La desesperada Venezuela que espera a Chile
Luego de tres fechas disputadas, la selección vinotinto aún no tiene puntos en la tabla clasificatoria mundialista. Aunque el viernes contra Brasil mostró mejoras en su funcionamiento, contra La Roja no tiene más opción que ganar para recuperar la confianza, creer en su actual proceso y tener alguna esperanza de llegar a un Mundial por primera vez. Esto es lo que enfrentará la escuadra de Rueda el martes 17
Por RICHARD OLATE
Venezuela viene a los tumbos. Tres derrotas en las fechas que van de clasificatorias la tienen en el último lugar de la tabla, sólo superando a la débil Bolivia por diferencia de goles. Números muy lejanos a las expectativas previas de los vinotinto con miras a llegar a su ansiada primera Copa del Mundo. Pero, más allá de estos números poco auspiciosos, tras las derrotas ante Colombia (0-3), Paraguay (0-1) y Brasil (0-1), no hay que mirar por encima del hombro a los llaneros pensando en el partido del próximo martes de La Roja en Caracas.
Si bien la selección dirigida por Reinaldo Rueda aparece como superior en el análisis previo –sustentado además en el rendimiento ante Perú-, La Roja no debe confiarse, porque Venezuela tiene más de una virtud para complicar a cualquiera. Hay que recordar que, en los últimos tres lustros, el equipo llanero dejó de estar en el sótano continental: estuvo a sólo dos puntos de llegar al repechaje mundialista para Sudáfrica 2010 (perdió su opción en la penúltima jornada al perder de local con Paraguay), en la Copa América 2011 quedó cuarta y en el mundial sub-20 del 2017 fue subcampeón.
Esto ha hecho que en el plantel actual haya una mezcla de experimentados que alcanzaron a vivir los logros de hace una década (Rincón, Rondón, Rosales) con valores surgidos de los planteles que hicieron algo de historia a nivel juvenil. Es precisamente esta transición la que aún no cuaja en el rendimiento en la cancha. Además, el proceso que alguna vez encabezaron César Farías, Richard Páez y el propio Rafael Dudamel (hoy DT de U. de Chile) quedó trunco tras la salida de este último y ha costado enrielarlo otra vez.
Desde que se hizo cargo en febrero el portugués José Peseiro (que entre lo más destacado de su trayectoria luce haber sido el ayudante técnico de Carlos Queiroz en el Real Madrid en la temporada 2003-04) y sumado a los problemas por los tiempos de pandemia, el trabajo del plantel ha sido escaso, lo que se notó principalmente en las dos primeras fechas de las clasificatorias: ante Colombia, en Barranquilla, fue superada ampliamente en el primer tiempo, mostrando licencias defensivas y poca capacidad de reacción; y ante Paraguay, como local, si bien llevó la iniciativa, nunca superó con propiedad a la defensa guaraní y dejó espacios para que el visitante se llevara los tres puntos.
Contra Brasil, el viernes pasado, hubo mejorías ostensibles en el funcionamiento. Usando una estrategia defensiva (4-5-1), con bloques bien cercanos y aprovechando que los pentacampeones mundiales no estaban en un día de mucho brillo, aguantaron hasta bien entrado el segundo tiempo con el marcador en blanco. Tras el 1-0 de Firmino, obligado a salir de su zona, los llaneros pasaron a un 4-3-3, que si bien no alcanzó para cambiar el marcador, al menos mostró que saben llegar al área rival en busca del gol. En ese sentido, las incorporaciones de Rondón y Soteldo (quienes no estuvieron en las dos primeras fechas) les otorga un mayor volumen ofensivo y que, seguramente, serán cartas vitales en el esquema de Peseiro para usar frente a Chile.
¿Con qué se encontrará La Roja el martes en Caracas?
En el arco, Wílmer Faríñez (22 años, Lens de Francia), es el titular. Atajador, dueño de buenos reflejos y movimientos atléticos, muestra dudas en las salidas aéreas y no es tan preciso con el juego con los pies. Brasil usó como principal arma el centro desde las bandas al segundo palo para atacar al murallón venezolano y presionó al arquero cada vez que la tuvo en los pies para recuperar pronto el balón, el que casi siempre se fue al lateral desde los pies de Faríñez. De todas maneras, el portero más de una vez ha sido la figura de su equipo, de tanto atajar.
