Declarado reo: Bolsonaro arriesga 40 años de cárcel
La fiscalía brasileña acusa al ex mandatario de haber planificado un ataque golpista que tenía como objetivo anular el triunfo que obtuvo Lula de Silva en las elecciones presidenciales de 2022.

El ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro será juzgado por el Tribunal Supremo por un intento de golpe de Estado que tenía como objetivo anular la victoria que obtuvo Lula de Silva en las elecciones presidenciales de 2022.
Además, la fiscalía brasileña, acusa al ex mandatario de liderar una organización criminal golpista que tenía como supuesto objetivo asesinar a un ministro del Tribunal Supremo, y al vicepresidente y actual presidente de Brasil.
El ex jefe de Estado habría encabezado esta red criminal con el propósito de conservar el poder de manera ilegítima. Además, se le imputa por los delitos por abolición violenta del Estado democrático de derecho y daños por violencias y amenazas.
La acusación
De acuerdo a la información de Agencia Brasil (agenciabrasil.ebc.com.br), la denuncia de la Procuraduría General de la República (PGR) contra Bolsonaro sostiene que él realizó una reunión el 7 de diciembre de 2022, en el Palacio de La Alvorada, con los comandantes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, en la que supuestamente se presentó el borrador del golpe para suspender las elecciones, lo que consolidaría una ruptura democrática según la visión del Ministerio Público.
La denuncia afirma que el comandante de la Armada, Almir Garnier, habría estado de acuerdo con el golpe, mientras que la propuesta fue rechazada por los demás comandantes militares. Según la PGR, Bolsonaro tenía preparado un discurso para después del golpe, que fue encontrado en su despacho en la sede del Partido Liberal.
En el caso de que Bolsonaro sea declarado culpable, arriesga hasta 40 años de prisión.
Bolsonaro crítica el actuar de los magistrados
En su cuenta de X, Bolsonaro criticó el actuar de los jueces por avanzar tan rápido en el caso. “Todo el mundo dice que el proceso concluirá a finales de 2025, a pesar de que no hay precedentes de tal velocidad en un caso de esta magnitud. ¿Por qué? Porque todo el mundo sabe que lo que está ocurriendo es, de hecho, una especie de ataque jurídico a la democracia: un juicio político, conducido de forma parcial, sesgada y abiertamente injusta por un ponente completamente comprometido y sospechoso”.
Asimismo, el ex mandatario indicó que “el proceso en mi contra avanza a una velocidad 14 veces superior a la del Mensalão y 10 veces más rápido que el de Lula en el Lava Jato».