Jarry y un regreso demasiado esperado
Tras meses de oscuridad, el tenista número tres de Chile está viendo la luz al final del largo túnel que atravesó luego de su castigo por dóping. Mucho tuvo que remar el nieto de Jaime Fillol para acercarse al top 100 del ranking mundial, una meta que parece posible hoy tras una notable actuación en el ATP 250 de Gstaad, en Los Alpes suizos.
Por SERGIO RIED
No, no ha sido coser y cantar para Nicolás Jarry cumplir su sueño de volver a ingresar al top 100 del mundo tras vivir un período oscuro y lleno de incertidumbres que tuvo su origen en el castigo impuesto por la ATP por el uso de sustancias prohibidas.
El nieto de Jaime Fillol, actual número tres de Chile, pudo dejar esta semana al menos en el recuerdo lejano todo lo sufrido por aquel dóping positivo detectado y sancionado por las autoridades mundiales -que en algún momento lo hizo hasta dudar de su continuidad como profesional del tenis- porque se acercó nuevamente al grupo de los 100 mejores del mundo a punta de corazón y garra, tal como se pudo observar estos días en Gstaad, donde el tenista nacional cumplió una gran actuación en el marco del ATP 250 de esta localidad de Los Alpes suizos.
Jarry exhibió, además de gran fortaleza anímica, un sólido juego basado principalmente en un poderoso saque y un revés a dos manos que, por su altura (1.97 mt), requiere de una extrema movilidad que le permita desplazamientos adecuados para poder invertirse y pegar su potente derecho.
Y eso fue lo que mostró Jarry en esta ocasión en que tuvo que partir de las clasificaciones tras sortear dos partidos. Uno contra el italiano Flavio Cobolli (134 ATP), y otro ante el checo Vit Kopriva (124 ATP), venciendo a ambos en dos sets.
Ya en el cuadro principal, Nico jugó tres encuentros, en los cuales disputó ocho sets, siete de los cuales fueron tie-breaks. Algo poco común. Y fue así que, tal como estuvo a un punto de ser tempranamente eliminado, estuvo también a un punto de alcanzar las semis en su partido de cuartos frente al español Albert Ramos Viñola (40 ATP), con quien finalmente cayó por 6-7 6-4 6-7 con un tie-break final de 10-8.
Antes, había derrotado en primera ronda al brasileño Thiago Monteiro (72 ATP) por 6-7 7-6 7-6 y en segunda al verdugo de Cristian Garín, el alemán Yannik Hanfmann (152 ATP) en otros tres tie-breaks.
Cinco partidos que hacen soñar con una recuperación de quien fue top 50 antes de su suspensión y número uno de nuestro tenis.
En el torneo, que tras la caída de Jarry siguió avanzando sin chilenos, los dos favoritos -el noruego Casper Ruud (5 ATP) y Matteo Berrettini (15 ATP-) alcanzaron la final tras vencer a Albert Ramos el primero, y el italiano al resucitado austriaco Dominic Thiem -el pupilo de Nicolás Massú- quien por fin pudo ganar tres partidos seguidos luego de su larga lesión en una mano.
Y en la final se dio la lógica con la victoria de Ruud sobre el italiano por 4-6 7-6 6-2.
CAE ALCARAZ
En el otro torneo de la semana, el European Open de Hamburgo, se dio la línea y a la final llegaron el máximo favorito, el español Carlos Alcaraz (6 ATP), y el “nuevo Roger Federer”, el italiano Lorenzo Musetti, con un ranking mentiroso de 62 en la ATP.
Y ambos dieron lugar a un partido inolvidable en el que el de Carrara demostró porqué se le compara al gran Roger. Un saque potente y variado, una derecha invertida de terror y, sobre todo, un revés a una mano que maneja a la perfección con top o con slice, lo que lo convierte en el jugador a seguir.
En la final, Musetti desperdició cinco puntos de partido para ganar al español en dos sets, pero fue entonces cuando el italiano demostró su clase y su fortaleza mental ganando dicha etapa por 6-4 y el partido por 6-4 6-7 y 6-4. De esta manera Lorenzo Musetti se llevó el importante título de Hamburgo y, además, trepa más de 30 puestos en el ranking mundial.
En el calendario tenístico ahora se vienen el ATP 250 de Umag, Croacia y el de Kitzbuhel, Austria, donde Nicolás Jarry enfrentará al español Pedro Martínez (52 ATP), y Cristian Garín al argentino Federico Coria (78 ATP).