La defensa vinotinto juega con una clásica línea de cuatro. Ante Brasil, los centrales fueron Wílker Ángel (27 años, Ajmat Grozni de Rusia) y Yordan Osorio (26 años, Parma de Italia). Este último reemplazó a John Chancellor, titular en las derrotas contra Colombia y Paraguay. Si bien se vieron concentrados, estaban protegidos por la estrategia defensiva puesta en juego. Sin embargo, una constante en los dos primeros partidos fue que la pareja de centrales se vio vulnerable cuando dejó espacio a las ofensivas rivales. Por las bandas, los titulares son el experimentado Roberto Rosales (31 años, Leganés de España) y Rolf Feltscher (30 años, del L.A. Galaxy de EE.UU.), pero ambos salieron lesionados el viernes en Sao Paulo y son duda para el martes. Sus reemplazantes naturales son Alexander González (28 años, Dínamo Bucarest de Rumania) y nuestro conocido Luis Mago (26 años, Universidad de Chile), lo que lo podría ser un punto flaco para los desbordes de Orellana, Meneses y el propio Alexis Sánchez.
Como juega de local, lo más seguro es que el esquema venezolano sea un 4-3-3. Y en el mediocampo el portugués Peseiro tiene un gran problema que solucionar, ya que el emblema y capitán del equipo, Tomás Rincón, del Torino italiano, quedó suspendido al llevarse una segunda tarjeta amarilla contra Brasil. Con esa baja, lo más seguro es que su puesto lo ocupe Yangel Herrera (22 años, Granada de España), quien vuelve tras cumplir la suspensión que le impidió estar ante Brasil. Su acompañante debiera ser Cristián Casseres (20 años, New York Bulls de EE.UU.), titular en los dos últimos encuentros. El tercer mediocampista dependerá de la táctica. Si Peseiro opta por una línea de tres “mordedores” se debiera sumar Junior Moreno (27 años, DC United de EE.UU.), que jugó ante Brasil. Pero si opta por una estrategia agresiva, lo que debiera ser lo lógico por lo ya explicado, la opción sería Jefferson Savarino (24 años, Atlético Mineiro de Brasil), tal como lo hizo ante Paraguay en un claro 4-2-1-3 táctico.
En el ataque, por la derecha es número puesto Darwin Machís (27 años, Granada de España), titular en todos los partidos hasta ahora en las clasificatorias y que puede jugar por ambas bandas. Por la izquierda, Peseiro ocupó a Jefferson Soteldo (23 años, Santos de Brasil) contra la “verdeamarelha” y a Rómulo Otero (28 años, Corinthians de Brasil) como alternativa, quienes por sus características (amagues y desbordes, Soteldo; buen trato de balón y excelente remate, Otero), pueden convertirse en un problema para la defensa chilena. En el centro del ataque estará Salomón Rondón (31 años, Dalian Pro de China), quien es sinónimo de choque, potencia, juego aéreo y remate, pero cuyo nivel es un misterio desde que se fue al fútbol chino y porque ante Brasil se vio sometido a una labor solitaria y de desgaste y no tuvo mucho juego. Pero Rondón siempre es un nombre al que tener en cuenta.
Vale comentar que ante Brasil, mientras el equipo se dedicó exclusivamente a defender, pocas veces salió de su esquema en propio campo. Sin embargo, tras el 0-1, el pressing venezolano comenzó con el arquero rival y el adelantamiento de las líneas se trató de posicionar en campo contrario, lo que seguramente se repetirá desde el inicio el martes ante Chile, aprovechando el amplio despliegue físico de sus jugadores y que puede molestar al toque seguro (a veces lento) que pretende La Roja bajo el mando de Rueda.
Con todo ello, el equipo venezolano, con cero punto en la cuenta hasta ahora, tiene la obligación y el compromiso de enfrentar a Chile con la oportunidad (quizás la última de Peseiro) de demostrar que no quieren volver a ser sólo comparsa en las clasificatorias sudamericanas, de que cuentan con un plantel que puede aspirar a más. Esto puedo desencadenar que el comienzo del partido –por los bríos propios- se venga un intenso vendaval vinotinto, pero también que la desesperación por sumar y ganar deje los espacios que se marcaron en las derrotas contra Colombia y Paraguay. En ese escenario, Chile deberá aprovechar las ansiedades venezolanas para quedarse con los tres puntos. Las opciones están abiertas.