El otro virus
En los últimos días, en medio de un cúmulo informativo que hace de repente confuso el entendimiento real de los efectos del coronavirus (se habla desde lo científico hasta de lo doméstico, casi sin señalar qué es finalmente lo más relevante), una noticia vinculada al ámbito dirigencial del fútbol chileno se coló en la conversación. Y nos recordó otro tipo de virus que da vuelta por estos lados: el que esparció mañosamente uno de los personajes más oscuros de la historia directiva nacional.
Veamos el caso del que se hace referencia.
Casi al terminar abril se supo que nuevamente -por novena vez, para ser precisos- la justicia estadounidense aplazó la lectura de sentencia en contra del ex presidente de la ANFP, Sergio Jadue, imputado en el caso conocidos como FIFA Gate. Ahora, se supone, ésta se hará el 3 de noviembre próximo. Se supone.
La noticia causó indignación y rabia popular, en especial en las redes sociales, porque la suposición lógica es que Jadue y sus abogados están dilatando la lectura de sentencia como estrategia para, finalmente, conseguir que prescriba el delito. O que por estar delatando a un montón de ex amigos dirigentes sudamericanos, finalmente no será condenado. Pero no. No es así.
Jadue, para dejarlo bien escrito, no es un “testigo protegido” como erróneamente señalamos los periodistas chilenos. Es un imputado. Sergio Jadue, de hecho, al llegar a Estados Unidos hace casi cuatro años y medio, se declaró culpable de los cargos que le hizo la justicia de ese país. Es decir, confesó. Y en ese contexto, aconsejado por sus abogados (esos cuyos honorarios tan graciosamente pagó el fútbol chileno), el ex dirigente ha estado “colaborando” con la justicia estadounidense para que, cuando sea declarado culpable -que lo será irremediablemente- reciba cierto grado de atenuación en su castigo. Es lo que se llama “delación compensada”. Su pena, en resumen, será menor a la que recibiría si no hubiese hablado en contra de otros dirigentes involucrados en los hechos. ¿No irá, por ejemplo, a la cárcel? Es posible que no, de acuerdo a la opinión de expertos que han seguido el tema, como la abogada Bárbara Salinas. Puede que Sergio Jadue tenga que cumplir un período de lo que se llama “libertad vigilada” en Estados Unidos, incluso utilizando tobilleras electrónicas. No es lo mismo que estar encarcelado, claro está. Pero es un castigo y, por cierto, una declaración de culpabilidad evidente.
También es necesario hacer otras aclaraciones del caso.
Jadue está involucrado en una investigación mayor, que tiene muchas aristas y, principalmente, implicados de mayor peso y culpabilidad que él. Si al dirigente chileno lo condenan ahora, queda excluido de la posibilidad de seguir inserto en el caso FIFA Gate y, por tanto, de entregar antecedentes que incriminan a “peces gordos”. Se dice incluso que mientras no sea condenado el ex presidente de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, Jadue no saldrá del juego…Tiene lógica entonces que los jueces del caso e incluso los fiscales, no quieran que por ahora se lea la condena del chileno. Aún les es funcional.
Finalmente, hay que señalar que Sergio Jadue no terminará, como creen muchos, rehaciendo su vida en Estados Unidos tras cumplir su condena, como si nada hubiese pasado. Como será declarado culpable de delitos graves (fraude, soborno, cohecho, lavado de dinero) no podrá nunca pensar en recibir siquiera una carta de residencia. Menos de nacionalización. Tras cumplir su pena, seguro que será expulsado de Estados Unidos. Y si vuelve a Chile, debe enfrentar al menos siete querellas que ya están interpuestas en su contra.
Este virus, seguro, seguirá siendo entonces, una pandemia larga en el fútbol chileno.