Julio Osses: “Sacar un libro es un desgaste emocional fuerte”.

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Por El Ágora
Actualizado el 24 de diciembre de 2023 - 1:55 pm

El escritor, reportero, también creador y conductor de programas musicales en televisión abierta, volvió a reeditar este 2023 “Exijo ser un héroe”, la Historia de Los Prisioneros, bajo la etiqueta Ediciones UC. Un libro pionero en su formato de crónica, donde además participan todos los integrantes de la mítica banda de San Miguel. El Ágora conversó con Julio Osses sobre este relanzamiento.

Por RODRIGO CABRILLANA / Fotos: GENTILEZA

-Julio, ¿cómo fue que se gestó el libro “Exijo ser un héroe” en sus inicios?

“Cuando edité ‘Exijo ser un héroe’ tuve la oportunidad de sacar ese libro, porque yo quería filmarlo y nunca fue mi intención sacar un libro. No pensaba hacer una carrera literaria, nunca fue mi intención, y después durante mucho tiempo luché por encontrar otro objeto de estudio que estuviera a la par de hacer una biografía de Los Prisioneros y me costó mucho. Yo estuve trabajando con La Ley un tiempo, hice una gira con ellos, Beto (Cuevas) me encargó hacer un libro y le teníamos hasta un título. Se llamaba “Ese camino largo”, pero a medio andar desistí y no quise entrar de nuevo en el círculo desgastante que fue ‘Exijo ser un héroe’.

Entonces, ‘Exijo ser un héroe’ siempre fue un documental escrito y eso me permitió ser también lo ‘patudo’ que fui. A mí me costó mucho tiempo asumir que era un libro de culto. Como que yo decía: ‘No es un libro de culto, sino que es un libro que no está disponible en las librerías, y al no estarlo no se vende y por eso genera esa especie de interés’. Pero con el paso del tiempo me empecé a dar cuenta que había una energía que me gratificaba mucho cuando los lectores me decían: ‘Este libro es importante para mí y me gustó mucho’.

Y me costó mucho tiempo entender también, por las inseguridades personales, que el libro había quedado bien, no solamente porque era una biografía de Los Prisioneros, sino porque además creo que lo había hecho bien, con todo lo mal que estaba, porque ese primer libro es súper punk. O sea, a mí me interesaba que tuviera la textura de ‘La voz de los ’80,’, que es un disco punk.

Por lo mismo, el primer ‘Exijo ser un héroe’ es un libro injurioso, de estética punk, con mucha textura garaje. Y como nunca estuve muy convencido de mi veta literaria, yo siempre me sentí como un cronista más. Pero lo que sí me interesó de ‘Exijo ser un héroe’, es que me habilitó una carrera para ser crítico de música. Como que me dio una especie de peldaño para que me empezaran a llamar todo el tiempo, por ejemplo, para opinar en noticieros y hacer prensa. Y todo eso es bonito para alguien que ama la música como yo, porque me permite opinar un día de Luis Miguel, otro día de Nine Inch Nails y entre medio de otras bandas. Para mí eso es bellísimo y eso se lo debo a ‘Exijo ser un héroe’”.

-¿Cuál es el rol que cumplen entonces Los Prisioneros dentro de tu labor como periodista e investigador musical?

“Al ser Los Prisioneros mi objeto de estudio y además ser la historia que he seguido, se convirtió su historia entonces en mi objeto de investigación. O sea, es como cuando los genetistas o los científicos que se dedican sólo a un tema, a mí me pasó como cronista que yo me dediqué a Los Prisioneros.

Y que yo me resistiera durante tantos años a sacar otra edición de ‘Exijo ser un héroe’, era porque sentía pudor por el material, que me parecía que era un material sensible y yo no lo quería tocar. Sentía que, si lo sacaba, lo tenía que sacar igual, pero eso implicaba muchas cosas como acusaciones de estafa a alguna gente, pelaba a muchos periodistas por mala praxis, hablaba de uno de los intentos de suicidio de uno de los integrantes del grupo, hablaba de drogas, tenía también algunas alusiones un poco machistas, etcétera. Por eso cuando volví a revisar el material para sacar ‘Orgullo & pasiones: la historia de Los Prisioneros’ (1983-2016), me dio un pudor tremendo, yo decía: ‘Cómo tan patudo yo, para sacar en un sello (editorial) internacional esto y escribir estas cosas’.

Ahora, yo sentí que cuando le pasa esto a Jorge (González) el 2015, lo del ACV, ¡a mí me partió el corazón! Te lo juro. Porque recuerdo que lo dije en el libro, que siempre temía que en algún momento Jorge ‘se pasara de carrete’ y no estuviera más. Pero nunca pensé que le podía pasar algo tan grave, que lo inhabilitara como músico. Entonces, esa angustia me llevó a querer procesar este libro durante ese año, a que lo tomara y me dijera: ‘Bueno, esto es lo que es nomás. En El fondo yo no puedo ser el impedimento para que esta historia esté nuevamente disponible’. Y ahí fue que me llama Alfredo Sepúlveda que había tomado recién Vía X Ediciones, y el que siempre fue un fanático de ese libro, y me dice: ‘Julio, ¿quieres sacar de nuevo ‘Exijo ser un héroe’?’”.

