Jugador de la Roja lanzó una bomba contra la ANFP

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Por Eduardo Bruna
Actualizado el 19 de noviembre de 2017 - 11:55 am

Acusó que el organismo máximo del fútbol profesional todavía no les paga la alta suma en dólares que obtuvieron por derecho de participación en las ganancias de la Roja durante las clasificatorias para Rusia 2018. El cuerpo técnico está en similar condición. Agregó que existen pendientes deudas de sueldos y previsionales con funcionarios de Quilín y Juan Pinto Durán. La ANFP, que baja clubes de división e incluso los desafilia cuando cometen estos pecados, ¿no debiera castigarse o desafiliarse a sí misma? Es como el Padre Gatica, que predica, pero no practica.
La confidencia de un integrante de la Roja a un allegado a la Selección Nacional dejó caer una bomba sobre la sede de Quilín: la ANFP, puesto que es el organismo que maneja al equipo, saltándose a la Federación, sigue sin pagarles a los jugadores el alto monto en dólares pactado como participación de las utilidades que dejaron las últimas clasificatorias para Rusia 2018, de triste recuerdo y desastrosos resultados.

La acusación, sin embargo, no quedaba allí. El máximo organismo del fútbol profesional chileno, que desafilia clubes o baja a otros de división por no responder a tiempo con los sueldos de sus jugadores, o no pagar cuando corresponde las cotizaciones previsionales, estaría incurriendo en el mismo vicio que tanto critica y condena: además del cuerpo técnico de la Roja, con el cual se mantiene también una respetable deuda, en parecidas condiciones estarían los trabajadores de Juan Pinto Durán y de Quilín.

La deuda no sería para nada menor: se calcula que fluctúa entre los 12 y los 15 millones de dólares.

A más de un mes de concluidas las clasificatorias, los jugadores siguen sin respuesta de la dirigencia. Los funcionarios, con menos visibilidad y posibilidades de presionar, mucho menos.

Un dirigente de club, consultado acerca de esta situación, señaló que “es difícil saber hoy algo con certeza, dado el secretismo con que se maneja todo. Pero no me extrañaría que la situación fuese absolutamente cierta. De hecho, eso de que los jugadores de la Roja siguen esperando la repartición de los dineros acordados es un secreto a voces. Con esto, la ANFP es, como se dice popularmente, el Padre Gatica, que predica, pero no practica”.

No es el único incendio que debe apagar por estos días la dirigencia de la ANFP.

El pasado jueves, la Circular N° 95, que citaba a un Consejo Extraordinario de Presidentes de Clubes para el jueves 16 de noviembre, en la sede de la ANFP, atizó un nuevo conflicto entre el organismo máximo del fútbol profesional chileno y la Segunda División.

La cita estaba fijada para las 10.00 horas, pero eran pasadas las 11.00 y no había visos de que la reunión se fuera a efectuar. ¿Qué había pasado? Que el directorio de la ANFP se había enterado temprano no sólo de que la Corporación de Lo Barnechea se sumaba a la postura de la Sociedad Anónima que conduce el club precordillerano, en el sentido de no pagar la cuota de incorporación de 2 millones de dólares que se le exige al campeón de Segunda para militar en Primera B, sino que Naval e Independiente de Cauquenes, clubes de Segunda División, habían hecho llegar una carta en que, a través de ocho puntos, rechazaban de plano la actitud del directorio encabezado por Arturo Salah.

Dicho claramente: se sumaban a la postura de Lo Barnechea y entraban en franca rebeldía en contra del organismo máximo del fútbol profesional.

La misma citación a este Consejo constituyó para los clubes disidentes un argumento más para reforzar sus posiciones.

Motivo: los puntos a tratar eran la cuota de incorporación que deben pagarle a la ANFP los clubes que se ganan el derecho a militar en la Primera B; el “caso” Barnechea; la licitación de los cupos para el próximo año de la Segunda División y la situación de Deportes Ovalle, descendido sumariamente desde la Segunda División a Tercera. Sin embargo, y al igual que en anteriores oportunidades, la Segunda División no fue considerada en esta citación, como cuando el directorio de la ANFP le diseñó las bases de campeonato a la serie de manera absolutamente inconsulta y arbitraria.

