Italia: el giro hacia la derecha
Histórica ha sido la última elección política en el país europeo. A través del voto, Giorgia Meloni podría convertirse en la primera mujer a cargo del gobierno que, además, sería el más derechista desde la caída de Mussolini.
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Entender la política italiana no es fácil. Es un hecho que NUNCA los primeros ministros terminan sus períodos y no se trata de “golpes de Estado”, sino de alianzas políticas que empiezan a fracturarse, haciendo caer los gobiernos. Incluso el actual, de Mario Draghi, fue escogido por secretaría, luego de la renuncia de Giuseppe Conte, a inicios del 2021.
Antes de analizar los resultados, es necesario saber que Italia enfrenta una dura situación económica agravada por su gran deuda pública, altos impuestos, inmigración descontrolada y la amenaza rusa de fuertes racionamientos de gas, usado en este país para generar energía eléctrica.
Con dicho escenario, el pasado domingo los italianos tuvieron que escoger los nuevos senadores y diputados de la república, siendo Fratelli d’Italia el partido que obtuvo la mayoría de los escaños. Este resultado “podría” llevar a su líder, Giorgia Meloni (45), a convertirse en la primera mujer que ocuparía el cargo de primer ministro –equivalente a la figura del presidente en el sistema chileno-, y a guiar el gobierno más derechista de toda la historia republicana de Italia, iniciada en 1946. Finalmente, será el presidente Sergio Mattarella quien, luego de un largo proceso de consultas con todos los partidos políticos, propondrá el mejor candidato, que deberá ser ratificado por ambas cámaras.
La lógica indica que Giorgia Meloni será la nominada. Ya cuenta con los votos en el Parlamento para ser confirmada gracias a sus aliados: la Lega de Matteo Salvini y Forza Italia, del inoxidable Silvio Berlusconi, que este jueves 29 cumplirá 86 años.
Pero, ¿cómo se explica esta votación?
Tras 10 años, con un total de 7 gobiernos de centro izquierda, los italianos giraron con fuerza a la derecha porque Fratelli d’Italia representa la política que viene a defender la identidad italiana. Giorgia Meloni habla con convicción de cuidar la patria y sus fronteras, apuntando a detener la inmigración. Asimismo, ha prometido mantener a Italia en el rol alcanzado con Draghi dentro del concierto continental y, sobre todo, reducir los impuestos a empresas y familias. También ha dicho que pretende liberar Italia de la dependencia del gas ruso.
Pero, sin lugar a dudas, sus electores también quisieron castigar a la centro izquierda, bastante errática en el último tiempo, que se ha quedado en las palabras e ideas, dejando de lado las acciones que sirven.
Meloni, famosa por su declaración: “Soy Giorgia, soy una mujer, soy una madre, soy católica”, se ha convertido en un fenómeno, se aprecia decidida y con ganas de hacer, por lo que su victoria no ha pasado inadvertida. Muchos la miran con recelo -tanto a nivel internacional como sus adversarios políticos- por ser asociada con la ultra derecha y hasta con el fascismo. Pero Meloni, que se inició en un partido aún más de derecha, Alleanza Nazionale, ahora es bastante menos radical. Sin embargo, ella no esconde su amor por la patria y los italianos, por la familia y tiene posturas políticamente incorrectas en cuanto al matrimonio gay, a la adopción de hijos por parte de ellos, al aborto y a cómo controlar la inmigración. Tacharla de fascista -ideología prohibida en la Constitución italiana- es como decir que todos los de izquierda son comunistas…
Si será de ultra derecha o centro sólo el tiempo lo dirá, y será interesante ver qué autonomía tendrá su gobierno dentro de Europa para tomar decisiones y, lo más importante, ver cuánto durará su mandato, considerando las marcadas diferencias que Meloni tiene con Salvini y Berlusconi en materias tan importantes como relaciones exteriores y fiscales.