Muere la poeta Louise Glück, Premio Nobel de Literatura 2020
Su editor en Farrar, Strauss & Giroux confirmó que falleció a sus 80 años, si bien no se refirió a las causas del deceso.
Por SEBASTIÁN GÓMEZ MATUS / Foto: ARCHIVO
Hace tres años Louise Glück fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura, máximo galardón mundial, lo que generó una gran polémica con su editorial en castellano, editorial Pre-Textos de Valencia, que apostó por ella cuando no era conocida en el mundo hispano hablante.
Tras el premio, su agente literario, Andrew Wylie, conocido como “El Chacal” en el mundo editorial por sus formas de negociar, sostuvo una polémica con la editorial valenciana y decidió escoger a Visor como nueva casa editora para dar a conocer la obra de la poeta estadounidense.
Polémica aparte, la obra de Louise Glück ha sido vastamente reconocida en su país, obteniendo todas las distinciones más relevantes y tradicionales: el Pulitzer por “El iris salvaje” (1992), y el National Book Award por “Noche fiel y virtuosa” (2014).
Entre el 2003 y 2004 sirvió como poeta laureada de la Biblioteca del Congreso, y en 2016 el presidente Barack Obama la distinguió con la medalla nacional de Humanidades.
Su poesía se caracteriza por un estilo directo y claro, incluso convencional en su forma de escritura; muy emocional, apela a la memoria y tanto a la belleza como la crueldad de la vida.
En Estados Unidos fue una poeta muy querida y reconocida por sus colegas, al tiempo que es una de las voces más visibles y referenciales del panorama poético del gran coloso de Norteamérica. Fue profesora en la Universidad de Yale y la Academia Sueca, para conceder el Nobel, sostuvo que “su inconfundible voz poética, que, con una belleza austera, convierte en universal la existencia individual”.
Nació y creció en un suburbio de Long Island en el seno de una familia judía. Su primera colección de poemas fue publicada en 1968, bajo el título de “Primogénita”, donde todavía estaba muy bajo el influjo confesional de Sylvia Plath y Robert Lowell. Su obra consta de 15 libros, 13 de los cuales son de poesía y dos de ensayo. Tal vez el más interesante de su obra sea “Ararat” (1990), libro anterior al título que le valió el Pulitzer. Es probable que éste haya sido su mejor período creativo.
Dentro de las escasas entrevista que concedió, comentó que alguna vez quiso ser actriz, idea que desechó rápidamente para consagrarse a lo que ya venía haciendo: versos. Esto lo contó en una entrevista del año 2012, cuando salió su poesía reunida, que fue una especie de fenómeno editorial en Estados Unidos.
También, en otra entrevista, aludiendo a los premios y lo que puede significar en la vida de un poeta, declaró lo siguiente: “Cuando me dicen que tengo un gran número de lectores, pienso: ‘Oh, genial, voy a convertirme en (el popular poeta del XIX Henry Wadsworth) Longfellow: alguien fácil de entender, que agrada, una fórmula diluida al alcance de muchos. Y no quiero ser Longfellow. Lo siento, Henry. Aprendo de los elogios, que me parecen más bien señales sobre los defectos de mi trabajo”.
Siempre es triste cuando muere alguien, más cuando muera una poeta, cuya lucidez escasea en el mundo, en lo que queda de mundo. De todas formas, la mejor manera de pensar en ella, es leer sus libros, muchos descargables en inglés y en castellano.