“Vengo de un avión que se estrelló en las montañas”

Así partía la nota, en papel, que recibió el arriero Sergio Catalán, el 20 de diciembre en 1972. Era de uno de los rugbistas uruguayos que habían caído en la cordillera 73 días antes.

Imagen del autor

Por Carlos Fernández
Actualizado el 20 de diciembre de 2024 - 9:53 pm

Parrado y Canessa junto al arriero Catalán. Foto: ARCHIVO

“…Soy uruguayo. Llevamos caminando unos 10 días. Otras 14 personas permanecen en el avión. También están heridos. No tienen nada que comer y no pueden salir. No podemos seguir caminando. Por favor, vengan a buscarnos”, decía el mensaje. El aviso que terminó salvando la vida de 16 sobrevivientes del que fue conocido como “El Milagro de Los Andes”.

Todo comenzó el 12 de octubre de 1972, cuando un avión de la Fuerza Aérea uruguaya partió desde Montevideo rumbo a Santiago. En la aeronave viajaba la delegación y familiares del club de rugby uruguayo Old Christians, para jugar un encuentro ante su similar de Old Boys.

Condiciones extremas

Llegan los helicópteros de rescate. Se termina la pesadilla. Era el 23 de diciembre de 1972.

El partido nunca se jugó, porque el avión se estrelló cuando cruzaba la Cordillera de Los Andes.

De los 45 pasajeros, 33 sobrevivieron al impacto. Quienes no murieron, debieron superar las temperaturas bajo cero, los 3.500 metros de altitud y lo más complejo… el hambre, que marcaría para siempre esta historia.

Fueron 72 días, que los sobrevivientes tuvieron que pasar en condiciones extremas.

Se acabó la comida, iban muriendo uno a uno cada día, y llegó el momento de tomar la decisión más difícil se todas sus vidas. Había que comerse a los fallecidos para poder vivir.

El partido más difícil

“Nunca olvidaré aquella primera incisión. Cada hombre estaba a solas con su conciencia en la cima de aquella montaña infinita. Era un día más frío y gris que cualquier otro anterior o posterior”, escribió Roberto Canessa, uno de los sobrevivientes, en sus memorias.

El 12 de diciembre, Fernando Parrado, Roberto Canessa y Antonio Vizintín caminaron sin rumbo cierto buscando ayuda. En el camino, Vizintín renunció, pero unos días después Canessa y Parrado divisaron una figura humana. Se trababa del arriero chileno Sergio Catalán -quien falleció hace cuatro años- que recibió el mensaje envuelto en una piedra y fue por ayuda.

Finalmente, 16 quedaron con vida y pudieron ser recatados.

La historia ha dado origen a varias películas, y la gesta de supervivencia se recuerda hasta hoy.

El partido más difícil de la historia del rugby mundial se jugó hace 54 años en la cordillera… Y fue un partido por sobrevivir.