La salvaje agresión de Zandoná a Edmundo
A propósito del próximo enfrentamiento entre el Vélez y Flamengo por las semifinales de la Copa Libertadores, se recuerda uno de los partidos más polémicos del historial sudamericano, en el que incluso Romario cambió el fútbol por las artes marciales. En 1995 el argentino Flavio Zandoná tumbó por la espalda al brasileño Edmundo, desatando una espectacular, pero al mismo tiempo lamentable, pelea de proporciones. “No estoy arrepentido de nada”, declaró el autor del cobarde puñetazo.
En la Supercopa de 1995, certamen disputado por los equipos ganadores de la Copa Libertadores, se produjo uno de los episodios extra futbolísticos más recordados de Sudamérica. El 3 de octubre se jugó el partido de vuelta de la llave por cuartos de final entre Flamengo y Vélez Sarsfield en el estadio Maracaná. Los locales, que ganaron 3-2 en Buenos Aires, se imponían 3-0, con baile incluido.
Eso de los bailes no les gustó a los argentinos. El tercer gol, anotado por Romario, fue una verdadera afrenta para Flavio Zandoná, porque Rodrigo lo eludió con lujo incluido. Los ánimos estaban caldeados y Edmundo, el polémico delantero, calentó todavía más el ambiente.
El brasileño le enrostró el resultado a Zandoná y además le propinó una suave cachetada, la que fue inmediatamente respondida por el argentino. Edmundo, que le dio la espalda a la situación, con su mano se revisaba la cara justo en el instante en que se fue a negro. El defensor de Vélez, en una cobarde y repudiable acción, golpeó violentamente con su antebrazo y puño al delantero del Flamengo, que al instante se fue de boca al pasto.
No pasaron ni dos segundos cuando Romario, unos de los mejores delanteros de la historia, cambió por un instante el fútbol por las artes marciales. El “Baixinho Infernal” lanzó una patada voladora directamente a la humanidad de Zandoná. En ese momento el escándalo ya estaba desatado: había que pelear o arrancar.
Los jugadores comenzaron a enfrascarse en una verdadera batalla campal, de esas que serán recordadas por siempre. Golpes de puños y patadas por todos lados, futbolistas -titulares y suplentes- persiguiéndose, en tanto que la policía y algunos jugadores como José Luis Chilavert intentaban poner paños fríos, pero fue inútil. Mientras el público aleonaba a los suyos como si se tratara de otro deporte y no fútbol, el árbitro uruguayo Ernesto Filippi no tuvo más remedio que dar por terminado el partido.
“Está todo bien, lo importante es que nosotros seguimos en la copa y ellos no”, declaró Edmundo en el campo de juego, con su rostro al más y puro estilo de un boxeador después de un duro combate.
A su vez, tiempo después, Zandoná defendió su cobarde accionar: “Pienso que cuando vas 3-0 y que te carguen, se te pongan al lado tuyo, te hagan con los dedos el tres y te den un cachetazo, eso colma la paciencia de todos. Lo volvería a hacer, no estoy arrepentido de nada”.
Tanto los hinchas de Flamengo como los de Vélez se han encargado de recordar ese 3 de octubre de 1995:
Finalmente, Flamengo se tuvo que conformar con llegar a la final de esa Supercopa, en la que caería ante Independiente de Avellanada por un marcador global de 2-1.
Vélez y Flamengo se volverán a ver las caras este miércoles, a las 20:30 horas, en el José Amalfitani de Buenos Aires, en el partido de ida de semifinales de la Copa Libertadores. Arturo Vidal, que convirtió su primero gol con el “Mengao”, y Erick Pulgar, que alcanzó a ser inscrito para esta fase, tienen opciones de actuar en este choque que arrastra mucha historia.
Revisa el compacto del histórico y violento partido: