José Luis Villanueva, un barrabrava con micrófono

• De niño fue mascota de Colo Colo y luego fugaz alternativa ofensiva de Universidad Católica. Acaba de encender los ánimos de cara al clásico universitario con una tallita que, además de calentar a señeros símbolos azules, desnudó su microscópico criterio.

El sábado 20 de agosto, en el marco del acto de cierre del estadio San Carlos de Apoquindo, que entrará a una fase de remodelación, el exjugador de ese club y actual comentarista deportivo, José Luis Villanueva, se mofó deliberadamente de su clásico rival, Universidad de Chile.

Animando con Fran García-Huidobro (sí, la misma de “Primer plano” y “Maldita moda”) se despachó la siguiente joyita: “Aquí vamos a tocar la oreja un poquitito. Es muy difícil tener estadio. Hay equipos que no han tenido y probablemente no vayan a tener. Nosotros tenemos, tuvimos y tendremos”.

Desde entonces hasta ahora, la camotera verbal que ha recibido de vuelta uno de los mejores 150 delanteros de la historia de los cruzados ha sido de antología. La andanada de respuestas ha sido propinada por exfutbolistas azules como Marco Olea, Cristián Traverso, Roberto “Tomatín” Rojas y Sandrino Castec, además de respetados entrenadores como César Vaccia y Raúl Toro.

Que a Villanueva se le soltó la cadena es evidente. Tanto como que lo único que ha conseguido es desempolvar sus fotos llorando a mares tras perder 4-1 la final del 2011 precisamente a manos de… Universidad de Chile.

Lo que es gravísimo es que nuevamente fue víctima de un rapto de populismo pasándose por buena parte su credibilidad como comentarista. Ya le había pasado el 2021, cuando publicó en su cuenta de Twitter una imagen del Chavo del Ocho gimoteando para burlarse de los lamentos de Colo Colo por registrarse un nuevo caso de covid-19 entre sus filas.

¿Qué pretende Villanueva? Lo pregunto más como futbolero y consumidor de programas deportivos que como simpatizante de Universidad de Chile. ¿Qué “Show de goles” lo enrole como nuevo representante de los forofos de Católica? ¿Qué sus empleadores en ESPN reevalúen su continuidad en los paneles que integra en esa señal? ¿Arriesgar la tranquilidad de su familia y su propia integridad a cambio de darse un antojito infantil?

¿O pensaba que sus dichos no trascenderían, considerando la magnitud del enemigo que se echó encima? ¿Le dijeron que el acto se transmitía en circuito cerrado o que no había prensa acaso? Misterios sin resolver.
Dejemos de lado la infructuosa tarea de examinar la psique de este muchacho, tratando de explicarnos sus motivaciones. Vamos a la tallita en sí, la falta de estadio de la “U”.

A estas alturas resulta casi irrelevante el hecho mismo. Yo mismo les digo a mis cercanos que cuando muera quiero que el cortejo pase por fuera del estadio de la “U” (una manera inconsciente de retrasar al máximo ese momento, supongo).

Lo que molesta es el afán por tratar de mortificar con algo que es demasiado fácil de contrarrestar. “Sin estadio tenemos una Copa Sudamericana”, se le podría contestar. “Guaaaa, pero nosotros tenemos una Interamericana”, saltaría el “Beckham chileno” y ahí mismo se acabaría el debate, por falta de seriedad.

A lo más, seguiría con este pimpón.

P.: ¿Cuántos partidos jugaron para ganar ese trofeo?
R.: Dos.
P.: ¿Contra quién lo jugaron?
R.: Contra el Deportivo Saprissa (no confundir con el “¡Soapiiiiisa!” de Hermógenes Conache) de Costa Rica.
P.: ¿Por qué jugaron esa copa?
R.: Porque Sao Paulo, al que le correspondía hacerlo, lo vio como un cacho.
P.: ¿Se sigue jugando ese “torneo”?
R.: No. La última vez fue en 1998.
P.: ¿Cuál fue el último campeón?
R.: DC United de Estados Unidos.

No más preguntas, señor juez.

Lo peligroso es que Villanueva caldea los ánimos a horas de un clásico universitario que se jugará, luego de mucho tiempo, otra vez en el Estadio Nacional y con un aforo cercano a 23 mil personas. Quiero creer que este chico no se va a aparecer por Avenida Grecia este sábado. Digo, a menos que lo haga flanqueado por el GOPE.

Cuando uno, prejuiciosamente, esperaba estas provocaciones de exfutbolistas tan sanguíneos como “Nico” Peric o el “Mago” Valdivia, hoy reconvertidos en prensa deportiva, el numerito se lo manda Villanueva.

Como comentarista sólo ha destacado por salidas de madre y desatinos. Quedémonos con el recuerdo de los cuatro inolvidables partidos que disputó vistiendo la roja de la selección adulta, entre el… y el… ¿me va a creer que no me puedo acordar de las fechas? Bueno, pero cómo olvidar los goles que anotó en el surcoreano Ulsan Hyundai FC, el uzbeco FK Bunyodkor Tashkent y el chino Tianjin Jinmen Tiger. No son cualquier club.

Esos tantos y esa trayectoria deben poner verde de envidia al mayor artillero histórico de Universidad Católica, Rodrigo “Chamuca” Barrera (118 goles), un azul de corazón.