Columna de Sergio Gilbert: Huachipato y O’Higgins,  dos ejemplos a imitar

Ambos clubes, quizás por motivaciones distintas, le han dado por años mucha importancia al trabajo de los menores.

Por SERGIO GILBERT J. / Foto: ARCHIVO

La noticia dio solo para una breve o “pildorita”, como se dice en los medios escritos, o para una mención rápida con la música de despedida en algún programa radial (en la tele, ni siquiera eso). ¿Cuál fue esa información que casi nadie pescó? Que fueron sorteados los grupos de la Copa Libertadores Sub 20 que se jugará en julio de este año en Coquimbo.

Seguro pocos sabían de que la Copa, en su versión juvenil masculina, se juega en un solo país. Y cinco a uno que, de diez personas que se declaran hinchas del fútbol, una o dos a lo más saben (sin ver Google) quiénes son los equipos chilenos que jugarán en esta versión de la Libertadores.

Le doy una pista. No es ninguno de los llamados equipos “grandes”. Le doy otra: son equipos del sur de Santiago. ¿Se la juega? Sí, son O´’Higgins y Huachipato los que llevarán la representación del futbol Sub 20 de Chile en la cita del puerto de la Cuarta Región.

Tanta ignorancia en estos datos, tamaña falta de información de los propios medios, tiene una explicación: los trabajos de las series menores de los clubes nacionales solo son referidos en dos situaciones. Una, cuando a la Selección adulta le falta el famoso recambio generacional. La otra, cuando alguna Roja joven no se clasifica a un Mundial. Más allá de ello, seamos sinceros: a la mayoría le importa un pepino el trabajo y la competencia de las divisiones menores.

Por eso es que con ocasión de esta Copa Libertadores que seguramente se cubrirá sólo si algún equipo chileno llega a instancias finales, es bueno poner de relieve y destacar lo que tanto Huachipato como O’Higgins hacen en sus fuerzas básicas.

Huachipato sub 20.

Ambos clubes, quizás por motivaciones distintas, le han dado por años mucha importancia al trabajo de los menores.

Por mucho tiempo, Huachipato tuvo como jefe técnico de los chicos acereros al legendario entrenador Carlos Felipe Pedemonte, quien hacía un gran trabajo de captación de niños tanto en Concepción como en las ciudades, comunas y pueblos de la Octava Región. Y la labor silenciosa de Pedemonte daba frutos constantes porque Huachipato lograba nutrir a su primer equipo con jugadores venidos de sus inferiores. Rodrigo Millar, Héctor Mancilla, Gonzalo Jara, Pedro Morales, Daud Gazale, entre otros, son ejemplos de la fructífera labor.

Es cierto que, con el advenimiento de las sociedades anónimas y la llegada de representantes a la conducción de Huachipato, el objetivo ha variado porque la idea ahora es hacer emerger jugadores para venderlos prontamente a equipos o ligas más competitivas y así rentabilizar pronto la inversión. Pero, así y todo, no deja de ser un buen ejemplo el que da el club de la Octava Región formando jugadores como Javier Altamirano que, se nota, ha sido moldeado con cuidado en las inferiores acereras.

El caso de O’Higgins es similar, pero con algunos matices diferentes. Desde que tomó el control del club la familia Abumohor, el cuadro celeste se ha transformado en un modelo de trabajo en las divisiones menores. 

Para empezar, en este caso la palabra proceso está más que sustentada. Desde que los Abumohor están a cargo, sólo han tenido dos jefes técnicos en las menores. Y uno (Fernando Vergara, quien está actualmente) fue parte del staff del otro (Cristián Aréan). Es decir, no hubo cortes ni menos una nueva etapa a partir de cero.

Y no es todo. Los Abumohor construyeron un complejo deportivo de lujo (el Monasterio Celeste) pensando no solo en las comodidades del primer equipo, sino que, fundamentalmente, en las de las series menores.

Y O’Higgins ha sacado réditos. Porque si bien el promedio de jugadores por generación que llega al primer equipo no supera el dos por ciento, su plantel profesional está compuesto en su mayoría por jugadores formados por el club. Y no solo eso: la escuadra celeste aporta cada vez más futbolistas a las selecciones nacionales de menores.

Por ello es que hay que poner de relieve lo de Huachipato y O’Higgins. Y entender porqué son ellos y no otros los que hoy están representando a Chile en la Copa Libertadores.

Lo que han hecho vale más que una “pildorita”…