La mirada del Gato

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Por Matías Alcántara
Actualizado el 8 de septiembre de 2021 - 6:28 pm

Mientras todo el mundo observaba la escena, él solo pensaba en dejar de rodillas a su rival, concentrado y consciente de que sería su única oportunidad. Se tomó su tiempo, nadie lo apuraba. Tenía que encontrar el instante preciso para atacar, porque sabía que su intento quedaría en la historia para bien o para mal.

Por MATÍAS ALCÁNTARA

Francisco Silva arrancó su carrera en silencio, aceptando desafíos que no estaban dentro de sus objetivos, pero entendiendo que serían pasos de mucho aprendizaje. No debutó en la UC, porque necesitaba jugar. Por eso defendió a Ovalle primero, y a Provincial Osorno después en una campaña que devolvió a los Toros a la Primera División.

Con la misión cumplida, volvió a Católica para consolidarse en el primer equipo gracias a su buen despliegue físico, su sentido de la ubicación y respetables condiciones técnicas. De buen remate de media distancia, tardaba menos de la media en acomodarse y disparar.

Luego de levantar un título nacional y una Copa Chile, el Gato tomó sus maletas para recorrer el mundo con su fútbol, dejando buenos recuerdos en España, Bélgica y México. No tantos en Argentina, porque jugó poco. Aunque sí muy respetado luego de hipnotizar con su mirada a todo ese lindo país.

Fue el 26 de junio de 2016. Mientras todo el mundo observaba la escena, él solo pensaba en dejar de rodillas a su rival, concentrado y consciente de que sería su única oportunidad. Se tomó su tiempo, nadie lo apuraba. Tenía que encontrar el instante preciso para atacar, porque sabía que su intento quedaría en la historia para bien o para mal.

Con sapiencia felina corrió hacia el punto penal para entrar en la galería de los mejores, de los inmortales. Porque a partir de ese preciso instante ya podía retirarse con la satisfacción del deber cumplido, ganándose para siempre el agradecimiento de todo un país que veía por primera vez a La Roja conquistar la cima en el extranjero.

Un Gato que tiene mucho más de siete vidas. Porque su retiro simplemente es el cierre de una carrera que lo puso en la historia grande del fútbol chileno, luego de anular al mejor y de marcar el penal de la alegría. En silencio, convirtió el gol más importante de su vida, el que recordaremos para siempre. Sin duda para siempre.

Francisco Gato Silva. Orgullo cruzado y de todos los chilenos, sin excepción.