Garín, luz y sombra
No nos olvidamos lo bien que jugó frente al número tres del mundo el día antes, ni tampoco ese primer set contra el número diez (Berretini), pero nos apena y nos preocupa ver que el «antiguo» Garín aún no nos ha dejado.
Por SERGIO RIED
Un primer set perfecto en el que metió su primer saque con potencia y ángulos imposibles de devolver, un derecho profundo y sin mácula y su temido revés cruzado, hicieron que, pese a su potente saque y gran derecho, su rival Matteo Berretini, se viera impotente ante el «Huracán” Garín. Tanto asi que ni siquiera le alcanzó para llegar al tie break, que era lo que todos esperabamos ya que parecía que ninguno podría quebrar el servicio de su rival. Pero, Garín nos tenía guardada una sorpresa: jugando un tenis impecable e inplacable le rompió el saque al italiano y se llevó el set por 7-5.
El envión continuó de la mano del ariqueño hasta que se puso 2-1 arriba y con la cuenta igualada a 40. Una pelota fácil que perdió se llevó por delante por no poder controlar su ansiedad fue lo último que vimos de este «nuevo» Cristian Garín. Porque de ahí en adelante solo vimos al Garín «antiguo». El de rostro compungido, el de caminar cabizbajo y el que no acertó nunca más con su saque, su revés ni su derecha ni nada que se asemejara al que derrotó a Medvedev y ganó el ya comentado primer set ante su rival el italiano Berretini. Cinco juegos seguidos perdidos para dar forma a un 3-6 y otros seis para ceder de manera ignominiosa la tercera etapa por 6-0.
No nos olvidamos lo bien que jugó frente al número tres del mundo el día antes, ni tampoco ese primer set contra el número diez (Berretini), pero nos apena y nos preocupa ver que el «antiguo» Garín aún no nos ha dejado y que su coach el ex tenista Franco Davin, tendrá una dura tarea para sepultarlo definitivamente. Algo que ya hizo con el «Mago» Coria, con Gastón Gaudio y con el equipo argentino de Copa Davis.
Entretanto seguiremos masticando una derrota que no esperábamos. Al menos no de la manera que se produjo.