Columna de Patricio de la Barra: La profunda crisis de un Brasil que perdió la identidad

La humillante derrota sufrida ante Argentina, dejó a la selección brasileña en un incómodo cuarto lugar en las clasificatorias sudamericanas para la próxima copa del mundo. Pero lo más grave es que la vergonzosa goleada -que podría haber sido mayor-, expuso la crisis que vive el seleccionado de este país, que un día fue considerado uno de los mejores del planeta.

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Por Patricio de la Barra
Actualizado el 30 de marzo de 2025 - 2:47 pm

Jorge Jesús, el técnico portugués del Al Hilal, la última obsesión de la dirigencia brasileña / Foto: AGENCIAS

El pésimo desempeño de la selección brasileña en el Monumental de Nuñez, con goleada 4-1 incluida, le costó la salida a Dorival Jr. Éste es el tercer entrenador que es demitido de la “verdeamarela”, después de la era Tite, que fracasó en los dos últimos mundiales.

El primero fue Ramón Menezes, quien duro 123 días; luego asumió Fernando Diniz, que fue campeón de la Copa Libertadores con el Fluminense. Éste trabajó un poco más, 185 días, hasta ceder su lugar a Dorival Jr, sin duda alguna, el más destacado técnico brasileño de la actualidad. Con todos sus pergaminos, dirigió a los pentacampeones mundiales exactos 446 días.

Jorge Jesús en la mira

Ahora, el cuestionado Ednaldo Rodrigues, recientemente reelecto para la presidencia de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), corre atrás de un nuevo estratega. La lista es encabezada por el portugués Jorge Jesús, que está en el Al Hilal, en Arabia Saudita. Jesús, que dirigió con éxito el Flamengo, es el preferido de los aficionados y Rodrigues ya está en contacto con sus representantes.

Si éste acepta, Brasil vivirá un nuevo conflicto: hay versiones de prensa que aseguran que Neymar anunció que si llega Jorge Jesús él renunciará al Scratch. El problema viene desde que el atacante saliera de mala manera del Al Hilal, por diferencias enormes con el técnico portugués, que no lo pidió y nunca lo quiso. Otros medios publican supuestas frases del atacante de Santos diciendo: «A mí no me metan en esto». Ya se verá lo que es verdad.

Suenan, pero no serían opción

Los otros que suenan, o que de cierta forma intentan ser impuestos por la prensa especializada, son Filipe Luis, ex lateral del Atlético de Madrid, repatriado por el Flamengo, donde inició recientemente su carrera como entrenador. Además de éste surgen los nombres de Renato Gaúcho y Abel Ferreira, el portugués de Palmeiras.

Paralelamente a esta difícil misión, la cúpula de la CBF resolvió reeditar la novela Carlos Ancelotti, quien, hastiado de ser usado para encubrir la crisis, dijo que solamente conversará después del mundial. Éste es el sueño de consumo de la CBF, pero no pasa de eso, porque el italiano no es proclive a embarcarse en canoas agujereadas.

Sin identidad

Pero toda esa búsqueda desesperada por un entrenador, es el problema menor que enfrenta el futbol actual del gigante de Sudamérica. La selección brasileña perdió su identidad, y no va a ser un simple cambio de comisión técnica, la que le permita recuperarla, por lo menos no a corto plazo. De la forma en que la admirada selección se fue alejando de sus raíces, adoptando otros esquemas de juego, se generó un laberinto, difícil de salir.

Neymar, el último de los súper crack de Brasil. Dicen que amenazó con renunciar al Scratch si llega el portugués Jorge Jesús, con el que tuvo grandes problemas en Al Hilal / Foto: AGENCIAS

Ya no hay más cracks

Para empeorar el escenario, Brasil no tiene más jugadores desequilibrantes. Esos rotulados de cracks, que en el pasado le permitían infundir respeto y, hasta temor, en sus adversarios, conquistando cinco campeonatos mundiales. Es tal vez por ese motivo que todas las esperanzas estaban cifradas en Neymar, el último remaneciente de esa generación de fueras de serie.