En otras palabras, temas que atañen a la Segunda División en forma directa, iban a ser tratados y decididos exclusivamente por personeros de la Primera y la Primera B. Y no sólo eso: Sebastián Moreno, secretario general de la ANFP, y quien hizo la citación al Consejo, ponía énfasis en que “de acuerdo al artículo 19 del Reglamento de la ANFP, estas sesiones son privadas”.

Leonardo Zúñiga, presidente de Deportes Melipilla, reaccionó con justificada molestia, señalando que “es inaceptable que se traten temas relevantes de nuestra división y que ni siquiera seamos invitados. Creo que no nos merecemos ese trato”.

La posición del timonel melipillano fue reforzada por Luciano Uribe, gerente general de Independiente de Cauquenes, quien agregó que “llama la atención y molesta que no nos consideren para nada. No sólo no tenemos derecho a voto dentro de los Consejos de la ANFP, sino que tampoco somos escuchados”.

El hecho es que, para tener tiempo para negociar, la ANFP le propuso al Consejo una solución muy a la chilena: la formación de una comisión que se abocara a la búsqueda de una solución con los clubes de Segunda.

Victoriano Cerda, uno de los principales dueños de la Sociedad Anónima Deportiva que regenta aHuachipato, y quien ha sido involucrado en los variados problemas que ha debido afrontar la isapreMasvida, se ofreció gentilmente para presidir la comisión. Sin embargo, sus pares al parecer no le tienen mucha confianza, toda vez que la más alta votación para estos efectos la obtuvo Gabriel Artigues, de la Universidad de Concepción.

En otras palabras, debiera ser él quien la presida.

Esta comisión quedaría conformada por dos dirigentes de la Primera (Artigues y Cerda), por dos personeros de la Primera B (uno de Arica y el otro de Valdivia), y dos representantes de los clubes de la Segunda División, por designar.

¿Cuál fue el problema? Que apenas concluido el Consejo los clubes de Segunda comenzaron a recibir llamados del secretario general de la ANFP, Sebastián Moreno, y de Victoriano Cerda, cuyo fin último era neutralizar la conformación de la comisión.

Tal hecho no hizo más que endurecer las posiciones de Naval e Independiente de Cauquenes. No sólo eso: a otras instituciones de Segunda tampoco les pareció bien que, nombrada una comisión, surgieran hechos que la desvirtuaran aún antes de su constitución.

En lo concreto, tanto Naval como Independiente de Cauquenes se muestran decididos a seguir los pasos que en su momento adoptó Deportes Lo Barnechea, que apeló al Tribunal de la Libre Competencia para ingresar a la Primera B sin tener que pagar el abusivo derecho de llaves de 2 millones de dólares que le cobraba la ANFP, situación por la que ya pasaron Deportes Puerto Montt y Deportes Valdivia, con nefastas consecuencias desde el punto de vista económico.

Ambas instituciones enviaron, hace algunos días, una carta dirigida a la ANFP pero también al directorio de la Federación, no se sabe si ingenua, irónicamente, o por cumplir con los protocolos. En ella, a través de ocho puntos, proponen el término del abusivo cobro al campeón de la Segunda División, impuesto durante el tristemente célebre periodo de Jadue, pero con vigencia hasta nuestros días.

Naval e Independiente de Cauquenes piden, además, ser reconocidos como clubes integrantes de la ANFP, sin discriminaciones que limiten o perjudiquen sus posibilidades de desarrollo, y exigen el ingreso de los clubes de Segunda División (también Sociedades Anónimas Deportivas), al Consejo de Presidentes en igualdad de condiciones respecto de los 32 instituciones hoy asociadas. Agregan: con derecho a voz y voto proporcional, conforme lo estipule la legalidad vigente del país y de acuerdo con los estatutos de la FIFA, la Federación Chilena de Fútbol y la ANFP.

