Los mismos errores, los mismos pecados, nadie aprende nada
Las malas prácticas del fútbol profesional de una u otra forma dan pie a que el fútbol amateur cometa iguales equivocaciones.
Por GERARDO SILVA
Todos sabemos lo que sucede año tras año en la Anfp, donde no se terminan los torneos hasta que aparece el último reclamo o impugnación. Durante toda la temporada el ente rector del fútbol se comporta indolente y deja que sucedan las cosas, yo no me atrevo a decir con qué intención, pero de que se cometen «errores» administrativos, se cometen, y así año tras año tenemos la obligación de asistir al último partido en los pasillos de Quilín.
Esto es sólo a modo de introducción, ya que hoy no vamos a hablar de los embrollos administrativos del fútbol profesional, sino que vamos a comentar lo que sucede con el otro socio de la federación de fútbol de Chile, la Asociación Nacional del Fútbol Amateur, Anfa, que, además de tener competencias regionalizadas, tiene a cargo la Tercera División y la Tercera División B, que son, en definitiva, el conducto regular para llegar al profesionalismo.
Bueno, en este organismo también sucede un montón de situaciones que merecen ser analizadas. Como por ejemplo, que en tiempo de pandemia han realizado un par de torneos exprés para aprovechar los dos cupos al profesionalismo (Segunda División Profesional, la tercera categoría de la Anfp) que le entrega por estatutos la Federación de Fútbol de Chile.
Este año los equipos de la Tercera División fueron distribuidos en tres grupos de cuatro participantes y un cuarto Grupo Norte sólo con tres clubes. Se jugaron partidos de ida y vuelta, seis en la primera fase, seis en la segunda fase y cuatro en la fase final, vale decir, el campeón y el subcampeón jugaron 14 partidos para ganar el derecho a jugar en el profesionalismo.
Hago está aclaración porque se hace impresentable que la mitad de los equipos participantes jueguen durante el año sólo seis partidos, quedan eliminados, y tienen varios meses para reflexionar y reestructurar un plantel para jugar al año siguiente un torneo de similares características, en donde su participación puede durar un mes y medio.
Saquen ustedes sus propias conclusiones. ¿Cómo es posible que de esta forma proyectemos futbolistas jóvenes al fútbol profesional? Quizá lo más delicado ni siquiera sea esto, en los partidos finales de la Tercera División hubo graves incidentes entre Mejillones y Lota Schwager, todo el mundo se enteró, fue noticia nacional e internacional, un bochornoso episodio que avergüenza a nuestro fútbol.
La dirigencia nacional de Anfa parecía haber tomado la decisión correcta y ejemplarizadora que todos esperábamos: se les castigó severamente con la no participación de los próximos torneos, sancionando también a los protagonistas de los incidentes. No obstante, después de pasar un tiempo y de producirse los alegatos correspondientes por parte de los clubes afectados, la Tercera División cambia abruptamente la decisión y sanciona a ambos clubes sólo a cinco meses sin participación en ningún torneo. Impresentable, ya que son exactamente los cinco meses que tiene de receso la categoría, en otras palabras, los serios y vergonzosos incidentes quedaron sin sanción, y sólo el club Mejillones tendrá que jugar sin público la primeras fechas del torneo 2022.
Qué más puedo decir. Desde esta tribuna pedirles a los que toman decisiones en el fútbol chileno, ya sea en el profesionalismo o en el amateurismo, que lo hagan siempre pensando en el desarrollo y proyección de nuestro querido fútbol, sólo eso, por favor.