La Roja: frente a un rival “más de verdad”, volvimos a las mismas dudas de siempre
El juego desplegado en Santa Cruz nos demostró que de bien poco servía ganarles a dos rivales que no existen, como Cuba y República Dominicana. Seguimos teniendo más falencias que virtudes, y aunque hubiésemos ganado, porque Chile estuvo más cerca, el análisis no cambiaría mucho.
Por EDUARDO BRUNA / Foto: CARLOS PARRA – ANFP
Frente a un rival un poco “más de verdad”, como Bolivia, y tras el deslavado 0-0 registrado en Santa Cruz de la Sierra, resulta que seguimos casi donde mismo. La Roja, pese al veranito de San Juan que significó derrotar con claridad y contundencia a dos rivales que no existen, mostró las mismas falencias de siempre, y si bien estuvo cerca de quedarse con la victoria, el encuentro nos deja claro que, jugando de esta forma, no es mucho lo que tenemos para afrontar con optimismo las clasificatorias.
Resultó evidente, sobre todo en la primera etapa, que a los jugadores nuestros les cuesta resolver sin tiempo y a veces con poco espacio. No digo “les molesta”, porque eso a cualquiera lo incomoda. El tema es que, para sacudirse de la presión que ejerció el cuadro de Costas, se necesita mucha más movilidad y capacidad técnica, la permanente búsqueda del desmarque para hacerse del balón y provocar claros. Y Chile eso no lo tuvo, entre otras cosas porque tanto Alexis como Brereton estuvieron bajitos y los del medio tampoco aportaron mucho.
Pulgar no estuvo a la altura de aquel que juega -y bien-, en Flamengo, Méndez no defraudó, pero tampoco jugó como para aplaudirlo y, por último, cada vez queda más claro que Vidal, a pesar de todo su despliegue y su oficio, está un cambio por debajo de la velocidad que se requiere. No para correr, pero sí para resolver. Demora la centésima de segundo justa como para que la sorpresa se pierda.
Capítulo aparte fue el aporte de Diego Valdés. El jugador del América, de acuerdo a todas las referencias uno de los mejores jugadores de la Liga mexicana, dejó ir dos oportunidades preciosas para haber abierto la cuenta, la primera de ellas realmente increíble. Cazó un balonazo largo, en una de las pocas desaplicaciones del fondo boliviano, y desde mitad de cancha arrancó solo en demanda del arco. Terminó la jugada de la peor manera: disparando al cuerpo del arquero, resignado al fusilamiento. Y si no concretó esa, mucho menos la otra que tuvo, cuando habilitado por un Alexis Sánchez que mejoró bastante en la segunda etapa, la bajó de pecho y de zurda le pegó horrible.
¿Cómo es que un jugador del calibre que nos describen, y que según se dice es codiciado desde Europa, es capaz de desperdiciar tales oportunidades? La única explicación es que la camiseta de la Roja te queda grande, Diego, porque de nada sirve aparecer en partidos de mentira y defraudar una y otra vez en aquellos mucho más serios.
El fondo estuvo lejos de ser un desastre, pero tampoco mostró la solvencia que se esperaba con una alineación que, se supone, será la que comience las clasificatorias. Suazo y Maripán mezclaron buenas y malas, y Delgado jugó realmente de yapa. Porque teniendo amarilla cometió una falta, en el minuto 33, que bien pudo significarle la segunda y, en consecuencia, la roja. Al cabo, el pilar de ese bloque posterior sigue siendo Gary Medel, un tiempista extraordinario que juega por él y arreglando las chambonadas de los demás.
En cuanto a Cortés, tuvo muy poco trabajo. Y es que, más allá de que Bolivia impusiera durante un largo rato sus términos, su peso ofensivo es muy parecido al nuestro: escaso. Moreno Martins, su mejor delantero, siente ya el peso de una campaña larga y prácticamente sólo le va quedando el oficio.
De todos modos, y más allá de su poca actividad, Cortés en una jugada ratificó su jerarquía: fue cuando, a los 32 minutos, se mandó un achique fantástico ante un Roberto Fernández que, descolgándose sorpresivamente, había quedado mano a mano y con todo para anotar.
En suma, y como decíamos al comienzo, frente a Bolivia volvieron a atraparnos todas las dudas. Nos falta velocidad física y mental para superar a un rival que presiona y muerde, y en todas las líneas carecemos de jugadores de mayor jerarquía.
Pero ya no hay vuelta que darle. Los dados están echados, porque este fue el examen final antes de ir a enfrentar en Montevideo al Uruguay de Bielsa. Dicho en simple, seguimos sin grandes recursos como para ser realmente competitivos.
PORMENORES
Partido amistoso disputado en Santa Cruz de La Sierra.
Estadio: Ramón Aguilera Costas.
Público: 35 mil espectadores, aproximadamente.
Arbitro: José Argotte, de Venezuela.
BOLIVIA (0): G. Viscarra; D. Medina, A. Jusino, M. Suárez, J. Quinteros, R. Fernández; J. Arrascaita, L. Ursino, G. Villamil; L. Chávez, M. Moreno. DT: Gustavo Costas. Cambios: a los 46’, J. Sagredo por Quinteros; a los 53’ C. Algarañaz por Chávez; a los 60’, B. Céspedes por Villamil y a los 75’, M. Terceros por Ursino.
CHILE (0): B. Cortés; J. Delgado, G. Medel, G. Maripán, G. Suazo; L. Méndez, E. Pulgar, D. Valdés, A. Vidal; A. Sánchez y B. Brereton. DT: Eduardo Berizzo. Cambios: a los 46’ N. Mehssatou por Delgado; a los 63’, A. Aravena por Brereton y a los 75’ M. Núñez por Méndez.
GOLES: No hubo.
Tarjetas amarillas: en Bolivia, Suárez y Ursino; en Chile, Delgado, Vidal y Suazo.