pasa con el resto de los involucrados, o sea, Universidad Católica, Colo Colo, Iquique, O´Higgins, la U y Palestino? ¿Desean realmente presentar planteles competitivos a nivel internacional o apenas ir a pasear por distintas canchas sudamericanas?
Hay que destrabar este auténtico nudo gordiano para mejorar las posibilidades de los clubes chilenos en el exterior. No será la panacea (nada lo es, en rigor), pero sí permitirá estructurar equipos más potentes de cara a desafíos mayores.