Columna de Sergio Ried: La evolución del tenis
Basta comparar el color de la hierba del Centre Court de Wimbledon en la final de 2002, o de los 90 y décadas anteriores, con el verde de ésta de 2023, para explicarse la tremenda diferencia del estado de la pista.
Por SERGIO RIED/ Fotos: ARCHIVO
Finalizada la edición 134 del campeonato de Wimbledon y cuando aún están frescas en nuestra memoria las imágenes del partido final entre Carlos Alcaraz y Novak Djokovic, cabe comparar este partido con memorables finales de antaño, como la icónica entre Bjorn Borg y John McEnroe o de Pete Sampras vs Boris Becker, para explicarse la radical evolución del tenis.
Y tan grande es el cambio, que una parte importante del juego, como es el de saque y volea, está en extinción.
La clave de este cambio se encuentra al observar fotos del año 2000 hasta hoy, en que hay más tierra que pasto en la zona de fondo mientras en las cercanías de la red la hierba se ve totalmente verde (foto principal). Antes del comienzo de este siglo, las fotos nos muestran las zonas del fondo y las de la red con un desgaste similar (foto de la izquierda).
RAQUETAS DE MADERA
La razón de esta diferencia de colores de la hierba en los courts de césped, que es donde se jugaban hasta los años 1970, tres de los cuatro Grand Slams (la excepción es Roland Garros), está en que hasta la aparición a finales de los años 1980 de las raquetas de fibra de carbono, grafito, kevlar y otros materiales, se jugaba con raquetas de madera, que eran pesadísimas y se hacía difícil tener peloteos largos desde el fondo, por lo que los jugadores subían a la red a liquidar los puntos.
Resulta imposible encontrar videos de la época de Laver o Santana en que un jugador no haga saque y volea o no suba a la malla. Con la aparición de las nuevas raquetas más livianas, también aparecieron los Boris Becker, los Pete Sampras, Edberg, McEnroe y otros grandes representantes del saque y volea y revés a una mano. Encuestas de 1997 nos dicen que ese año en Wimbledon, el 66% de los jugadores hizo saque y volea con su primer saque y en 2017 esa cifra se redujo a un 10%.
Ya en el 2000 esa generación dio paso a la Armada Española y al juego de fondo de cancha.
Hoy, con tenistas más altos, con gran estado físico, que golpean muy fuerte de ambos lados, sacan durísimo y devuelven de muy atrás, el juego de saque y volea ha desaparecido y los courts seguirán impolutos en las cercanías de la red.