La Celeste siempre acarrea un infierno

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Por Richard Olate
Actualizado el 28 de septiembre de 2020 - 11:33 am

La Celeste

El primer reto de La Roja en las clasificatorias para Qatar 2022 -el próximo 8 de octubre ante Uruguay- no luce bien a primera vista: por las dudas acerca del rendimiento colectivo de los dirigidos de Reinaldo Rueda, por el nivel que tendrán los jugadores en medio de una temporada al menos irregular por la pandemia y porque la historia sentencia que en el Centenario casi nunca se cosechan alegrías.

Por RICHARD OLATE

A diferencia de lo grato que es caminar por las calles de Montevideo (y aprovechar de tomar un café, disfrutar de las librerías o pasear por el malecón), para los clubes y selecciones chilenas que deben ir cada cierto tiempo por los puntos al Centenario, la constante es vivir pesadillas más que alegrías. Los triunfos a nivel de clubes son contados (los históricos de Cobreloa en los `80, uno de Magallanes ante Bella Vista el `85, otro de Unión Española el `94, Colo Colo el `97, Cobreloa otra vez el 2013), pero a nivel de selección el registro queda un rotundo cero en cuanto a victorias.

De hecho, la única vez que La Roja ha logrado algo por los puntos jugando contra la Celeste, es un empate: el logrado en las clasificatorias para Sudáfrica 2010, donde los dirigidos de Bielsa lograron un notable 2-2 con dos anotaciones del “Matador” Salas. El resto, sólo derrotas: el 69 un 0-2 nos dejó fuera de México `70; en 1985 fue 1-2 en un día donde el Centenario hervía como si fuera una guerra; para Francia `98, un solitario gol de Marcelo Otero puso el 1-0 contra los dirigidos de Acosta; en 2001, los uruguayos terminaron 2-1 arriba; este resultado se repitió para la ronda para ir a Alemania 2006 con Juvenal Olmos en la banca; el 2011, La Roja de Borghi fue goleada 4-0 en una tarde iluminada de Luis Suárez; y en noviembre de 2015, los de Sampaoli fueron arrasados en un claro 3-0.

Dicen que la historia no juega a la hora del pitazo inicial. Pero en esta relación futbolística de uruguayos y chilenos en tierra charrúa, es poco lo que se puede argumentar contra las estadísticas y libros. Además, cuando no cuentan con el fútbol necesario, los celestes saben usar los empellones, la presión de ser local y el pelotazo ciego al área para lograr los tres puntos. Y por el lado chileno, no hay especialista en análisis que pueda dar certezas de cómo, quién (más allá de los fijos de siempre) y de qué forma se plantará el equipo de Rueda en el Centenario. 

Esto, porque Uruguay parece contar hoy con todo lo contrario: un plantel consolidado que viene hace tiempo siguiendo un estilo de juego, que mantiene una base constituida por jugadores con experiencia (y varios mundiales en el cuerpo, como Godín, Jiménez, Suárez, Cáceres), además de una camada de rostros de primer nivel que antes se consolidaron con grandes actuaciones en citas mundiales juveniles y hoy ya lucen en equipos de primera línea en Europa (Valverde en el Real Madrid, Bentancur en Juventus, Torreira en Arsenal). El famoso recambio del que siempre se habla en nuestras canchas y que todos prometen, pero que el “Maestro” Tabárez ha convertido en una verdadera realidad.

Con todo ello, ¿qué tiene Uruguay para hacer sufrir nuevamente a Chile en el Centenario? Como decíamos, lo mismo de siempre, pero con renovación en los nombres. Óscar Washington Tabárez no cambia demasiado su esquema de juego y apenas lo modifica de acuerdo a características especificas de sus jugadores disponibles. Como en el pórtico no estará el lesionado Muslera, confiará seguramente en las manos con experiencia de Martín Silva (Libertad de Paraguay) y teniendo como alternativa a otro veterano, Rodrigo Muñoz, que hoy es el titular de Cerro Porteño.

La defensa casi no tiene misterios. Línea de cuatro. Al centro de la zaga la dupla Jiménez-Godín lleva años de oficio jugando junta en la celeste (también lo hicieron por varios años en el Atlético Madrid), y para la alternativa está el conocido Coates y el emergente Araujo (otro que es parte de los jóvenes y ya juega en el Barcelona B). En las bandas, Martín Cáceres seguro que será dueño de una de ellas y las duda es si el “Maestro” optará por el lateral derecho del Getafe, Damián Suárez, o por la izquierda con Marcelo Saracchi (Galatasaray), o el propio Diego Laxalt (AC Milan).

El mediocampo de Tabárez es su gran fortaleza y donde el recambio ha mostrado su mayor impacto. Se cuenta con volantes mixtos que, además de correr, morder y marcar, también saben con el balón y pisan el área rival. Valverde, Bentancur, Torreira y Nández son apuestas que dan toda la confianza al DT charrúa para ganar esa batalla contra Vidal, Aránguiz y compañía. Y para la salida (como lo fue hasta hace poco Lodeiro) las opciones son Brian Rodríguez (Los Ángeles FC) y Giorgian de Arrascaeta (Flamengo), ambos que también ya llevan años de presencia en las nóminas celestes. 

En el ataque, ante la ausencia de Edinson Cavani (aún sin club y fuera de ritmo competitivo para ser nominado) la duda es quién acompañará a Luis Suárez (que jugó 20 minutos en su debut en el Atlético de Madrid, marcando dos goles) en la dupla de ataque. Tabárez cuenta con la potencia de Maxi Gómez (que ya la usó en momentos de la Copa América pasada), o el veterano Christian Stuani (que siempre rinde cuando entra), pero si la idea es optar por un complemento de Suárez con alguien que tenga más movilidad, las alternativas podrían ser Darwin Núñez (Benfica) o Jonathan Rodríguez (Cruz Azul).

Con toda esa artillería, Uruguay pretenderá poner condiciones en la cancha, con tal de asegurar los primeros tres puntos en esta larga travesía con destino a Qatar. Esta vez, como tantas en el pasado, “La Celeste” aparece como clara favorita. Tiene la base intacta de su modelo y funcionamiento, nombres potentes en zonas clave y sabe que como local en los pastos del mítico Centenario se hace respetar. Nada suena auspicioso para el debut chileno en las clasificatorias. Además, por si no se acuerda, el 18 de noviembre de 2015 (la última vez que La Roja visitó el Centenario), mientras el equipo de Sampaoli no hacía nada bien en la cancha y caía inobjetablemente 3-0, Sergio Jadue escapaba en el aeropuerto rumbo a Estados Unidos y ya sabemos todo lo demás. Como si la sola historia de los números no bastara para saber que ir a Uruguay no fuera siempre un infierno.