La Roja Sub 23 duró un tiempo en el Pacaembú
Todo el esfuerzo de la primera etapa se vino abajo en la segunda mitad con dos groseros errores defensivos que dejaron la mesa puesta para que Brasil venciera 3-1 en un amistoso jugado en Sao Paulo. El disparejo nivel chileno debe haber inquietado al DT Bernardo Redin de cara al preolímpico del próximo verano.
Fallas garrafales cuando el equipo hacía su máximo esfuerzo para contrarrestar a su poderoso rival determinaron que el amistoso jugado esta noche en el estadio Pacaembú de Sao Paulo acabase con la Roja Sub 23 derrotada inapelablemente 1-3 frente a Brasil, actual campeón olímpico.
El duelo fue el primero de máxima exigencia para esta selección reservada a nacidos a partir de 1997 y que disputará desde el próximo 8 de enero el torneo preolímpico en Colombia, oferente de dos pasajes para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Si obtener uno de los dos cupos reservados para Sudamérica es de por sí una tarea titánica, lo desplegado en Sao Paulo debe haber dejado al colombiano Bernardo Redin sopesando cómo elevar el nivel de un equipo que se vio inmaduro y propenso a cometer errores que siempre costarán caro en torneos continentales.
Frente a un rival plagado de jugadores militantes en importantes clubes europeos, la Roja Sub 23 mostró a elementos que lucen llamativos en el medio local, justamente cuando cuentan con el apoyo de compañeros experimentados, pero que hoy parecieron huérfanos y desorientados en el pasto paulista.
El inicio del Scratch fue arrollador. Veloces, dueños de la pelota y atosigantes, los dirigidos por André Jardine acorralaron a los chilenos que no cruzaron a campo contrario en los primeros 13 minutos. Ese fue, justamente, el minuto fatal para Chile porque el buen toque brasileño al borde del área permitió al goleador del Leipzig alemán Matheus Cunha filtrarse entre los dos centrales nacionales y batir por bajo a Gonzalo Collao.
Con la apertura de la cuenta Brasil bajó un par de marchas y se dedicó a tocar, esperando nuevas ocasiones de gol. Ello fue aprovechado por Chile. Poco a poco se hizo de la pelota gracias a Gabriel Suazo y Camilo Moya, superó a su contrincante y llegó con cierto riesgo. La buena asociación de Ángelo Araos, Víctor Dávila y Nicolás Guerra permitió cruzar balones al costado derecho donde Iván Morales demostró que con su perfil correcto es de temer. Dos tiros cruzados metió el colocolino antes de que en el minuto 34 sacara un centro rasante rematado por Dávila y obstruido con el brazo por el capitán brasileño Lyanco. Tras la demora típica por los reclamos, el mismo Dávila batió de penal al arquero Cleiton con un disparo al centro de la portería.
La reacción brasileña esta vez sí fue controlada por Chile. Poco antes del término de la primera etapa, dos buenos tiros de distancia de Guerra y Dávila estuvieron cerca de ser el 2-1 a favor de la Roja.
Pero el buen cometido nacional duró hasta el minuto 52. Tal como Marcelo Díaz en la final de la Copa Confederaciones, esta noche Gabriel Suazo regaló la pelota como último central y permitió a Matheus Cunha batir sin problemas a Collao. Si ante Alemania Díaz falló por tratar de eludir al adversario que se le fue encima, Suazo ahora titubeó, y en vez de avanzar con el balón aprovechando que Matheus Cunha estaba un metro a su izquierda se frenó y despachó un patético pase justo hacia donde se le interponía el goleador brasileño.
Nunca más Chile pudo retomar el control del juego. Los cambios influyeron algo en ese decaimiento, pero lo primordial es que el equipo de Redin mostró poca madurez futbolística y se rindió muy pronto. Once minutos después del disparate de Suazo vino otro garabato. Esta vez del central Nicolás Díaz (hermano de Paulo). Perdió la pelota en la salida y eso costó un golazo del escurridizo extremo Antony.
Poco y nada de fútbol vino después. La única ruptura del monólogo brasileño ocurrió en el minuto 78. Ofuscado por la derrota, el lateral izquierdo chileno Álex Ibacache le pegó dos patadas seguidas al hábil Pedrinho provocando una trifulca que pudo haber acabado en batalla campal.
Los ánimos se calmaron finalmente y el árbitro zanjó todo expulsando a Ibacache y al capitán brasileño Lyanco.
Poco auspicioso el inicio de esta nueva etapa de la Roja Sub 23. En junio había tenido una decorosa participación en el ex Esperanzas de Toulon, con tres victorias ensombrecidas por la derrota 1-6 ante Japón. Pero lo de hoy, ante un rival directo rumbo a Tokio, demuestra que habrá que mejorar demasiado antes de pensar siquiera en llegar al preolímpico con alguna esperanza de clasificar a Tokio.
PORMENORES
Estadio: Pacaembú (Sao Paulo)
Público: No informado
Árbitro: Guillermo Guerrero (Ecuador)
BRASIL (3): Cleiton; Emerson (66′, Guga) Lyanco, Ibáñez, Guilherme Arana (73′, Abner); Douglas Luiz, Wendel (66′, Jean Lucas), Pedrinho (83′, Walce); Antony (74′, Artur), Matheus Cunha (74′, Arthur Cabral), Paulinho.
DT: André Jardine
CHILE (1): Collao; Rebolledo, Ramírez, Díaz, Ibacache; Suazo (64′, Cavalleri), Moya (90′, Gazzolo), Araos (64′, Galani), Morales (90′, Munder), Guerra (53′, Valencia), Dávila (53′, C. Lobos).
DT: Bernardo Redin
GOLES: 1-0: 13’, Matheus Cunha (Br); 1-1: 36’, Dávila (Ch); 2-1, 52′, Matheus Cunha (Br); 3-1, 63′, Antony (Br).
Tarjetas amarillas: Emerson, Guilherme Arana y Douglas Luiz (Brasil); Moya y Araos (Chile)
Tarjetas rojas: Lyanco (Br) e Ibacache (Ch)