Lamentablemente el talentoso atacante, se lesiono de gravedad y hasta el momento no ha logrado exhibir todo su potencial, en su retorno al Santos. Las cirugías, y el alejamiento por más de 13 meses de las canchas, aún le pesan al delantero de 33 años.

Por increíble que parezca jugadores de la talla de Rafinha, que brilla en el Barcelona, y Vinicius Jr, que hace lo mismo en el Real de Madrid, no han logrado reeditar en la selección sus actuaciones en los grandes clubes españoles. A Endrick, otro gran precio, todavía no se le puede cobrar nada, por ser muy joven. Es claro, que, a los 18 años, Pelé ya había tocado la Jules Rimet, en Suecia.

La CBF tiene dos meses para presentar un nuevo comandante, que debe dirigir la selección en junio, ante Ecuador y Bolivia. No se discute que Brasil va a clasificar para el campeonato mundial del 2026, pero así como está, nuevamente no será protagonista.

Los verdaderos culpables

Además de la inoperancia de la CBF, otra de las críticas que esboza la prensa especializada, es la presencia de los empresarios, responsables por contratación y transferencia de jugadores. Estos habrían sido los que sugirieron el aumento de jugadores extranjeros en los clubes. De siete pasaron a nueve, lo que es un tremendo negocio para los mercaderes, que utilizan el futbol de este país como trampolín para Europa, Asia y otros mercados.

Curiosamente Brasil continúa produciendo jugadores. Anualmente unos 600 jugadores dejan sus ciudades para emigrar al exterior. La única dificultad que tienen es cumplir los 18 años, regla impuesta por la FIFA.

La situación de los grandes

Contrariamente a lo que ocurre con el seleccionado, los clubes grandes están, aparentemente, bien. Flamengo, que se ha especializado en formar jugadores en sus canteras, también hace grandes contrataciones. Ocho de los 135 jugadores extranjeros que actúan en la serie A del futbol de este país, pertenecen al cuadro de la Gàvea. Entre ellos, cuatro seleccionados uruguayos y el chileno Erick Pulgar.

Lo mismo sucede en otros clubes grandes, como el popular Corinthians, que tiene una verdadera torre de babel compuesta por jugadores provenientes de Perú, Paraguay, Ecuador, Argentina, Venezuela, Países Bajos y España.

Para poder competir con los clubes grandes, los menores de han transformado en sociedades anónimas, adquiridas por empresarios, en su mayor parte extranjeros. Los casos más conocidos son los del Botafogo, Vasco da Gama, Bahía y Bragantino, entre otros.

En algunos ha dado el resultado esperado, en otros no. Es entre estos se encuentra el Vasco da Gama, cuya experiencia con la estadounidense 777, fue un rotundo fracaso. La inversión nunca llegó.

Los técnicos, otro déficit

Otro sector importante del futbol que, de cierta forma ha perjudicado el mantener una selección poderosa, es la carencia de entrenadores de buen nivel. A diferencia de los portugueses, los locales carecen de preparación adecuada para el cargo, que cada vez exige más profesionalismo.

La ventaja de los portugueses, es que en su mayoría fueron formados en la escuela de Braga. Por ahí pasaron José Mourinho, Jorge Jesús, Artur Jorge, Abel Braga, Luis Castro, y otros. Además de tener grandes conocimientos de futbol, recibieron clases de administración, psicología social y otras materias.

Diferentemente, la mayoría de los técnicos brasileños tienen una formación precaria. Algunos mal dejaron de jugar y ya están dirigiendo. Es obvio que son muy pocos los que consiguen resultados expresivos, que les permitan asumir la selección.

A los portugueses se agregan argentinos y uruguayos, de larga trayectoria, lo que aumenta la competencia y disminuye la posibilidad de que puedan llegar a dirigir una selección, en estos días en que es fundamental el conocimiento para manejar grupos tan heterogéneos.