-¿Cuál fue tu respuesta a esta nueva petición de editar “Exijo ser un héroe” pero tal vez con otro título?

“Les respondí: ‘Yo sí creo que esta historia tiene que salir de nuevo, como está, de boca de Los Prisioneros, porque me gusta en el fondo lo que yo conseguí componerme dentro de la historia, ya que eso concibe, además, la idea de que tú tengas la impresión de que estuve con Los Prisioneros y de que los conocí’. Que eso es lo que a mí me interesaba de incorporarme yo como periodismo gonzo dentro del libro, porque así sigues conmigo todo ese tema que de repente apareces en medio de la historia de Los Prisioneros sin tener arte ni parte.

Así que seguí respondiéndole: ‘Déjame pensarlo, porque necesito enfrentarme a este material y ver cómo lo proceso, porque no lo puedo sacar igual”’, especialmente por lo injurioso que era ese primer material. Ahí me empecé a dar cuenta que mi acercamiento a la historia de Los Prisioneros había dejado de ser un poco de observador, y recién asumí que tenía muchas emociones metidas en el asunto y dije: ‘Bueno, entonces tengo que hacer un libro emocional, ya no puedo hacer ‘Exijo ser un héroe’ y esto tiene que ser ‘Orgullos & pasiones’…’, lo que fue”.

-Bueno, “Exijo ser un héroe” en un momento era inconseguible, pasó a ser claramente un libro de “culto”. ¿Qué piensas de aquello?

“Eso que dices tú, lo escuché muchas veces y es muy loco, porque salió en un sello internacional (Aguilar), y te creo que hubiera salido por una editorial independiente, pero no fue así.

Y otro tema que para mí es muy importante, es: ¿Por qué uno escribe? o ¿para qué uno saca libros? Porque encuentro que es algo inútil sacar libros, y debe ser porque como empecé a trabajar muy chico, fui papá joven y además era músico, ser cronista de música y también reportero se convirtió en un modo de supervivencia para mí. Te cuento una anécdota, un día estaba mi hija más chica conmigo, y mi hija mayor le dice: ‘¿Por qué no pones al papá en Google?’. Y ella va, lo hace y aparecen un montón de referencias en la pantalla, que cuando yo miro, te juro que me acuerdo del 5% de todo eso, porque yo trabajaba escribiendo y he escrito mucho siempre. Entonces, sacar un libro, es lo mismo que he hecho escribiendo para medios, pero necesito una decisión muy fuerte para trabajar en él, porque es un desgaste tremendo y siento que es un formato que permanece mucho. Es un formato que se convierte en un objeto y para mí no hay mucha diferencia entre lo que significa sacar un libro y sacar un disco o hacer una película. Para mí es lo mismo y ahora me doy cuenta, porque no lo sabía. Pero, nadie cuenta que el desgaste emocional es fuerte, y cuando yo saco ‘Orgullos & pasiones’ finalmente es una remezcla. Es un remix, pero que pasa por otra parte. Pasa por las emociones de sentir que en el fondo a la banda que le dedicaste toda tu vida, ya no existe y no va a existir.

-Es una emocionalidad fuerte escribir un libro, se involucran muchas cosas.

“Yo hablo mucho con Cristóbal González Lorca (escritor y músico) estas cosas y no sé si a la gente le interesen. Pero, por ejemplo, yo envidio a Cristóbal la capacidad que tiene para sacar libros, porque para mí es complicado sacar un libro tras otro, ya que necesito encontrar una motivación. Y relancé ahora ‘Exijo ser un héroe’, porque quería participar de todo lo que se hiciera de los 40 años de Los Prisioneros. De hecho, se lo manifesté a la gente de cultura y les dije: ‘Si en ese contexto funciona la reedición del libro, lo encuentro bacán’. Y lo conversamos con Ediciones UC, les dije: ‘Si hay que reeditar ‘Exijo ser un héroe’, es el momento y todo’, pero empezaron a pasar los meses y no se hacía nada con Los Prisioneros. No se hacía nada con los 40 años, y yo me dediqué más encima, dejando un poco de lado la idea de ‘Exijo ser un héroe’, a tener conversaciones sobre la Nueva Canción Chilena y sobre Víctor Jara. Porque, después del estallido y cuando se acaba mi programa (“Estado Musical”) en La Red, entro a ‘La Voz de los que Sobran’ y venía además de una época súper politizada en mi vida, porque sentía que estaba el caos en todas partes. De hecho, cuando llego a La Red le digo a Víctor Gutiérrez: ‘Tenemos que hacer algo porque los músicos se están muriendo de hambre’. Había empezado la pandemia y veía que los músicos comienzan a retirar su 10%, pero también lo habían vendido todo. Todas las guitarras y hasta los cables.

La portada del libro.

