Gareca frente al juicio final de La Roja: sin licencia para volver a equivocarse

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Por Camilo Rey
Actualizado el 9 de octubre de 2024 - 11:51 am

La selección del «Tigre» enfrenta este jueves un partido crucial que puede determinar su futuro inmediato y que no permite más ensayos fallidos en la definición del sistema ni la elección de los jugadores.

Por CAMILO REY / Foto: ARCHIVO

Si los 5 puntos sumados en ocho partidos son un espejo fiel de la pobreza futbolística de Chile en las clasificatorias sudamericanas, el partido de la Roja ante Brasil representa una oportunidad única –y acaso final- para que Ricardo Gareca revalide los argumentos que le trajeron a Juan Pinto Durán como uno de los tres técnicos mejor pagados del continente.

Hasta ahora su balance es absolutamente negativo en lo numérico y deficiente en la difusa propuesta del equipo en la cancha. Sin embargo, enfrentar a Brasil supone una prueba de fuego para medir su verdadera dimensión como estratega en una instancia que, tradicionalmente, fue favorable a los campeones mundiales.

Parece evidente que la Roja enfrenta un período crítico en cuanto a individualidades y rendimiento colectivo, sumida en una transición donde siguen agitándose los fantasmas de los “dorados” –especialmente Arturo Vidal y Alexis Sánchez-, mientras su falta de contenido futbolístico, de arquitectura de juego y de funcionamiento le impiden despegar como equipo.

En esa situación innegable hay responsabilidad compartida entre Gareca y los jugadores. El entrenador no logró hasta hoy imponer aquel sello de trabajo e identidad que llevó a Perú a un mundial, y los futbolistas tampoco reflejan la jerarquía que demanda vestir la camiseta roja.

Esa sinergia inexistente tiene a Chile a un paso hacia el abismo de la eliminación de otra copa del mundo, a pesar de que –paradójicamente- enfrentar al Scratch represente una ocasión única para salvar del naufragio con un manotazo de ahogado…

En 2015 fue la quinta y última victoria ante Brasil: en el partido por las Clasificatorias a Rusia 2018, en Ñuñoa La Roja de Jorge Sampaoli debutó con un 2-0 ante la “Canarinha”, gracias a los goles de Vargas y Sánchez.

LAS 15 PIEZAS DEL ROMPECABEZAS

En rigor, al fútbol chileno hoy no le sobran figuras para conformar su equipo titular, ni tiene piezas sobrantes para sorprender con algún “invento” mágico. Son escasas las novedades que podría aportar Gareca a una alineación que se va perfilando sola conforme a las prestaciones individuales de aquellas figuras que juegan en ligas extranjeras, a excepción del portero Brayan Cortés.

Sin Isla ni Suazo, Felipe Loyola (Independiente) y Thomas Galdames (Krylia Sovetov de Rusia), asoman como los laterales de mayor confiabilidad y en el centro de la zaga la sentida ausencia de Paulo Díaz y Matías Catalán otorga a Guillermo Maripán (Torino) y Benjamín Kuscevic (Fortaleza) el derecho a estructurar la dupla central.

Similar seguridad entrega el binomio de volantes centrales que integran Rodrigo Echeverría y Williams Alarcón (Huracán), sin descartar como complemento eventual al último citado, Ulises Ortegoza (Talleres).

Para el rol de mediocampista creativo asoman Diego Valdés (América), Carlos Palacios (Colo Colo) y el recién integrado Luciano Cabral (León), aunque probablemente Gareca apele a sólo uno de ellos.

Y considerando a Eduardo Vargas como atacante exclusivo, Gareca frecuentemente apela a Víctor Dávila (América) o Darío Osorio (Midtjylland) como “volantero”, y, esta vez, también podría utilizar a Lucas Cepeda (Colo Colo) en una función de similar despliegue.

Como sea, el rompecabezas del seleccionador nacional hoy no supera las 15 piezas disponibles para la exigencia superlativa que supone enfrentar a Brasil. A despecho del insólito anuncio divulgado por el presidente Pablo Milad –“El técnico va a cambiar el esquema”, predijo-, enfrentado al juicio final de la Roja esta instancia reclama la máxima lucidez y oficio de Gareca para definir un sistema que el equipo pueda interpretar bien en un momento crucial, sin más tiempo para nuevos errores en el banco ni en la cancha…