Lanzan proyecto conmemorativo del Nobel de Gabriela Mistral

Con intervenciones en el espacio público, obras de arte, podcasts para acercar a la gente que no conoce tanto su vida y obra, más una dinámica con 80 intérpretes y 80 escritoras y escritores que personifiquen a la poeta y mantengan un diálogo actual con su escritura, la conmemoración del Nobel de Gabriela Mistral pretende establecer desde otro lugar a la que fuera nuestra mejor pluma nacional.

La mayoría de las actividades serán gratuitas y en diversas ciudades, cuidando la no centralización. Sobre todo porque Mistral era una mujer de provincia, de pueblo. El martes pasado se inició la conmemoración de los 80 años del premio Nobel de Literatura recibido por la poeta. Gabriela Mistral es la primera y única mujer latinoamericana, hasta el día de hoy, en recibir la distinción.

Desde la Universidad de Chile, donde recibió el Honoris Causa y además donde se realizaron sus funerales, anunciaron la apertura del proyecto. Tiene un curioso título: “Día G80: Las Huellas de la Gabriela”. La idea es conmemorar a la profesora y educadora más profunda del continente. La mujer que el 10 de diciembre de 1945 recibió en Estocolmo el máximo galardón de las letras.

Gabriela inmersiva

La propuesta del proyecto es hacer confluir las artes como agencias educadoras. Tanto en el teatro como la danza contemporánea, que han sido las disciplinas que más han trabajado con la poesía de Mistral. Y, por supuesto, la poesía y las artes visuales, “con el objetivo de crear una experiencia inmersiva e innovadora”, señalaron desde la casa de estudios.

Sin embargo, no deja de llamar la atención que se hable de inmersión y de innovación, como si no hubiera otro modo de hacer las cosas.

Los objetivos del proyecto

Se trata de relevar el legado cultural y sus consecuencias políticas y poéticas para una sociedad como la nuestra, que tanto necesita regresar a la obra y el talante de Mistral, una verdadera veta mineral inagotable.

La expectativa es que las nuevas generaciones se acerquen y vean el valor de leer y estudiar una obra como la mistraliana, cuya generosidad es infinita, tanto para nosotros como país, pero también para tomar conciencia de las otras especies que componen nuestro imaginario.

Ojalá no la saturen ni sigan profitando de una obra que supera toda banderilla.