Lucha por el título: los perritos se fueron muriendo de a uno
Hubo un momento en que eran 10 los candidatos al título. Incluso Deportes Antofagasta estaba metido, sin desmerecer, entre los aspirantes al título. Y con 15 puntos por disputar, hasta Universidad de Chile se hacía ilusiones, ahora dirigida por la dupla esperanzadora.
Pero, como en el cuento de los perritos, se fueron muriendo uno a uno. Y ahora ya no quedan más que dos. Y uno de ellos está agonizando.
Liderato incierto
Cumplida la décima fecha, Deportes Iquique y Universidad Católica encabezaban los cómputos de este extraño pero apasionante Campeonato de Apertura 2016. Y, curiosamente, son estos mismos equipos los que esperan la última fecha para dar la vuelta olímpica o disputar un encuentro definitorio.
Cerca de ellos estaban Unión Española, Temuco, O’Higgins, Antofagasta, Colo Colo, Palestino, Wanderers y la U. Todos con más o menos posibilidades, de acuerdo a ese mismo orden, pero con idénticas ambiciones.
A la fecha siguiente, los azules no comieron ni bebieron al empatar con Iquique, y no quedaron más que nueve. Al mismo tiempo, al empatar con Universidad Católica, Colo Colo se comió un bizcocho y quedaron ocho. Paralelamente, al perder con O’Higgins, Antofagasta se fue a Albacete y quedaron siete.
La mortandad siguió en la duodécima jornada. Cuando cayó frente a Audax Italiano, a Palestino se lo comió el Rey, y sólo sobrevivían seis. Mientras tanto, derrotado por Wanderers, Temuco pegó un brinco, y quedaron cinco.
De los cinco que quedaban, al perder ante San Luis, Wanderers se fue al teatro y apenas quedaron cuatro.
En la fecha reciente, la penúltima del torneo, murieron otros dos. Perdiendo con Universidad de Concepción, O’Higgins, se volvió al revés (y quedaron tres). Unión Española, aunque ganó a Antofagasta, quedó fuera de batalla al irse a Badajoz y ahí quedaron los dos.
Con tres puntos de ventaja, el conjunto de Universidad Católica está sanito. Iquique, en cambio, quedó gravemente herido. El 6-2 que lograron los cruzados en el minúsculo estadio de Cavancha, hace pensar que al derrotado se lo llevará Bruno. Y quedará uno: el campeón.
Para que el perrito celeste no se muera tiene que producirse un doble milagro: que la UC pierda en su visita a Temuco y que el equipo del Dragón gane como forastero a Audax Italiano. Y aun así, con esos resultados a su favor, Iquique tendría que ganar después a la UC para dar la vuelta olímpica.
Temple cruzado
La gran esperanza de los nortinos es que los dirigidos por Mario Salas arruguen como lo hicieron tantas veces en las instancias decisivas. Pero ese parece cuento viejo y terminado. En el campeonato anterior, el Clausura, los cruzados también tuvieron una jornada negra que pareció hacerles perder la corona, pero se repusieron y agregaron otra estrella a su pabellón.
Esa vez, en la penúltima fecha, la UC cayó ante San Luis en Quillota, y sus escoltas (Colo Colo y O’Higgins) vencieron sus respectivos compromisos como visitantes. En la jornada final, en San Carlos de Apoquindo, el cuadro universitario sacó su tarea al remontar un marcador adverso ante Audax Italiano, mientras O’Higgins, que lo había desplazado en la cima de la tabla, caía sorpresivamente en su casa ante Universidad de Concepción.
Ahora ya no tiene esas dificultades. Y, aparte, templó el carácter y está en condiciones de superar adversidades, como ocurrió en el partido con Iquique. Ahí no importó la tierra de campeones, ni el pasto de campeones ni los arcos de campeones. Ni siquiera influyó que dejaran marginados a sus hinchas al cobrarles 35 mil pesos por una entrada. Goleó, sacó una ventaja de tres puntos, faltando la fecha de mañana, y dejó a su corajudo y sorprendente adversario al borde el nocáut.
Piezas clave
Este equipo de Mario Salas es mejor que el del primer semestre. Conseguido el título del Clausura, la UC mantuvo en vilo a sus hinchas al ser el último de los clubes chilenos en anunciar refuerzos. Al seguidor cruzado no lo conmovió mucho que se le renovara contrato a Germán Lanaro, que recuperara a Alfonso Parot (que estaba en Huachipato) y que consiguiera el préstamo de Christian Bravo (perteneciente al Granada español).
Lo que lo llevó al optimismo fueron las contrataciones de Diego Buonanotte (del AEK Atenas griego), Ricardo Noir (de Racing argentino) y Enzo Kalinski (de San Lorenzo de Almagro), más la renovación del préstamo de Nicolás Castillo, su máximo goleador en la campaña de la undécima estrella.
Fueron estos cuatro jugadores los que desnivelaron las luchas en las 14 fechas disputadas. Y sean o no sean campeones, se ganaron un lugar en el corazón de los hinchas cruzados.
Cuando no anduvieron bien simultá3neamente, la UC pasó sustos o se defendió como pudo. Y eso ocurrió en la primera parte del torneo. Buonanotte tardó bastante en lograr su mejor forma y tanto Noir como Castillo también demoraron un poco en mostrar sus méritos. Así, en las fechas iniciales el baluarte fue Kalinski. Pero poco después empezó a lucir Noir. Y finalmente “El Enano” se llevó todos los elogios al convertirse en la mejor individualidad del campeonato y “el Nico” pasó a comandar la tabla de goleadores.
Con esos cuatro en buen nivel, Universidad Católica fue una fuerza muy superior al resto de los competidores. Con un arquero confiable y una defensa irregular, bastó que un par de ellos se inspirara para que el camino se pusiera liso. Falta una jornada para el final. Pero el desenlace ya parece escrito.
Este análisis también lo puedes leer en el periódico Cambio 21.