Chileno acusado de asesinato: una apelación que puede terminar en cadena perpetua
Nicolás Zepeda fue condenado por el crimen de su ex novia japonesa, Narumi Kurosaki, y ahora espera probar su inocencia en un nuevo juicio que se desarrolla en Francia y que hasta podría culminar en su encarcelamiento de por vida.
Por ANDRÉS ALBURQUERQUE F. / Fotos: AGENCIAS
El chileno Nicolás Zepeda fue acusado del asesinato de su novia, la japonesa Narumi Kurosaki, que habría ocurrido el 4 de diciembre de 2016 en la ciudad francesa de Besançon, y este lunes regresó a tribunales para intentar probar su inocencia en un juicio tan extraño como que no hay confesión ni cadáver, y en el que también el condenado a 28 años de prisión, ahora arriesga cadena perpetua.
En la primera audiencia de apelación del chileno, los abogados de Zepeda, Sylvain Cormier y Renaud Portejoie (foto principal), solicitaron la absolución, basados en la ausencia de pruebas concluyentes en el juicio, que se celebrará hasta el día 22 en el Tribunal de lo Criminal de Haute Saône, en Vesoul, Francia, luego que Zepeda fuera hallado culpable y sentenciado en abril de 2022.
El chileno, de 32 años, fue encontrado culpable del “asesinato con premeditación” de Kurosaki, pero recurrió a esta sentencia de primera instancia, y negó de plano haber matado a la joven, de 21 años en 2016, y que había decidido romper con él unas semanas antes de su desaparición.
“Rechazo con todas mis fuerzas los hechos que se me imputan. Es una acusación horrible que se añade a la desaparición de Narumi. Ha sido una verdadera pesadilla. Yo no maté a Narumi y espero que este proceso nos conduzca a la verdad, a una verdad que necesitamos”, dijo en francés, idioma que perfeccionó en los más de tres años que ha cumplido en prisión.
El presidente del tribunal, François Arnaud, presentó más tarde el sumario y la acusación contra el encausado, y recordó en particular que “aunque no se ha encontrado el cuerpo”, los jueces en el proceso celebrado en primera instancia concluyeron que “Narumi Kurosaki fue víctima de un homicidio voluntario”.
Humberto Zepeda, padre del acusado, insistió en la inocencia de su hijo (“esta semana se presentarán elementos muy contundentes para confirmar la inocencia de Nicolás”) y en el hecho de que no se ha presentado ninguna “prueba científica” contra él.
La familia de su ex novia japonesa, también llegó a Vesoul, pero “sin esperanza alguna revelación, confesión o verdad por parte de Zepeda”, según dijo la abogada Sylvie Galley.
Lo que se sabe es que Narumi, que estudiaba francés en Besançon, se encontró ese 4 de diciembre con Zepeda, quien había cruzado el Atlántico sin avisarle. Después de cenar juntos en un restaurante, se fueron a la residencia universitaria Rousseau, donde varios estudiantes dijeron haber escuchado gritos, aunque nadie llamó a la Policía.
“Parece que están asesinando a alguien. Tengo miedo”, escribió una estudiante a una amiga en un mensaje enviado a las 03:21 de la madrugada del 5 de diciembre, y agregó que se habían escuchado “gritos de terror” en la habitación 106, donde residía Kurosaki.
En los días siguientes se enviaron varios mensajes desde el correo electrónico y se publicaron comentarios en la cuenta de Facebook de la japonesa, pero los investigadores sospechan que se trató de una estratagema de Zepeda, quien se habría llevado su teléfono para ganar tiempo y regresar a Chile, desde donde fue extraditado en julio de 2020.
Después del 4 de diciembre de 2016, nadie volvió a ver a la joven, que conoció al chileno dos años antes, en Japón. Según la Fiscalía, Zepeda asfixió o estranguló a la japonesa antes de arrojar su cadáver al vecino río Doubs.