Columna de Sergio Gilbert: La UC, un problema de prioridades

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Por Sergio Gilbert
Actualizado el 29 de junio de 2023 - 1:41 pm

Se diría que en Cruzados se pensó que con el vuelo de lo anterior bastaba. Que los cambios de nombres en el plantel y el llamado a un ex DT victorioso como Holan eran suficiente para seguir la ruta del éxito.

Por SERGIO GILBERT J. / Foto: PHOTOSPORT

La contundente derrota de la UC en el clásico ante la U (3-0) vino a poner la firma a una historia que estaba suficientemente sabida: se ha terminado un proceso virtuoso en San Carlos de Apoquindo y aún no se ha encontrado la solución para lo que se llama “renovación en el éxito”.

Está claro que Cruzados puede exhibir con orgullo el haber encabezado el período más exitoso de Universidad Católica en el fútbol profesional. Lo cuatro títulos nacionales obtenidos consecutivamente -todos ellos de manera justa y en algunos casos, contundente- no tienen por dónde ser igualados por otras escuadras que, a lo mejor, brillaron más por los aportes de grandes figuras individuales (José Manuel Moreno, Sergio Livingstone, Alberto Fouillioux, Alberto Acosta, entre otros) o tuvieron más altura a nivel internacional (la UC 1993 de Ignacio Prieto, finalista de la Copa Libertadores). Pero sí mostró algo que no tuvieron las demás: consecuencia de principios e idearios.

Que la UC haya sido campeón cuatro veces seguidas con distintos entrenadores (Beñat San José, Gustavo Quinteros, Ariel Holan y Cristian Paulucci) no debe ser visto como algo producto del azar o de la incompetencia de sus rivales. Es fruto total de un compromiso institucional colectivo que tuvo su premio.

Obviamente, como todo ciclo virtuoso, debía llegar el momento de la renovación, es decir, del cambio o del ajuste para que esos principios probadamente exitosos pudiesen mantenerse en alto.

Y es, en ese proceso, en donde la Católica hasta el momento ha fallado.

Pese a que resulta altamente plausible que hoy los máximos esfuerzos de Cruzados estén en su consolidación institucional como modelo a seguir en todo Chile (la construcción del nuevo estadio de San Carlos es eso, una guía de buena gestión para el resto), es obvio que ello no debería inhibir el crecimiento deportivo que venía consolidándose en los últimos años. Pero así ha sido. Porque en estas dos temporadas que siguieron a la consecución del tetracampeonato, la UC dejó de lado la posibilidad de seguir aumentando su potencial como equipo tanto a nivel nacional como internacional.

Se diría que en Cruzados se pensó que con el vuelo de lo anterior bastaba. Que los cambios de nombres en el plantel y el llamado a un ex DT victorioso como Holan eran suficiente para seguir la ruta del éxito.

Pero no. No ha bastado.

Al contrario, lo que ha hecho mal la UC en estas dos últimas temporadas es dejar de lado lo mejor que había hecho en sus años gloriosos: construir en base a principios e ir aumentando su potencial para seguir en lo alto.

Hoy la Católica, como equipo, volvió a ser uno más en medio de la mediocridad del fútbol chileno.

Como institución, claro, sigue siendo un ejemplo a seguir un espejo en el cual todos deberían reflejarse.

Pero eso no alcanza para ser felices. Si no, que lo digan los hinchas después de. 3-0 ante el rival de siempre…

(GOLES) La presión de la U fue mucho para una mustia e intrascendente Universidad Católica: 3-0