Columna de Sergio Gilbert: Y verás cómo quieren en Chile…

Nadie piensa hoy en la excelencia ni menos en la mantención de una identidad nacional. Ni los que dirigen el fútbol, ni los dueños de los clubes, ni los representantes ni, por cierto, el propio Sifup que desde hace años baila como el monito del organillero: sólo si le tiran monedas…

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Por Sergio Gilbert
Actualizado el 5 de diciembre de 2024 - 11:22 am

En el próximo torneo se mantendrá el número de futbolistas extranjeros / Foto: ARCHIVO

El Consejo de Presidentes de la ANFP aprobó seguir, al menos por 2025, con la norma de seis jugadores extranjeros por club y “sólo” cinco en cancha, en Primera División (en la serie de Ascenso serán cinco y todos en cancha).

Así, rechazó una propuesta emanada del Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) que en realidad no era ni tan revolucionaria: cinco foráneos, jugando todos al mismo tiempo. Una especie de saludo a la bandera de los dirigentes de los futbolistas.

No es rara la decisión dirigencial.

Si bien puede haber razones atendibles para aumentar e incluso liberar completamente la contratación de futbolistas extranjeros (en la Copa Libertadores y en la Copa Sudamericana no hay restricción alguna) lo cierto es que esta determinación tiene otro factor que lo alienta: a los dueños de los clubes les sale más rentable traer mano de obra barata desde afuera que invertir en formación de jugadores nacionales.

Tan simpe como eso.

Pero no es todo

Como muchos clubes están en manos de argentinos y uno de ellos de un grupo mexicano, la verdad es que poco les interesa invertir en el mediano plazo para promover jugadores chilenos. No los motiva (total, no es su país). Prefieren hacer de sus clubes nacionales una vitrina desechable para hacer luego la “pasada” que le genere entradas.

Esa es la verdad. La dura. Por eso el fútbol chileno está, y seguirá estando, quizá por cuánto tiempo, en el sótano de Sudamérica. En la B.

Que Chile se abra a la inmigración indiscriminada en el fútbol trae consecuencias similares a las que el país ha sufrido y sigue sufriendo tras los llamados hechos en Cúcuta por el ex Presidente Piñera. Es decir, una casi nula posibilidad de discriminar entre buenos elementos y quienes sólo aprovechan el ofertón que se les ofrece.

La puerta ancha

Porque claro, es cierto que con la política aquella de que “verán cómo en Chile se le quiere al viajero” han llegado y seguirán llegando jugadores que signifiquen un aporte al torneo nacional, pero también lo hará un grupo no menor de futbolistas “busca vidas”, que sólo quieren aprovechar los nulos filtros que existen para la entrada al mercado laboral del balompié criollo.

Nadie piensa hoy en la excelencia ni menos en la mantención de una identidad nacional. Ni los que dirigen el fútbol, ni los dueños de los clubes, ni los representantes ni, por cierto, el propio Sifup que desde hace años baila como el monito del organillero: sólo si le tiran monedas…

Ya está bueno. Por cierto, hay que decir que no a la discriminación y no al chauvinismo. No a los nacionalismos extremos y no a la soberbia. Pero no también al facilismo, a la falta de control o la nula filtración.

Es hora, en definitiva, de ponerse los pantalones y legislar en favor del fútbol chileno.