El tenis en los Juegos Olímpicos
A escasos días de iniciarse la competencia de tenis de París 2024, retrocedemos en el tiempo, para revivir un recorrido que no ha sido color de rosa a lo largo de sus participaciones en la cita máxima del deporte mundial.
POR SERGIO RIED / Fotos: ARCHIVO
Cuando el joven abogado y parlamentario nacionalista irlandés John Pius Boland viajó a Atenas, Grecia, para visitar a su amigo Konstantinos Manos, no pensó que ese periplo helénico iba a marcar su vida para siempre, y dejar una huella imperecedera en la historia del tenis.
DE PELÍCULA
Todo comenzó cuando Manos, miembro del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Atenas 1896, lo convenció de que retomara su antigua pasión por el tenis y se sumara a los 214 atletas participantes, de los cuales sólo ocho eran tenistas.
Y entre esos ocho estaba quien iba a escribir una página de oro en la historia del tenis.
Porque este abogado de Dublín, premunido de una raqueta, pantalones largos y una polera comprados en una tienda de Atenas, ganó cuatro partidos de individuales y dos de dobles para convertirse en el primer doble medallista de oro olímpico de la historia.
CAMINO DORADO
Para alcanzar su icónico logro, Boland venció al alemán Friedrich Traun, y luego a los locales a Evangelos Rallis y Konstantinos Paspatis. En la final superó al greco egipcio Dionysios Kasdaglis.
Y junto al germano Traun, vencieron en dobles a los griegos Aristidis y Konstantinos Akratopoulos y a Demetrios Petrokokkinos y Dionysios Kasdaglis.
Sin embargo, Boland recibió solamente una medalla, porque la del dobles nunca llegó a sus manos.
BAJO LAS SOMBRAS
Después de París 1924, el tenis vivió un inesperado período de oscuridad, debido a su expulsión como deporte olímpico. El asunto provocó una larga controversia entre el COI (Comité Olímpico Internacional) y la FIT (Federación Internacional de Tenis). Y el deporte blanco estuvo fuera de las competencias olímpicas por 60 años y 14 Juegos.
EL REGRESO
Tras largos debates y negociaciones, por fin el tenis fue aceptado como deporte de “demostración” en los Juegos de Los Ángeles 1984. Y una vez pasado el examen con éxito, fue incorporado como deporte olímpico oficial a partir de Seúl 1988.