[Opinión] El modelo original

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Por Marco Sotomayor
Actualizado el 13 de octubre de 2016 - 9:12 pm

La Selección Chilena consiguió triunfos históricos en su famélica bitácora, gracias a una idea de juego que privilegia la intensidad y el colectivismo, por sobre talentos individuales o habilidades innatas. Una propuesta que, tal como escribió Julio Salviat en estas páginas, se puede graficar como el desplazamiento de una manada en plena cacería: movimientos perfectos y solidarios, que no le permiten vías de escape a la presa y terminan reduciéndola a su mínima expresión.

En este equipo hay jugadores que superan el promedio en términos de riqueza técnica, como Jorge Valdivia, Arturo Vidal, Charles Aránguiz y Alexis Sánchez, pero también otros muy rústicos con el balón en los pies, como Gonzalo Jara, Enzo Roco y Eugenio Mena… Sin embargo, el juego de conjunto alcanzado en cotejos anteriores a esta doble fecha clasificatoria ocultaba ripios y sublimaba virtudes. Chile se alzó, así, como un paradigma de colectivismo puro.

Pensemos en la Copa Centenario: tras una primera fase llena de parpadeos y dudas, el equipo giró en 180 grados a partir de la goleada frente a México y no paró hasta atrapar el bicampeonato a nivel continental. Volvamos a ese duelo ante los aztecas: la Roja ya ganaba por tres o cuatro goles de diferencia y sus jugadores seguían corriendo y metiendo como si fuese el minuto 1: la manada, en plenitud; con agresividad (pierna fuerte, no violencia), intensidad en la recuperación de balón y transiciones rápidas. Ah, y una tremenda capacidad de finiquito.

Sostengo que esa idea original se pierde en la medida de que Juan Antonio Pizzi intenta imponer su ideario futbolístico: más conservador (no asume grandes riesgos), de mayor poblamiento en mediocampo y transiciones más elaboradas. Una propuesta que con otros equipos se conseguirían puntos (Pizzi ya lo ha hecho), pero no con éste.

En otras palabras: lo que debe hacer Pizzi, u otro estratego, es consolidar y profundizar el modelo impuesto por Bielsa y perfeccionado por Sampaoli. El original. Ese que nos llevó a la cima de América por dos veces, que transformó a la Roja en una fuerza respetada a nivel planetario. Si el argentino sintoniza pronto con esas coordenadas, tengan la seguridad de que el equipo se instalará en Rusia 2018… Si vacila, corre el riesgo de que la ferocidad de esta manada se vuelva en contra suya.

Esta columna también la puedes leer en el periódico Cambio 21.