Entonces, yo venía de esta etapa súper politizada y en un momento digo: ‘¡Basta!’. Porque cuando veo que mis emails ya no tienen respuesta del Ministerio de Cultura, pasa el tiempo y coincidentemente me escriben de Ediciones UC. Ya venía trabajando el texto, había tenido un poco el tiempo de volver a mirarlo y de tener una relación con el material sabiendo que es súper sensible, porque yo puedo tocar mis intervenciones, pero las cuñas de Los Prisioneros no las puedo tocar. Porque sería una falta de respeto para la gente que tiene el primer libro y también siento que tengo una misión ahí, porque es el único libro donde Los Prisioneros cuentan su historia y lo hacen sin censura. Y no solamente Los Prisioneros, sino también Carlos Fonseca, Caco Lyon y otros más.

Y una cosa que me permitió hacer ‘Orgullos & pasiones’ fue que Claudio Narea incluyó su versión de la historia en el libro ‘Biografía de una amistad’, porque él se baja en la mitad de la realización de ‘Exijo ser un héroe’. Entonces, ‘Orgullos & pasiones’ tenía tres motivos para hacerse: 1) Lo que le sucedió a Jorge 2) Que Los Prisioneros se habían acabado y ya no se iban a juntar, porque Jorge a pesar de que sigue siendo un artista, jamás se iba a volver a subir a un escenario con los otros dos músicos originales 3) Porque Claudio siento que ya había contado su verdad y tenía que incluirla, y ahí me surge mi responsabilidad como periodista y tenía que dejar constancia de eso.

Así que cuando saco nuevamente (2023) ‘Exijo ser un héroe’, me siento con la gente de Ediciones UC y me doy cuenta de que al llegar con ellos me permite publicar el libro como siempre lo quise hacer, con la calidad que me interesaba hacerlo, que fuera realmente un ‘companion book’ de esos discos. Y, además, me permite llegar a un público más amplio, que no solamente fuera la gente que le interesa la crónica de rock, sino que también los más jóvenes, ponte tú. Por eso cuando invito a Nicolás Copano a presentarlo, no es gratis, porque me interesa el cruce intergeneracional y él tiene quince años menos que yo, pertenece a la generación del Presidente Boric y para esa generación es súper importante Los Prisioneros.

Además, cuando tú estás escribiendo un libro, hay cosas que te das cuenta recién 20 años después, porque no son cosas que son automáticas. Yo me formé en los talleres de Alberto Fuguet y a uno puede gustarte más o menos la manera en que escribe Alberto, pero hay una ética artística atrás que a mí siempre me interesó y que nosotros siempre partimos de la premisa que, si no duele, no sirve. O sea, te tiene que molestar un poquito, te tiene que incomodar. El texto debe tener filo, debe tener textura y especialmente ‘Exijo ser un héroe’ es probablemente el texto más difícil que yo he trabajado, súper difícil, porque incluye mucho tomar decisiones de montaje. O sea, qué dejar y qué no dejar. Porque si hubiera dejado todo lo que tengo, hubiera sido un libro de 2.000 páginas y no estoy interesado en eso. A mí me interesa el ‘delivery’, el decir: ‘Esta canción va a durar cuatro minutos, pero podría durar doce minutos’. ¿Y para qué vas a entregar una canción de doce minutos, si puedes entregar una de cuatro minutos y que esté redondita?

Por lo tanto, uno puede pensar que sacrifico la autoría al someter el libro a una corrección de estilo que amplía el público, pero a mí me da lo mismo, porque me importa el objeto, el producto, que es ampliar ese público. Yo no estoy interesado en ser autor de nada, yo soy un medio solamente (para contar la historia)”.

-¿Quién fue el primer editor de ‘Exijo ser un héroe’?

El editor de la primera versión fue Gabriel Sandoval, que fue el editor principal durante mucho tiempo de Planeta México. Él tuvo la capacidad para decir: ‘Toco este material o lo toco menos’, pero en el fondo Gabriel me dejó pasar. Yo siempre tengo una anécdota que la cuento, donde en los años ’90 me tocó entrevistar a Los Ex, el grupo que armaron Pablo Ugarte con Colombina Parra después de Los Barracos, y Pablo me contó en esa época una historia que yo siempre la he guardado en el rincón de mi alma y que me parece súper bonita, donde él dice que estaban preparando un disco nuevo de Los Barracos con la Colombina, ellos se estaban separando además y sucede que Colombina llega con un montón de canciones. Pablo las escucha entonces y me dice: ‘Esas canciones tenían una energía tan fuerte que yo dije, o me interpongo en esta energía, o me hago a un lado y la dejo pasar’, y Ugarte, que es muy artista y con mucho talento, decidió dejarlas pasar, porque se dio cuenta que eso ya no eran Los Barracos, cachaba que él ya no era el centro del grupo, sino que era Colombina. Y lo dejó pasar, y ser editor implica que debe tener ese talento. O sea, un editor no puede querer ser más autor que el autor. Un editor tiene que ser un catalizador de lo que el autor está haciendo. Es como el productor musical, porque si George Martin hubiera querido ser más artista que los Beatles, hubiéramos estado hasta el carajo.

Entonces, hay que saber editar sin que la textura del libro se pierda”.