Columna de José Roggero: Las inciertas posibilidades de la Roja sub 20 en el Sudamericano de Colombia

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Por José Roggero
Actualizado el 6 de enero de 2023 - 9:05 am

La calidad de los rivales y los magros resultados preparatorios ponen un matiz de cautela sobre la participación chilena en este torneo clasificatorio para el Mundial de Indonesia.

Por JOSÉ ROGGERO / Foto: PHOTOSPORT

La Roja sub 20 disputará el Sudamericano de Colombia con el objetivo de lograr uno de los cuatro cupos para el Mundial de Indonesia, en medio de una incógnita sobre si su nivel le permitirá estar presente por séptima vez en la máxima cita de esta categoría.

El equipo dirigido por Patricio Ormazábal -conformado por jugadores nacidos desde el 1 de enero de 2003- quedó en el Grupo B junto a Ecuador, Uruguay, Bolivia y Venezuela, rivales a los que enfrentará sucesivamente en Cali los días 20, 22, 24 y 28 de enero. El primer paso es quedar entre los tres primeros que pasarán a una segunda fase que se desarrollará todos contra todos en Bogotá.

Aunque a priori puede no ser un grupo insalvable, puesto que se elude a Brasil, Argentina y Colombia, lo cierto es que el nivel de la mayoría de los adversarios es inquietante, sobre todo confrontado con el exhibido por los chilenos.

Ecuador, por ejemplo, es el actual campeón sudamericano, título logrado en nuestro país en 2019. Su alto nivel lo refrendó después en el Mundial de Polonia, en el que alcanzó el tercer puesto. Ya venció a la Roja en los Juegos Sudamericanos de mitad del año pasado. Fue un 2-1 inapelable, pese al estrecho marcador.

Venezuela, en tanto, ha crecido a nivel juvenil al punto de convertirse en subcampeón mundial en 2017.

Y Uruguay, con menos éxitos recientes, siempre ha superado a Chile en esta categoría. El año pasado ganó y empató con la Roja.

Sólo Bolivia puede seguir siendo un rival abordable, aunque en el Sudamericano de 2019 nos arrebató un empate 1-1.

Si el talante propio de los rivales motiva a la cautela, los resultados de la Roja en el transcurso de su preparación la acentúan. El año pasado el equipo de Ormazábal disputó 14 amistosos internacionales, con un magro balance de ocho derrotas, cinco triunfos y una igualdad. Es cierto que hubo resultados alentadores, como los triunfos 3-0 y 3-2 sobre Brasil y la victoria 1-0 frente a Argentina. Pero no alcanzan a equilibrar la balanza. Porque aparte de las ya señaladas derrotas ante Uruguay y Ecuador, también se perdió dos veces contra Paraguay, una contra Perú y otra contra Colombia. Fuera de Sudamérica se sucumbió estrechamente frente a Marruecos y lapidariamente contra Inglaterra, encajando un 0-3 que no se condijo con el baile propinado por los británicos.

Este es el contexto que rodea la incursión nacional en pastos colombianos. Ormazábal y su ayudante Milovan Mirosevic apuestan a sacarse la espina de la decepcionante eliminación como local de la Roja en 2019 y romper con una sequía de diez años sin ir a un mundial sub 20, desde que el plantel dirigido por Mario Salas clasificó a Turquía 2013. Pero sus legítimos deseos chocan contra una realidad que desde ya se antoja inamistosa.