Intervención/Instalación: “Las llamadas que nunca hice”
En el GAM hay una instalación (o intervención) que consiste en la interacción con un teléfono público. Una obra que se pregunta por la memoria y la comunicación.
Por SEBASTIÁN GÓMEZ MATUS / Foto: TWITTER
Muy poca gente en el mundo no tiene un smartphone, cuyo nombre ya da para pensar, sobre todo porque limita nuestra actividad a dicho aparato. Mucha gente pasa gran parte de las horas de vigilia mirando su celular, haciendo scroll, pidiendo deliveries y, por supuesto, en redes sociales. El celular se vendió como una herramienta de trabajo: lo ejecutivo por excelencia. Todos los años salen nuevos y más aparatos donde la gente postea, entre otras cosas, su posición ecologista, animalista, etc.
La intervención creada por Juan José Acuña se define como “una instalación performática unipersonal que busca que emerja un discurso basado en la memoria y la palabra”.
La experiencia comienza al levantar el auricular, que ya suena a arcaísmo. Se escucha el tono para poder marcar. En el teléfono hay instrucciones que el performer debe ejecutar. Justamente, quien visita la intervención se vuelve un espectador activo. Contesta una voz que le habla directamente: se trata de una grabación que se evidencia como tal. La grabación pacta una conversación con el oyente. La voz hace preguntas que se responden con las teclas del teléfono.
Para su creador, en colaboración con Teatro Niño Proletario y Paisaje Público, se trata de “evocar la memoria respecto al uso de los teléfonos públicos -hoy prácticamente obsoletos-, pero también de la comunicación y la memoria».
La memoria, hoy, está en directa relación con los dispositivos tecnológicos, que parecen reemplazarla o bien amenazarla.
Además, la promesa de conectividad de la otrora llamada revolución cibernética tiene como reverso social la desconexión entre ciudadanos.
Esta obra pone en cuestionamiento nuestras propias prácticas tecnológicas y comunicacionales. Al respecto, recomiendo mucho “Teoría de la comunicación humana”, de Paul Watzlawick, junto a Janet Beavin y Don Jackson, libro fundamental para entendernos desde un espacio de claridad y no manipulación.
Esta experiencia tiene una duración de 10 a 20 minutos, según el visitante, y es totalmente gratuita. Estará casi todo el mes, hasta el 21 de mayo, de miércoles a sábado de 10:00 a 22:00 horas, y el domingo de 10:00 a 20:00. Se encuentra en el Foyer Oriente (Edificio B, piso 1). Se respeta el por orden de llegada.