Exigen, también, que las bases de todos los torneos oficiales que disputen los clubes asociados sean similares entre sí. Y es que hacer lo que la ANFP hizo cuando le diseñó las bases a la Segunda División, es decir, fijar límites de edad para los jugadores, o estipular un cupo reducido para elementos foráneos, no sólo constituye una discriminación arbitraria y sin base alguna, sino que va en rumbo de colisión con las leyes y la propia Constitución que nos rige.

“En este país existe la libertad de trabajo y la ANFP no es quién para desconocerlo”, señalan.

En la parte final de la carta enviada a la ANFP, Naval e Independiente de Cauquenes expresan que “la industria no resiste más la fusión de hecho que existe por años entre la administración de la Federación y la ANFP. Hay conflicto de intereses, transgresión a los giros de cada entidad y todo se confunde, llegando a una situación que limita con la ilegalidad. La Federación y la ANFP son entidades distintas, con giros diferentes, objetivos disímiles y misiones separadas”.

Ambos clubes proponen, además, que la ANFP debiese estar constituida por tres divisiones, con 16 clubes cada una.

Finalmente, tanto Naval como Independiente de Cauquenes dan a conocer su intención de apelar al TAS en el caso de que sus peticiones no sean escuchadas.

Lo del TAS ambos clubes lo citan sólo a manera de ejemplo. “En el ámbito nacional –dicen- también tenemos instancias a las cuales apelar y sin duda lo vamos a hacer”.

Y es que, luego que quedara en evidencia que la FIFA es un antro de mafiosos, el temor reverencial a acudir a instancias externas al fútbol se perdió por completo.

En medio de los conflictos, sin embargo, el fútbol sigue su marcha como si nada. “No hay motivos para detener la venta del Canal del fútbol” (en realidad, una entrega en concesión por un lapso de 15 años), dijo hace unos días Hugo Muñoz, director de la ANFP y quien las ofició de vocero del organismo ante la prensa.

Para la dirigencia nacional parece no ser tema el que día a día se conozcan más detalles de los casos de corrupción que involucraron a poderosas cadenas televisivas que pagaron millonarias coimas a dirigentes e incluso futbolistas para hacerse con los derechos de transmisión. Tampoco parece haberlos conmovido –o preocupado- que el alto personero del gobierno de Cristina Kirchner, Jorge Delhon, se suicidara lanzándose a las vías del tren en el barrio bonaerense de Lanús luego de haber sido implicado por Jorge Burzaco, capo de Torneos y Competencias, como uno de los que recibió millones de dólares malhabidos.

Burzaco, que cantó como un canario ante la policía, que le ofreció un tecito con galletitas para que contara toda la verdad, hasta implicó a Lionel Messi, señalándolo como otro que, para confirmar su presencia en algunos partidos, recibía un pequeño plus de 200 mil dólares por encuentro amistoso disputado.

Acá, como si lloviera. Mientras cercanos a Jadue siguen actuando, incluso en el directorio de la ANFP, como Gaspar Goycolea, y se mantiene en un alto cargo de la FIFA como representante del fútbol chileno a Cristián Varela, otro del riñón del ex presidente, trascendió ahora que Pablo Tallarico habría comprado el club San Antonio Unido, actual militante de la Segunda División.

Tallarico, junto a Nibaldo Jaque y los hermanos Sabando (Raúl y Adolfo), más el argentino Luis Polnoroff, que ni siquiera residía en Chile, se llevaron la plata para la casa, dejando a Deportes Concepción en la más completa ruina.

La solución adoptada por la ANFP, la conocemos todos: en lugar de perseguir a los culpables, y hacerles devolver los millones de pesos que desaparecieron misteriosamente de las arcas del club “lila”, desafilió a Deportes Concepción del fútbol profesional.

Así como al país nunca volvió la alegría prometida tras la caída del dictador, la transparencia que ofreció el fútbol tras Jadue sigue esperando.
Y hasta ahora en vano.