Entre Llaitul y Vega: más preguntas que respuestas

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Por Juanita A. Rojas C.
Actualizado el 27 de agosto de 2022 - 11:09 pm

La formalización, cargos y detención preventiva del dirigente mapuche es tema conocido. El asunto es que esa misma mañana, un medio digital publicó una “bomba” noticiosa que daba cuenta de un llamado telefónico a Héctor Llaitul, realizado por una asesora de la ahora ex ministra de Desarrollo Social.

En comunicaciones se habla de saturación informativa, en referencia al cúmulo de noticias de la más diversa índole que se ponen a disposición de las audiencias de manera simultánea, impidiendo que las personas puedan procesar y comprender a cabalidad cada uno de los hechos. Así, se aceptan los destellos informativos como verdades. Sin embargo, un ejercicio sano es analizar ciertas noticias y separar cada acontecimiento para su mejor comprensión. Entonces, ahí surgen más preguntas que respuestas y la “verdad” parece lejana. O la sensación de que en Chile estamos llenos de ingenuos ocupando altos cargos. 

La detención del dirigente y vocero de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), Héctor Llaitul fue, sin duda, el hecho noticioso que copó la agenda de ese momento y las reacciones no se hicieron esperar: entre destempladas afirmaciones de algunos, que aseguraban que si Llaitul hubiera sido detenido en Temucuicui, según la propuesta de nueva Constitución, quedaría libre de inmediato; hasta los que afirmaban que éste era el primer paso para poner fin al conflicto en la Macrozona Sur. La ministra de Interior reafirmaba que esto era una clara demostración de que en Chile nadie estaba por sobre la ley.
Ni lo uno ni lo otro, porque lo relativo a la nueva Constitución es una mentira mal intencionada, en el marco de la campaña para el próximo plebiscito del 4 de septiembre; y lo tocante al principio del fin del conflicto en la Araucanía, es una expresión de deseo con ribetes de ignorancia, pues desconoce que el conflicto se arrastra hace varios decenios, tiene muchas aristas y trasciende a Llaitul y la existencia de la CAM. Respecto a si en Chile hay personas por sobre la ley, será motivo de otro análisis, pero claramente la ley no opera igual para todos los chilenos.
La formalización, cargos y detención preventiva del dirigente mapuche es tema conocido. El asunto es que esa misma mañana, un medio digital publicó una “bomba” noticiosa que daba cuenta de un llamado telefónico a Héctor Llaitul, realizado por una asesora de la ahora ex ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, en que señalaba que la autoridad deseaba conversar con él.
La noticia, presentada con carácter de escándalo, generó la renuncia de la titular de Desarrollo Social, que fue aceptada por el Presidente Boric. De ahí siguieron los emplazamientos, amenazas y declaraciones altisonantes a lo que ciertos personeros políticos ya nos tienen acostumbradas/os. El Gobierno se aseguró en las horas siguientes de certificar que ninguna otra autoridad diligente hubiese tomado contacto con Llaitul por su cuenta. Hasta ahora, pareciera ser así.

Pero en el vendaval noticioso las preguntas que caben son muchas.  En primer lugar, si la investigación se inició el año 2020, con múltiples declaraciones de Llaitul reafirmando su opción por el levantamiento armado, si el vocero de la CAM circulaba libremente no sólo por el sur (estuvo hace unas semanas presentando un libro en la Región Metropolitana) y las escuchas telefónicas son de larga data, ¿por qué el fiscal decidió su detención a una semana del Plebiscito del 4 de septiembre? Sus dichos indican que sólo ahora tenían todas las pruebas necesarias, pero la explicación resulta simplista y poco creíble. De ser así, también podría haberlo detenido el 6 o 7 de septiembre y nada habría variado, sin generar un hecho político pre Plebiscito. Puede que sea ingenuo.

Otra duda que ronda el ambiente y que debería ser aclarada por la fiscalía es la rápida filtración de los antecedentes de la carpeta investigativa. Si es efectivo que no se informó al Gobierno de manera previa a la detención de Héctor Llaitul y sólo después de la audiencia de formalización se entregaron los antecedentes a todos los intervinientes, ¿cómo, en tan poco tiempo, llegó a un medio de comunicación electrónico el audio y los detalles del intento de comunicación de la ministra Vega, incluso antes que al propio Gobierno? Cabe preguntarse, legítimamente, si el audio fue seleccionado expresamente para entregarlo al diario digital muchas horas antes, ya sea por la fiscalía o por la PDI, porque nadie más tenía acceso antes.
En cuanto a la ahora ex ministra Jeanette Vega, su acción refleja poco manejo o una ingenuidad extraña en alguien que, como ella, ha ocupado diversos cargos de gobierno y es una profesional destacada en su área. Un desatino político de esas proporciones sólo podría explicarse en un afán de llevar la delantera en el control de la crisis en la Macrozona Sur. Porque, contrariamente a lo que algunos han señalado, ella estaba a cargo de la coordinación interministerial, cuyo fin es facilitar la ejecución de los planes de mejora en las condiciones de vida de los habitantes de esos lugares y no era la encargada de los diálogos y las conversaciones con los distintos actores en pugna. ¿Entendió otra cosa? ¿alguien, de manera reservada la autorizó? ¿no creyó relevante el asunto, como para informar anticipadamente de su iniciativa?
Si los dichos reiterados del Presidente Boric, en cuanto a dialogar con todos, fueron mal interpretados, es una falla del Gobierno e implica que no tiene un relato claro respecto al tema dentro de sus propias huestes. Un desorden discursivo que no es primera vez que se produce, pero que es hora de mejorar.