Garin: cortar y pegar

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Por Sergio Ried
Actualizado el 1 de septiembre de 2021 - 8:23 pm

Si hubiera que analizar esta derrota de Cristián Garin (19 ATP) en segunda ronda del US Open ante el finlandés nacionalizado suizo Henri Laaksonen (130 ATP), solo bastaría un copy paste del comentario de su match de primera ronda frente al modesto eslovaco Norbert Gombos (109 ATP). Con una pequeña diferencia: que aquél match lo ganó el chileno y este lo perdió.

Por SERGIO RIED

No quiero ser majadero con respecto al análisis del juego del número uno de nuestro alicaîdo tenis. Pero ante el imperativo de tener que hacerlo y con el fin de informar a todos los que se preguntan cómo un jugador que está ubicado entre los primeros 20 del mundo puede tener problemas para ganar y hasta perder con uno ranqueado 90 y hasta 100 puestos más abajo, la respuesta es, que sí puede suceder de vez en cuando, como cuando el colista le gana al puntero en el fútbol. Pero solo una y por esas «cosas del fútbol», en este caso, del tenis.

Lo anormal es que Garin, por la complejidad del sistema de puntajes y la congelación de los rankings con motivo de la pandemia, se ha mantenido en lugares de privilegio merced a lo hecho en 2019. Y por lo tanto luce un ranking que no se condice con su juego ni con sus actuaciones presentes. 

Un presente reflejado fielmenteal en el partido que perdió con este finlandés nacido en la ciudad de Lonja al norte de Helsinski y que aburrido de entrenar en los espacios que dejaba libre la nieve, se mudo con su familia a Biel, Suiza cuando tenía 16 años. Y fue este tenista, ahora helvético, quien le dió el empujón final a nuestro «Tanque» para que cayera al vacío. 

Con un 6-3 a favor en la primera manga, el ariqueño parecía estar dispuesto a liquidar el pleito rápidamente y de acuerdo a sus antecedentes. Pero, apareció el verdadero Cristián Garin, el que juega tres metros detrás de la línea de base, el que falla tiros de principiante, el que camina como un robot, el inconconsistente con su saque, el que regala juegos como si no le importara. 

Eso le valió quedar 0-5 abajo y ya cuando su rival celebraba, cambió el chip y en notable remontada igualó a 5 juegos. Pero cuando todos esperábamos que quedara dos sets a cero, apareció el «otro Garin». El que falla su primer saque, se mantiene lejos de la superficie de juego y comete errores no forzados. De nada le sirvió igualar a cinco ya que volvió a caer en el letargo y perdio la etapa en un tiebreak por 7-5, luego de estar 5-2 arriba.

Ahí se terminó la lucha porque en vez de quedar dos sets a cero estaban igualados a uno. Lo que aprovechó Laaksonen para seguir con el impulso y hacerse de los dos siguientes por un contundente 6-2 6-4 ante un inexistente Garin.

Fin de la historia.