El sello Ivo Basay
Poco amigo de la prensa, escasamente cercano y hasta confrontacional, el hoy director técnico de Palestino ha demostrado una positiva evolución desde que se inició en la banca tras una fructífera carrera por canchas de Chile y el mundo.
Valiente, disciplinado, constante, ganador y, por sobre todo frontal, muy frontal, hasta confrontacional, para un medio futbolístico poco acostumbrado a decirse las verdades a la cara. Debe caer mal Basay a muchos, pero seguramente le debe importar poco; no está para eso, está para trabajar, sacar rendimiento y, sobre todo, ganar.
Dieciocho meses han pasado desde que se hizo cargo de la banca de Palestino en un momento muy delicado, peleando puestos de descenso. De inmediato se hizo sentir, simple y claro; nada de discursos para la tribuna. Cuatro en el fondo, un rombo en el medio y dos centro delanteros, algo impensado en la época de los extremos. Si no atacas con tres se te tilda de poco atrevido, que no eres moderno; verso, Palestino es más ofensivo que la mayoría de los equipos de nuestro torneo, llega desde atrás con mucho volumen y buen pie.
El mensaje llegó rápido y los resultados también. Logró dejar al equipo en primera y ganó la Copa Chile en una final inolvidable y soñada para los hinchas del cuadro árabe; todo en menos de tres meses. Basay ya quedaba marcado en la historia grande de Palestino.
El 2019 fue de ensueño. Dejó en el camino a Independiente de Medellín y Talleres de Córdoba para meterse en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Enfrentó de igual a igual, sin complejos, a Inter en Brasil y a River en Argentina. Si bien no logró pasar a octavos, su forma de encarar los partidos de Copa, el buen juego y la personalidad mostrada, son las cualidades que el medio futbolístico destacó de Palestino. Esas características son el fiel reflejo de los que es la forma de ser de su entrenador.
El segundo semestre se quedó sin sus dos mejores jugadores: Luis Jiménez y Julián Fernández; sin embargo, el equipo demostró estar muy bien trabajado y poseedor de una disciplina táctica importante. Fue variando de dibujo incluso dentro de un mismo partido. No era extraño que pasara de cuatro a tres en el fondo, que el lateral terminara de extremo, que el contención finalizara siendo central o que el interior jugara de doble cinco. Terminó el torneo en tercer lugar, clasificando nuevamente a Copa Libertadores.
Lo de Ivo Basay en Palestino ha sido extraordinario. Tiene números que la mayoría de los técnicos quisieran, pero, más importante aún, tiene un sello, una forma. Es característico ver a los tricolores, uno sabe a lo que juegan, que es lo que quiere, que propondrá dentro del partido.
Esa es la impronta que Basay ha dejado en estos 18 meses al mando de los árabes. En el fútbol se dice que los grandes equipos reflejan en la cancha la personalidad de su entrenador. Si eso es cierto, Palestino es un gran equipo ya que en la cancha demuestra lo que es Ivo Basay.