La U sale a flote mientras Colo Colo y la UC navegan a la deriva
En cuatro fechas se invirtieron los papeles para los tres grandes. En tanto, Iquique y Wanderers siguen en la cima.
El rol del villano favorito no tiene un protagonista fijo en este Apertura 2016.
Hace dos semanas no había duda respecto del actor elegido. Sebastián Becaccese acaparaba todas las nominaciones al Óscar. Pero bastaron dos triunfos al hilo para que sus mechas decoloradas y su mentón prominente salieran del cadalso. Ahora son la afonía crónica de Pablo Guede y la mirada angustiada de Mario Salas el símbolo del desconcierto.
Aprovechando el decaimiento de un rival eliminado de la Copa Sudamericana y la confianza que le dio su triunfo en Quillota, Universidad de Chile se planteó más segura en el Estadio Nacional y batió sin problemas 3-1 a Universidad de Concepción. Otra vez pudo abrir la cuenta temprano y, a partir de allí, se asentó en la cancha para, sin hacer nada brillante, dominar el trámite y golpear en los momentos precisos.
Con una alineación ya más definida, el equipo azul llegará más confiado que su rival en el próximo clásico universitario.
Porque Mario Salas sigue haciendo todo lo posible para ir agotando su crédito ganado con tanto esfuerzo en el torneo anterior. La humillación de la Copa Sudamericana no lo hizo escarmentar y volvió a cambiar nombres en una oncena que hace rato perdió esa ambición ofensiva que desplegó en los albores de su era en San Carlos de Apoquindo. Esta vez el verdugo fue Santiago Wanderers, que lo doblegó 2-1 sin más herramientas que un despliegue basado en el orden y el sacrificio.
Mejor no lo está pasando Pablo Guede. El hincha albo ya sospecha que este torneo será un constante caminar sobre la cornisa, con más posibilidades de caer que de llegar indemne a la meta.
Es que la seguridad defensiva brilla por su ausencia y su ataque sigue infértil. Amenaza pero no perfora. Los veteranos dejaron de ser clave, los bisoños lo son demasiado y el resto no ayuda mucho. Meritoria su reacción, pero nada más. Incluso podría hablarse de un retroceso. No se ve el publicitado poder de presión en campo contrario. Sus líneas ofensivas son fácilmente superadas y hacia atrás cunde el desorden. Huachipato se farreó el triunfo, inclinándose ante un Paulo Garcés que, para variar, cometió un fatal error inicial y después impidió la derrota con sus rápidos achiques.
El ingreso de un prometedor Iván Morales, de ¡17 años! revela que para Guede este campeonato es más un banco de pruebas que otra cosa. Lo malo es que para el pueblo albo importa más esa “otra cosa”. De todos modos, si al menos el equipo alterna buenas y malas, Guede debería mantenerse en su puesto. Solo una seguidilla de derrotas podría impedirlo. Mal que mal el argentino exhibe logros anteriores acá y en su país. Bastaría una pizca de sentido común que reforzara el armado defensivo para que sus promesas volvieran a ser creíbles.
Lo realmente meritorio hasta el momento corre por cuenta de Deportes Iquique y Santiago Wanderers. Siguen en la cima con 10 puntos merced a un juego colectivo que no conoce de derrotas. Increíble lo de los porteños. En bancarrota y sin ninguna de sus figuras del torneo pasado, se las han arreglado con un equipo que podría estar jugando perfectamente en el campeonato sub 19.
Más atrás O’Higgins y Unión Española, con 8 puntos, demostrando que su progreso institucional de los últimos años es garantía de buenos rendimientos.
Sin duda, el morbo de la próxima fecha estará concentrado en el clásico universitario. Un nuevo triunfo de Universidad de Chile puede darle una envión definitiva y difícil de contrarrestar. Una victoria cruzada reflotaría la amenaza que pende sobre Becaccese y de paso aseguraría a un ahora muy debilitado Mario Salas.