Liverpool impuso su oficio de campeón ante un intenso Leeds United que presentó sus credenciales
En un partido a ratos frenético, el actual campeón debutó con un triunfo por 4-3 en el estreno de Marcelo Bielsa en la Premier League. Los goles del ganador llegaron a través de Salah (3) y Van Dijk. Para los visitantes marcaron Harrison, Banford y Klich.
Por RICHARD OLATE
Las apuestas previas del duelo entre el Liverpool de Jurgen Klopp y el Leeds United de Marcelo Bielsa –por la primera fecha de la temporada 2020/21 de la Premier League- se planteaban en dos niveles: la estrategia que impondrían ambos DT en la cancha y quién de ellos se impondría en el duelo táctico que se anunciaba con bombos y platillos; y la capacidad de las oncenas de llevar a cabo estas ideas, teniendo en cuenta las grandes y evidentes distancias de calidad y nombres de ambos planteles. Se esperaba, además, un buen espectáculo teniendo en cuenta ambas propuestas ofensivas.
Y tras los 90 minutos, no quedó espacio para la decepción. Porque lo que se vio en Anfield no sólo estuvo a la altura de las expectativas, sino que además dejó como registro un partido de alta intensidad, con un resultado cambiante e incierto hasta los últimos momentos y el despliegue de dos oncenas que intentaron poner sus condiciones desde el primer momento.
Desde el pitazo inicial se planteó la lucha de las pizarras. Liverpool comenzó presionando cerca del área rival ante un Leeds que parecía un poco descolocado por el recibimiento en la Premier League por parte del actual campeón. Eso llevó a que a los 3’ un remate de Salah dio en la mano de Koch. Penal, luego lanzado por el goleador egipcio y 1-0 apenas iniciada la batalla. Sin embargo, a pesar del comienzo nada prometedor, el esquema de Bielsa siguió con su línea predeterminada. Con Klich y Philips posicionándose mejor en la línea media y usando al extremo izquierdo Harrison para comenzar a complicar. Fue así, tras un carrerón donde superó a Alexander-Arnold, que Harrison puso sorpresivamente el 1-1 a los 12 minutos de juego.
Todos corrían. Todos mordían. Ese frenético cuarto de hora había sentado las bases del juego. Liverpool ubicándose en el campo del Leeds United, con el despliegue de Keita y Wijnaldum imponiendo cierto control posicional, pero sin usar las habituales proyecciones de Alexander-Arnold y Robertson por las bandas. El peligro del campeón se creaba a través de los espacios que generaba el trío de ataque con sus movimientos ya clásicos de su funcionamiento y que desordenaban a ratos el correteo de los de Bielsa.
Leeds United también hacía lo suyo. Tras los primeros minutos en que les costó acomodarse, los centrales tomaron confianza para salir jugando al pie, el despliegue incesante y mordedor del mediocampo blanco comenzó a aplacar esos espacios que encontraba el Liverpool, y a través de la rapidez de Costa y Harrison por las bandas –además de controlar a los laterales rivales en su función ofensiva- comenzaron a encontrar rutas para también llegar al área de Alisson, apostando a que gracias a la velocidad se podía traspasar la línea de fuera de juego que siempre imponen Van Dijk y su defensa.
Esta lucha táctica fue matizada en el primer tiempo por el resto de los goles. A los 20’ Van Dijk aprovechó un corner donde la defensa rival marcó mal y con un cabezazo puso el 2-1. Diez minutos más tarde, el propio Van Dijk tuvo un grave error en un control y dejó solo a Banford que puso el 2-2. Y a los 33’, en una nueva pelota muerta (que en casi todo el partido marcó mal el Leeds), el rebote quedó en la zurda de Salah que con un bombazo al ángulo sentenció el 3-2.
El resto del primer tiempo corrió por los mismos cauces. Liverpool parecía mejor plantado, pero no podía pestañar ni un segundo ante el incesante trajinar, apretar y avanzar de los de Bielsa. Aunque la ventaja estaba en el marcador y seguían buscando caminos para lograr el cuarto gol (ayudado por los espacios que dejaban los intentos blancos de ir por el empate), los de Klopp estaban en alerta permanente, pero con una sensación: que la calidad de sus jugadores podría ser el diferenciador final en el resultado. Salah estaba encendido y Mané y Firmino nunca permiten un descuido. Allí podría estar la clave final del juego.
Al comienzo del segundo tiempo, la duda era si ambos equipos podían mantener el ritmo frenético de la primera mitad. Y así fue. Hasta el 3-3 (de Klich a los 66’) las condiciones fueron las mismas, aunque el cansancio –en especial en los blancos- se empezó a notar en cierta imprecisión de los pases de salida. Bielsa ya había hecho cambios en su sector ofensivo antes del empate y ese impulso le dio resultados. Pero Klich y Philips ya no tenían la energía de antes y Liverpool comenzó el asedio en los últimos 20 minutos. Salah elevó un remate que pudo ser el 4-3 y Philips hizo suspirar a los de Leeds con un tiro libre que pasó cerca.
El último cuarto de hora y el 3-3 parcial hizo que Alexander-Arnold y Robertson empezaran a ubicarse cerca del área rival, y la pelota empezó a circular siempre cerca del área visitante. Así, otra vez tras una pelota muerta (la perdición para Leeds United), el ingresado Rodrigo Moreno se llevó por delante a Fabinho en el área. Penal. Salah que no falla. Y 4-3 restando dos minutos por jugar. Ya no había fuerzas para revertir la suerte por parte del Leeds.
Si bien los tres puntos se quedaron finalmente en Anfield gracias al oficio del campeón y a los caminos que abrieron sus individualidades sin perder la identidad que ya se conoce de su estilo, en la vereda del frente quedó demostrado que en el regreso a la Premier League tras 16 años, el Leeds United y su filosofía de juego no serán simples comparsas en esta temporada y que cada partido donde estén los dirigidos de Bielsa será un desafío para el rival que haya al frente.
Partió con todo la Premier League, la mejor liga del mundo. El campeón en su línea exigiéndose desde la primera fecha para quedarse con la victoria. El equipo de Marcelo Bielsa presentando credenciales para lo que viene. Ahora hay que ver al resto de los candidatos, pero vale repetir que, más allá de los errores propios de la primera fecha que se vieron en la tarde de sábado, lo de Anfield fue un partidazo. Si se lo perdió, no diga que no se lo advertimos.
PORMENORES
Estadio: Anfield, Liverpool
Árbitro: Michael Oliver.
Liverpool: Alisson; Alexander-Arnold (89′ Matip), Gomez, Van Dijk, Robertson; Keita (59′ Fabinho), Henderson (66′ Jones), Wijnaldum; Salah, Firmino y Mané. DT: Jurgen Klopp.
Leeds United: Meslier; Ayling, Koch, Struijk, Dallas; Philips; Costa, Klich (81′ Shackleton), Hernández (62′ Roberts), Harrison; Bamford (62′Rodrigo). DT: Marcelo Bielsa.
Goles: 1-0: 4` Salah (LIV), de penal; 1-1: 12′Harrison (LU); 2-1: 20′ Van Dijk (LIV), de cabeza; 2-2: 30′ Banford (LU); 3-2: 33′ Salah (LIV); 3-3: 66′ Klich (LU); 4-3: 88′ Salah (LIV), de penal.
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