Crónicas de Sergio Ried: Vida y muerte de Gerulaitis

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Por Sergio Ried
Actualizado el 27 de junio de 2023 - 2:33 pm

El extravagante Vitas fue conocido mundialmente por su larga melena de rizos rubios, por su tenis clásico y elegante y por su afición a las juergas, las mujeres y la droga. 

Por SERGIO RIED 

Vyautas Kevin Gerulaitis, conocido en el mundo del tenis y la farándula como Vitas, a secas, fue un gran campeón de tenis, poseedor de las piernas más rápidas y la volea más exquisita del circuito. Las mismas piernas que lo llevaban a correr detrás de las modelos y actrices de moda.

Hijo de un ex campeón de tenis de Lituania, antes de la II Guerra Mundial, que llegó a trabajar en Brooklyn, Nueva York, en los años 50. Vitas nació el 26 de julio de 1954 y dos años después su hermana Ruta, ambos aficionados al tenis. Afición que los llevó al profesionalismo, con diferentes resultados. 

Vitas destacó desde niño en las canchas públicas de Howard Beach, en Queens, Nueva York, y más tarde en un colegio que es cuna de deportistas. Y luego asistir durante dos años a la Universidad de Columbia, donde también destacó por sus grandes condiciones en el court. Por lo que no extrañó que decidiera dedicarse de lleno al tenis.

SU VIDA

El extravagante Vitas fue conocido mundialmente por su larga melena de rizos rubios, por su tenis clásico y elegante y por su afición a las juergas, las mujeres y la droga. Las interminables y locas noches de Nueva York en el famoso Studio 54 y de la Jackie Oz de Roma, le arrebataron al tenis un jugador destinado a ser el mejor de la historia. Aunque pese a ello, fue número tres del mundo en 1977, «top 10» entre 1977 y 1983, y finalista de tres Grand Slams, uno que ganó, el de Australia en 1977 (a John Lloyd), y dos que perdió, el US Open en 1979 (ante John MacEnroe) y Roland Garros 1980 contra Bjorn Borg, su bestia negra.

De ahí nació su legendaria frase «nadie gana a Vitas 17 veces seguidas», haciendo alusión a las 16 veces en hilera que le ganó el sueco. Pese a que una de esas derrotas fue la inolvidable semifinal de Wimbledon 1981, que se definió por 8/6 (no existía el tiebreak) en el quinto set a favor de Borg.

Aunque muy querido por sus colegas y por las chicas más guapas del mundo que estaban de acuerdo con su frase «everybody loves Vitas» (todos aman a Vitas), él vivió siempre bajo la sombra de sus amigos Jimmy Connors, John MacEnroe y Bjorn Borg, ninguno de los cuales salió en su defensa cuando en 1983, siendo el número cinco del mundo, fue acusado de consumo y tráfico de drogas. Acusación que no fue acogida por un Gran Jurado de Nueva York, pero que prácticamente terminó con su carrera.

MUERTE POR 2 DÓLARES 

Después de este doloroso incidente, Vitas nunca volvió a ser el mismo. Jugó exhibiciones y se prestó para hacer una nueva versión de la «guerra de los sexos», desafiando junto a Bobby Riggs a la consagrada pareja de Martina Navratilova y Pam Shriver, en una pantomima que pasó casi desapercibida. 

Vitas  termino jugando entre seniors el US Open el año 1994, cuando lo entrevisté en Flushing Meadous, sin sospechar que semanas más tarde iba a encontrar una muerte absurda.

Con 40 años de edad, el 27 de septiembre de 1994, Vitas, alojado en la mansión de un amigo en Southampton, Long Island, estado de Nueva York, dormía en la casa de huéspedes junto a la piscina, cuando murió por inhalacion de monóxido de carbono, tóxico e inodoro, producido por un escape de gas de una válvula defectuosa del conducto del filtro de la piscina. La misma válvula que su amigo, el dueño de casa, había mandado a reparar días antes.

De acuerdo a las investigaciones, la justicia concluyó que el fallecimiento del tenista se debió a una negligencia del empleado de la compañía de plomería que no cambio la válvula, cuyo valor era de !DOS DOLARES!