Crónicas de Sergio Ried: Hans Gildemeister, toda una vida
Es muy largo su exitoso historial tenístico, comenzando con los títulos en sub 14 y sub 16 en el Orange Bowl de Miami, considerado en la época como un verdadero campeonato mundial de menores.
Por SERGIO RIED / Fotos: ARCHIVO
Juan Pedro Gildemeister Bohner, conocido mundialmente como Hans Gildemeister , nació en Lima, Perú, el 9 de febrero de 1976, y vivió en Chile desde muy pequeño, por lo que siempre fue considerado chileno, aunque oficialmente tomó la nacionalidad en 1978 en vísperas de su primera Copa Davis representando a nuestro país. Como continuó haciéndolo hasta 1989 y 1991, con un registro de 26 triunfos y 6 derrotas.
Su victoria en el quinto punto entre Chile y Canadá contra Glen Michibata, el 19 de marzo de 1985, que duró 4 horas y 17 minutos, ha pasado a la historia de nuestro deporte.
Es muy largo el exitoso historial tenístico de Hans, comenzando con los títulos en sub 14 y sub 16 en el Orange Bowl de Miami, considerado en la época como un verdadero campeonato mundial de menores.
Siempre a dos manos de derecha, izquierda y hasta el servicio, que le fue cambiado a una mano por el ex campeón estadounidense Gardber Mulloy, cuando fue por primera vez a Miami a los 14 años.
Como adulto, Hans tuvo sus mayores éxitos en dobles junto al ecuatoriano Andrés Gómez, siendo finalistas en Roland Garros en 1978 y participando en el Masters de Londres, donde fueron considerados como el mejor binomio de dobles del mundo.
HITOS
Me es difícil precisar desde cuándo nos conocemos con Hans , pero debe haber sido cuando él tenía 9 o 10 años y con sus hermanos Federico, Heinz y Mariana pasaban largas jornadas en el Stade Français, jugando tenis, en la piscina o en el casino del club.
Recuerdo que Hans se metía a la cancha donde yo esperaba a mis compañeros de juego y me pedía que le peloteara mientras estos llegaban. Y cuando aparecían, me pedía «la última, «la última», y no se iba hasta varias «últimas» pelotas. Tal era su pasión por el tenis, que practicaba, cuando, donde y con quienes podía, durante todo el día.
ESTADOS UNIDOS
Otro encuentro que recuerdo fue cuando yo era tennis pro en Saint Petersburg, Florida, y él entrenaba en la academia del gran maestro Harry Hopman, en el espectacular complejo de tenis y golf de Bardmoor, a media hora de mi club.
Una tarde fui a buscarlo para ir a comer algo y lo encontré tirado en la cama con las plantas de los pies sangrando. Se le habían reventado las ampollas debido al intenso trabajo que imponía el «mago» australiano Hopman a sus discípulos.
Terminamos comiendo pizza en el dormitorio.
VARADERO, CUBA
Chile jugaba ese fin de semana del 7 al 9 de abril de 1988 contra Cuba, por el Grupo Americano de Copa Davis, en el maravilloso balneario de Varadero y fuera de tener que cubrir la serie para Deporte Total, yo tenía la misión de hacerle una entrevista a fondo a Hans, que sería portada del primer número de la naciente revista Quince Cero.
Nos juntamos en la playa y conversamos largamente sobre su vida, el tenis, la familia y le tomé fotos para la nueva revista.
Además incluí una anécdota inédita del partido de dobles entre él y Ricardo Acuña contra Juan Pino y Mario Tabares. En el peloteo de calentamiento, Hans se acerca a Pino, el número uno de los locales, y le dice a boca de jarro: «Ni te acerquís a la red cubano tal por cual, porque te voy a volar la cabeza de un pelotazo».
La amenaza surtió efecto y Hans junto con Ricardo Acuña ganaron sin problemas, por 6-2, 6-4 y 6-4.
BAHAMAS
Jugaba Chile contra Bahamas en Nassau el año 1989 y yo iba a cubrir el evento para la revista Deporte Total, Quince Cero y Radio Minería. Hans era el doblista del equipo integrado por Ricardo Acuña, Robinson Ureta y Pablo Queirolo.
Además de las tardes de playa, días antes de los partidos, fuimos una noche a un casino en Treasure Island, isla anexa a la capital Nassau. Siempre me atrajo el juego pero nunca arriesgué más de lo debido. Apenas tiraba unas fichas al número 9 en la ruleta y jugaba en los tragamonedas.
Pero Hans era todo lo contrario y me invitó a poner 20 dólares y el otros 20 para que él jugara «Black Jack » por los dos. A la primera ganamos y él decidió seguir. Volvimos a ganar y ya llevaba 40 de utilidad. Quise retirarme y Hans me pedía que siguiera una más. Igual que cuando chico me pedía la “última» pelota. Acepté a regañadientes y volvimos a ganar. Ahí sí que le pedí mis utilidades y me alejé.
Al rato me lo encontré paseando por las mesas y me dijo: ‘Te perdiste unas cuantas lucas por ratón «.
Nunca supe cuánto perdió.
LA GUINDA DE LA TORTA
No puedo dejar de mencionar el gran gesto que tuvo Hans en concomitancia con mi amigo y director de El Ágora, Marco Sotomayor, cuando fui objeto de un emocionante homenaje-sorpresa, por mi aporte al tenis, en el Challenger de Viña del Mar este año 2023.
Pero esa es otra historia
¡Gracias Hans por tu amistad!